7. De vuelta a lo diario

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Al día siguiente, la alarma sonó a la hora habitual. Paré el despertador sin tan solo abrir los ojos, y me giré, dándole la espalda a la pared. Al cabo de diez minutos, esta vez J.A.R.V.I.S. me despertó. Abrí los ojos y tardé un poco en levantarme, pero lo hice. Me miré al espejo. La máscara de pestañas estaba por mis ojeras, mi pelo estaba despeinado y enredado y mi vestido muy arrugado.

Suspiré.

* * *

De alguna forma sí que recordaba todo lo que había pasado la noche anterior. Puede que fuese porque me pasé gran parte de la noche en ello intentando no hacerlo.

Cuando estuve vestida y arreglada, ese día con una falda negra y una camiseta lila, me preparé la mochila y salí de la habitación. Bajé las escaleras hasta salir de la Torre, donde me esperaba la típica limusina negra. Abrí la puerta trasera sin ánimo, y me senté en el asiento de la derecha.

—Morning— dijo una voz a mi izquierda.

Me giré para ver a Peter, ya vestido y preparado.

—Peter! Oh- Hola.—

—Hola— me sonrió.

Supuse que no se recordaba de lo del día anterior, por lo feliz que estaba y lo poco confuso que parecía.

Al cabo de muy poco, Happy entró en el coche, nos saludó y empezó a conducir. Durante el trayecto nadie dijo nada, pero Peter parecía muy despreocupado. Volvía a ser él.

Cuando llegamos al instituto, nos reunimos con Ned y dimos una vuelta mientras aún no entrábamos en clase. Pasamos por la biblioteca, ya que yo había de tomar un libro prestado, y ahí los chicos se distrajeron con una chica que había sentada en una mesa. Tenía el pelo rizado y vestía con una camiseta blanca y una camisa de cuadros abierta por encima. Estaba leyendo un libro con el ceño fruncido, y no parecía muy simpática.

—¿Quién es?— pregunté.

—Es MJ— dijo Ned, girándose a mi. Peter seguía mirándola.

—Michelle Jones. Hace nuestro curso. Su cumpleaños es el diez de junio— dijo Peter, aún mirándola desde detrás de una estantería.

—¿Cómo sabes todo eso?— le pregunté.

—MJ le ha gustado desde siempre, a Peter. Es extraño que no te lo haya contado— me explicó Ned.

No sé el qué, pero algo dentro de mí se hizo pedazos. Ned se juntó a Peter y ambos la observaron, comentando. Cuando no miraban, dejé escapar una cara de asco.

—¡Ha mirado!— dijo Peter, no muy alto, mientras daba pasos hacia detrás y se escondía aún más detrás de la estantería. Ned hizo lo mismo.

—¿Te ha visto?— dijo Ned.

—Creo que no.

—Eh... Chicos, no quiero molestar, pero tengo que ir a la sección de ahí al fondo para coger el libro que necesito— dije yo.

—Ahí, ¿detrás de donde está ella?

—Sí.

Peter suspiró, como si cogiera coraje.

—Vale, vayamos. Vosotros pasáis primero y yo después, y la saludo— nos mandó.

—¡Buen plan!— se sumó Ned.

Puse los ojos en blanco y empecé a tirar. Ned correteó hacia mí, hasta estar a mi lado, y Peter nos siguió por detrás. Me giré un segundo para mirar a esa tal MJ, y la vi mirándome con cara desafiante. Miré hacia otro lado.

Peter la saludó con la mano, y vi como ella también lo hacía, sonriéndole. Caminé más rápido hasta llegar donde quería, y ahí recogí el libro y me dirigí a la salida lo más rápido que pude. A la salida, miré el móvil para saber a qué clase tenía que ir mientras los chicos salían de la biblioteca.

—Oye, ¿por qué has ido tan rápido?

—Por nada— dije, algo borde. —Me toca ciencias. ¿A vosotros?

—A mí Lengua— dijo Ned.

—A mí Ciencias también— dijo Peter.

—Bueno, pues yo voy ya, que sinó llegaré tarde— dije, alejándome de ellos.

—¡Pero si quedan diez minutos!— escuché a Ned decir. No me giré, sinó que subí ya las escaleras. —¿Qué le pasa?— le dijo Ned a Peter cuando yo ya no escuchaba.

—No lo sé

* * *

Cuando el resto de alumnos empezaba a entrar en clase, yo ya había empezado los apuntes. Peter se sentó a mi lado al llegar, como siempre, y preparó sus cosas sin decirme nada. Cuando lo tuvo todo listo, se me quedó mirando.

—Oye... ¿Todo bien?

—Sí, sí. Todo bien— fingí una sonrisa sin dedicarle una mirada.

—Vale.

Hubo un largo silencio entre nosotros durante las clases siguientes, y al terminar nuestros horarios, nos reunimos con Ned a la salida, como de costumbre. Justo ese día estaban subiendo un cartel que anunciaba que el baile se acercaba. '¿A quién vas a invitar tú?' ponía el cartel.

Los tres nos lo quedamos mirando y entonces Ned dijo en voz alta lo que todos estábamos leyendo.

—¿Váis a invitar a alguien?

Peter fue el que se giró hacia él, yo me quedé mirando el cartel, con millones de pensamientos pasando por mi cabeza.

—Bueno, yo quería preguntarle a MJ, ya sabéis.

—Claro— dijo Ned. —Y tú, Nicky?

—Aún no estoy segura, aunque un chico de clase me llama la atención— dije yo.

—¿Quién es?— preguntó Peter.

—Ya lo veréis— le sonreí, tan bien como pude.

—Bueno, yo voy a casa, tengo que estudiar— anunció Ned.

—Sí, yo también.— dijo Peter mientras Ned se despedía y salía por la puerta. —¿Vienes, Nicky?

—Eh... No, iré a la biblioteca un rato. ¿Le dirás a mi padre, por favor?

—Oh- Sí, claro. Nos vemos después.

—Adiós.

La razón por la que quería ir a la biblioteca es porque allí estaba mi objetivo: Kevin Williams. Kevin era un estudiante un año mayor que yo, tenía los ojos verdes y el pelo negro y era muy amistoso con la gente que le caía bien. Lo conocí en la biblioteca un mismo martes por la tarde. Yo exploraba el sitio con un libro de amor entre los brazos, y llegué hasta una esquina apartada y algo oscura. Él estaba sentado en el sofá más apartado, entre dos estanterías y poca luz. Yo iba mirando los estantes, lo bien que estaba colocado cada libro y lo bonito que era ese rinconcito cuando su voz me sacó de mis pensamientos.

—¿Eres nueva?— dijo, con una sonrisa.

—¿Qué? Oh- Sí, lo soy— le dije, encontrándome con su cálido rostro.

—Tienes unos ojos muy bonitos.— me dijo, así sin pensárselo. Tardé algo en contestar.

—Oh- Gracias. Nadie me lo había dicho tan rápidamente al conocerme— le sonreí tímidamente mientras me iba acercando a él. —Me llamo Nicky, Nicky Davies.

—Kevin Williams. Un gusto. ¿Qué lees?

Sus preguntas y afirmaciones me pillaban cada vez. Pude ver que era muy observador, por lo rápido que complementó mis ojos y como se fijó en que yo sostenía un libro.

Nosotros en la Luna, de...

—Alice Kellen. Buen libro.

—Lo es— sonreí.

—¿Te quedarás aquí mucho?

—Bueno, pensaba conocer el espacio y sí, pasar un rato. ¿Te molesto? Si quieres me voy.

—No, no. Al contrario. ¿Quieres sentarte aquí y leer juntos?— me dijo con una sonrisa.

Spider-Boy //Español/SpanishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora