XXVIII

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No le tomó demasiado tiempo decidirse.

No es que haya esperado que le llevara más. Una semana más tarde, Clara lo llevó al bosque, regañándonos para que no los siguiéramos porque necesitaba hablar con Brandon, a solas. Brandon se veía ligeramente incómodo ante la idea, pero más que nada intrigado, así que lo dejó pasar. Clara no lo lastimaría.

Regresaron luego de cuatro horas, brillantes y felices. Brandon reía y Clara sonreía, las líneas alrededor de sus ojos y boca estaban menos pronunciadas.

-Lo hará bien -aseguró, mientras recorría mis hombros con sus dedos al pasar.

Y eso fue todo.

🐺

Vinieron otros ese año.

Luego de los Omegas que se habían llevado a Brandon, todo había estado tranquilo, aunque nos habíamos preparado. Robbie hizo su parte y se mantuvo en contacto con sus superiores, el hombre hosco y la Alfa Hughes, de vez en cuando. Aunque redujo su frecuencia, ya que ahora era mi Beta. La Alfa jamás pidió hablar conmigo, jamás pedí hablar con ella. No sabía por cuánto tiempo dejaría que todo esto siguiera su curso.

A veces, durante la noche, yacía despierta y me preguntaba si vendría e intentaría arrebatármelos porque yo no era lo que necesitaban realmente. Aunque no lo hizo, no había un día en el que no esperara que ocurriera.

Aún buscaban a Simon Cowell, Osmond y a Gordon Hansen, jamás los encontraron.

Y creía que aún estaban buscando a Lauren, también. Porque ella era la Alfa que se encontraba fuera del radar. No se trataba tanto sobre devolverla a casa, sino de mantenerla vigilada.

Robbie me aseguró que no transmitía los asuntos de la manada a nadie que no fuera parte de ella. Le creí porque confiaba en él. No me mentiría, no sobre eso. Estaba segura.

Pero vinieron otros nuevamente.

Brandon, que siempre había sido un hombre fuerte, se negó a ser el caballero en apuros esta vez. Se avocó al entrenamiento con los demás, y pronto superó a los otros humanos. La expresión de su hermana la primera vez que la derribó barriéndola con un bastón de entrenamiento, era tanto de orgullo como de ligero enfado. Brandon se quedó de pie por encima de ella, sonriendo con el bastón reposando sobre su hombro y un rastro de sudor en su frente.

-¿Quién sigue? -preguntó mientras Camila y Sofi intentaban retirarse lo más silenciosamente posible sin ser notadas.

Las notaron. Diez minutos más tarde, ambas yacían en la tierra, Brandon por encima de ellas. Así que cuando vinieron los otros, estuvimos listos. Pero no eran Omegas.

El primero era solo un hombre. Y trajo noticias sobre Lauren.

🐺

Era tarde y seguía en el taller, completaba las facturas de lo pedido para el mes siguiente. Normalmente, Ally se encargaba de esto, pero la dejé marcharse dado que tenía una cita con un chico del siguiente pueblo. Algo casual, me había asegurado. Al menos por ahora. No quería pensar qué pasaría si se convertía en algo más. Brandon me aseguró que estaba bien, que era agradable y dulce, y que dejara de preocuparme por cosas que aún no habían sucedido.

No funcionaba de esa forma, pero era una idea agradable.

Estaba pensando en guardar todo y terminar el resto de las facturas al día siguiente. Ya había tres mensajes de texto amenazadores en mi teléfono: uno de Normani y los otros dos de Clara, diciéndome que, si no regresaba a casa en una hora, vendrían a buscarme. No eran amenazas vacías, así que decidí irme.

Running With The Wolves (Lauren Jauregui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora