2. Mi primer día en el colegio

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A la mañana siguiente me despertó la alarma de J.A.R.V.I.S. y me vestí con lo que mi madre, Pepper, había preparado el día anterior: jeans ajustados negros y un suéter corto azul pálido.

Recién a las siete y media bajé, donde me esperaba un auto negro de lujo, conducido por Happy.

—Buenos días, Nicky.

—Buenas.

—¿Estás lista para empezar la escuela?

—Estoy un poco preocupada; no conozco a nadie y... Ugh...

—No te preocupes, lo harás bien.

—Gracias.

Con eso, Happy condujo hasta que llegó frente a un edificio de piedra bastante grande, donde muchos estudiantes de mi edad subían las escaleras para entrar. Le agradecí a Happy y salí del auto, mirando el edificio. Suspiré y comencé a subir las escaleras mientras sacaba el móvil, donde mi padre me había dado toda la información. <Tu primera clase es en el Salón 5, te dirán adónde ir más tarde.>

Al entrar al edificio, me encontré con un amplio pasillo lleno de adolescentes cargando sus mochilas y libros, charlando entre ellos. Tratando de evitar las miradas de la gente, busqué mi clase. Finalmente, vi una puerta con un pequeño letrero que indicaba que era la quinta habitación. Entré y vi a una mujer sentada en la mesa más grande. No había nadie más en la clase, y la señora levantó la vista cuando notó mi presencia.

—¡Hola! Tú debes ser la nueva estudiante, ¿verdad?

—Eh-, sí.

—Bueno, encantada de conocerte. Esta es tu primera clase, y después de eso, le pediré a alguien que tenga un horario similar al tuyo que te acompañe. ¿Tu nombre es...?"

—Nicky St... Davies, sí. Davies — dije, esperando que eso no hubiera sonado raro.

Miró su lista y sonrió cuando encontró ese nombre.

—Genial, estás en mi lista. Soy la señorita Miller, llámame así. El resto de los estudiantes llegarán pronto, quédate al frente y te los presentaré — ella me sonrió.

—De acuerdo — le devolví la sonrisa y me quedé allí, esperando poder sentarme y pasar desapercibida.

Después de un rato, dos chicos entraron por la puerta, hablando animadamente entre ellos. Uno era alto con cabello castaño y vestía una camiseta informal, y el otro era más bajo, tenía la piel y el cabello más oscuros y era un par de tallas más grande que el primero.

—¡Esta tarde en mi casa la construimos! — dijo el alto.

—Está bien, me llevaré mis piezas también — respondió el otro.

La maestra se levantó y fue entonces cuando los chicos notaron mi presencia. Haciendo contacto visual con el alto, me di cuenta de que era bastante mono.

—Peter, Ned, esta es Nicky, se agregará a nuestro grupo a partir de ahora.

—Hola — los saludé, sin poder apartar los ojos del alto.

—H-Hola. Soy Peter, Peter Parker — dijo.

—Soy Ned — el otro sonrió.

—Si no me equivoco, ustedes tres tienen más o menos los mismos horarios que Nicky, déjenme ver — la señorita Miller abrió un cuaderno y buscó algo allí —. Sí, ¡casi exactamente como el de Peter! ¿Podrás acompañarla entre clases para que ella pueda acostumbrarse, por favor? — le preguntó a Parker.

—Sí, claro — él me sonrió. Hice lo mismo mientras más estudiantes entraban en la sala.

—Gracias, Peter —dijo.

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