6. Esa noche

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La alarma sonó a las ocho y media para que nos preparásemos para la cena. Hacía ya semanas que mi padre había estado reuniendo a los Avengers más a menudo, y eso a mí me encantaba. Los volvía a ver reír juntos, hacer sus chistes malos y comportarse todos como tíos y tías míos. Lo escondía, pero realmente me encantaba. Por eso los llamaba a todos así.

Peter dejó mi habitación y entró en la suya, para cambiarse. Yo cerré el libro del que estábamos estudiando y me vestí con el vestido. Realmente me acentuaba las curvas y el color maroon me quedaba fenomenal. Simplemente me añadí un poco de máscara de pestañas y me pinté los labios de un color parecido al del vestido, para conjuntar. Para el pelo, me lo ondulé con la plancha y quedó fenomenal con mi rubio oscuro.

Cuando estaba toda preparada, abrí la puerta de mi habitación y me encontré a Peter apoyado en su puerta, mirando el reloj. Iba vestido con un traje del mismo color que mi vestido, de ese rojo oscuro amarronado, y una camisa blanca debajo. Íbamos de conjunto y le quedaba fenomenal a él también.

Levantó la vista y su boca fue abriéndose despacio, maravillado.

—Wow, Nicky, estás... Re-realmente bien.

—Gracias. A ti también te queda genial este color.

Se miró a sí mismo, para recordar la ropa que llevaba puesta.

—Ah, sí, vamos a conjunto — sonrió.

—Bueno, uh- ¿bajamos?

—Sí, sí.

Bajamos las escaleras sin hablar, admirándonos el uno al otro. Al llegar abajo, atravesamos la sala de reuniones y llegamos al gran living room. Pocas veces íbamos ahí, ya que era gigante, con una plataforma que exhibía las invenciones de mi padre y mesas y sofás para pasar el rato.

Allí, mi padre, vestido con traje, hablaba con mi madre Pepper, que lucía un vestido rosado. Se levantó al verme.

—Nicky, cariño! Estás genial! Este vestido te queda fenomenal.

—Gracias, mamá.

Ella pasó la mirada a Peter.

—Peter, tú también estás espectacular! Vais muy bien conjuntados.

Mientras Pepper le hablaba a Peter, crucé una mirada con mi padre. Me sonrió sutilmente, pero eso ya era mucho de parte de él.

—Te queda bien — asintió.

—Gracias.

Cuando me iba a sentar, una voz grave me hizo mirar hacia la puerta.

—¡Ya hemos llegado!— sonreía Steve.

Iba acompañado de tía Nat, vestida con un vestido negro ajustado. Él iba en camisa. Corrí hasta él como pude, difícilmente con los tacones y el vestido apretado, y lo abracé con todas mis fuerzas. Hice lo mismo con Nat, pero con Steve siempre había tenido como una relación padre-hija. Él era el padre divertido y afectuoso que yo no tenía.

Cuando vieron a Peter, ambos hicieron cara de extrañados, pero él corrió a darles la mano.

—Capitán América! Viuda Negra! ¡No me lo puedo creer! Esto es... Soy Peter... Parker. Osea Spiderman. No desde hace mucho, pero estoy en vuestro equipo y... Bueno, es realmente importante para mí, será un lujo trabajar con vosotros y...—

—Peter.— lo frené. Se giró a mirarme y le sonreí.

—Bien, pues encantado de conocerte, Peter Parker— lo saludó Steve. Se dieron la mano, igual que con Nat.

—Así que este es el niño que decías, no, Tony?— dijo Natasha a Tony.

—Lo es—

—Muy... Prometedor— jugó Nat. Mi padre puso los ojos en blanco.

Estuvimos hablando un poco todos, y llegaron Clint, Bruce y hasta Thor vino. Pasamos una velada genial, comimos una cena riquísima y después bailamos al ritmo de canciones que ponía mi padre. Las luces eran de colores y el ambiente se había convertido en una discoteca.

Mi padre y Thor andaban borrachos, y el resto de adultos iban en camino. Yo había tomado un par de vasos también, y me empezaron a hacer efecto ya que hacía calor. Veía a Peter ser extrovertido, por lo que supuse que también había bebido. De repente lo encontré más mono de lo normal. Cuando debían ser las doce, mi madre me dijo que nos fuéramos a dormir, pero me resistí y conseguí que se olvidara de la hora. Para entonces, mi padre había llamado a bastantes amigos suyos, patrocinadores y trabajadores, así que la estancia estaba a petar de gente.

Yo andaba entre ellos hasta que me choqué con alguien. Lo miré desafiadora, por causa del alcohol, pero me encontré con los ojos de Peter.

—Nicky!— me sonrió, puede que demasiado, pero no lo noté.

—Parker!—

—¿Te he dicho ya que estás guapísima?

—Oh, gracias— dije, ligona. Alguien me empujó por detrás y me choqué con el pecho de Peter. Puse las manos en él y lo miré a los ojos.

—¿Estás bien? Te han empujado.

—Estoy muy bien.

—Ya veo— me sonrió, mientras ponía sus manos alrededor de mi cintura.

Antes de que me pudiera acercar, me tomó de la mano y me hizo seguirlo, corriendo entre la multitud. Llegamos al pasillo que daba a los baños, y ahí me estampó contra la pared, haciendo que no me pudiera mover.

—¿Qué estás haciendo?— dije, jugona.

No respondió. Apretó sus labios contra los míos y seguimos un ritmo discontinuo. Sus manos iban subiendo por mi vestido, y las mías desabrochaban su camisa para encontrar una tableta bien marcada. Acariciaba su piel como él lo hacía con la mía, y nos miramos por un segundo. Él me dio una mirada traviesa, pero yo me aparté rápidamente.

—Peter... No deberíamos estar haciendo esto.

Pareció que volvía a ser él.

—T-tienes razón. Lo siento, yo...

—Tranquilo, tranquilo.

Se hizo una pausa mientras yo me arreglaba el vestido y el pelo. Él, al verlo, recordó su camisa y se la abrochó también.

—Eh... Estoy algo cansada y me mareo, voy a subir a la habitación ya— dije.

—Sí, bien pensado. Yo también iré, que mañana tenemos colegio.

—Vale— dije mientras caminaba hacia las escaleras, con la mano en la frente. Me ardía.

Peter me siguió, aunque dejó una buena distancia entre nosotros. Entré a mi habitación y cerré la puerta, y escuché a Peter hacer lo mismo. Me tumbé en la cama, cansadísima, y miré la hora. 01:23.

No pude dormir hasta que pasó un buen rato. No me paraban de llegar imágenes de ese nuevo Peter que había conocido esa noche, un Peter travieso, sexy, hasta caliente? No, no podía pensar eso. Peter era inocente, tímido y listo. No me podía gustar la versión alcoholizada de mi mejor amigo, pero esa forma en que me tocaba, como me besaba y como se sentía tan bien.

Me quité los pensamientos de la cabeza y abrí los ojos de un golpe. Aún me dolía la cabeza. Me levanté, puede que demasiado rápido, ya que todo me dio vueltas, y llegué hasta la puerta de mi habitación. La abrí y me apoyé en la de Peter, donde puse la oreja. Escuché algún ronquido y una respiración calmada. Estaba completamente dormido, ¿por qué yo no podía? La música de abajo aún sonaba alta, y escuchaba a todos reír. Me volví a cerrar en la habitación, molesta por el ruido, y me volví a estirar, sin quitarme ni el vestido ni el maquillaje.

Spider-Boy //Español/SpanishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora