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Los minutos habían pasado una vez que había llegado a su apartamento. Se había situado de pie, al lado de la ventana, dejando que las lágrimas bañaran sus mejillas sin molestarse en retirarlas. 

Había dejado que la ciudad fuera testigo de su llanto silencioso a causa de esa conversación con el detective. 

Eso es lo que había pasado desde que había salido de aquella sala hasta que sintió cómo alguien se encontraba en el apartamento. Con algo de pesar, retiró los restos de lágrimas que había en sus mejillas y dio un inaudible suspiro para calmar el poco llanto que le quedaba.

 Observó por encima de su hombro encontrando quién había interrumpido su silencio reparador. 

– Rem... – Susurró la joven con la voz algo apagada dando vuelta sobre su propio eje para encarar a la shinigami. – ¿Qué haces aquí? 

– Sé lo que pasó allí. – Melany la observó con sorpresa. No se había percatado al comenzar la conversación y mucho más al terminarla puesto que, estaba más ocupada en lo que se había dicho allí. – Estuve en todo momento así que lo vi. 

Melany apartó la mirada un tanto avergonzada por haber tenido público durante aquellos minutos de los que pensó, que nadie había sido testigo. 

– Rem yo...

– Tranquila, solo quería decirte que puedes desahogarte conmigo. – Esa propuesta sorprendió a Melany, que la observaba ahora con los ojos abiertos como platos y antes de que pudiera responder hizo que se sorprendiera más. – Puedo percibir tus sentimientos y sé que no estás bien. 

– ¿Cómo es eso posible? 

La shinigami se encogió de hombros aun observando a la humana fijamente. 

– Podría decirte que es por el simple hecho de ser un shinigami, pero ambas sabríamos que esa no es la razón principal. A estas alturas ya deberías de saberlo Melany, cualquier shinigami que se cruce contigo puede sentirlo. Tienes afinidad con nosotros, así cómo pudiste verme sin tan siquiera tocar mi death note, en realidad, sin haber tocado el papel que te di. Puedes sentirnos, percibirnos y no es algo que sea nuevo para ti. 

– No sabía que pudierais percibir esa capacidad de sentiros o veros parcialmente. Aun así, no entiendo cómo eso puede ser posible, yo no tengo nada de especial. 

– Eso es sencillo de explicar. Un humano que siempre ha estado rodeado de muerte y de sentimientos negativos consigue aumentar su capacidad sensitiva. El velo que nos separa de vosotros se vuelve más fino. Somos dioses de la muerte, estamos constantemente lidiando con esos sentimientos que provoca la muerte. Al aumentar vuestra sensibilidad y conseguir que el velo sea más pequeño conseguís percibirnos. 

– Nunca había pensado que algo cómo eso podía convertir a un humano en alguien tan especial cómo para poder veros. Pero si tenemos en cuenta que hasta hace poco no era consciente de que existíais, no tiene mérito. Hay muchas cosas que no conocemos. – Susurró la joven bajando de nuevo su mirada. 

– Melany... – Llamó la shinigami siendo cortada al momento por la nombrada. 

– Gracias. – Sabía que el agradecimiento era puro y más cuando los cristalinos ojos de color miel volvieron a posarse sobre ella. 

Realmente en las pocas horas que llevaba conociendo a esa mujer, había conseguido despertar en la shinigami un sentimiento que hasta entonces no había experimentado. 

Era una joven excepcional capaz de hacer que sintieras una gran conexión con ella en cuestión de minutos y era algo que Rem había vivido en persona. 

Unidos por la justiciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora