Spider-Boy //Español/Spanish

8. Kevin Williams

Cuando llegué a la biblioteca lo encontré ahí, como de costumbre. Al verme levantó la mirada y me sonrió mientras se quitaba uno de los auriculares y lo dejaba encima de la mesa. Me senté a su lado.

—Hola

—Hola. ¿Estás estudiando?— le pregunté, para sacar tema.

—Sí, tengo un examen de economía dentro de poco.

—Vaya. Tú puedes— le sonreí.

Lo hizo de vuelta y cogió el auricular que había dejado para mostrármelo a mí. Lo cogí de su mano y me lo puse en la oreja. 'High Infidelity', de Taylor Swift, sonaba en él. Le sonreí al reconocer la canción, y él supo exactamente por qué lo hacía. Ambos éramos fans de Taylor.

—Ey, has visto el cartel que anuncia el baile?— me dijo al cabo de poco.

—Oh, sí, lo he visto. Lo he hablado con mis amigos a la salida

—Ah. Te vas a llevar a Parker, ¿no?

—Dónde, al baile? Qué va, si él le quiere pedir a MJ. Tú tienes pareja ya?

—No, no, qué locura. Nadie me va detrás— rio.

—Pues estamos igual.

Nos quedamos mirándonos el uno al otro y finalmente nos sonreímos, sabiendo desde entonces que iríamos juntos.

—A las siete te paso a buscar a tu casa?— me dijo, refiriéndose al día del baile.

—Vale. Ya te pasaré la ubicación— le sonreí. Obviamente no le iba a decir que vivía en la Torre Stark; tenía planeado pedirle a mi padre cualquier apartamento por la zona y fingir mi casa allí.

Eso era lo guay de tener al famoso Tony Stark como padre. Seguramente una docena de personas pensaban que vivía en una casa distinta.

Kevin y yo pasamos la tarde estudiando en la biblioteca, aún compartiendo auriculares, hasta que mi padre me envió un mensaje. <¿Cuándo vas a llegar a casa?> <En nada salgo> <Bien. Natasha os espera a ti y a Parker para entrenar.> <Okay, ya voy>

Me despedí de Kevin al cabo de poco y andé hasta la torre escuchando música. Cuando llegué, me encontré a Pepper paseándose con prisa, como siempre, y le comenté lo del baile.

—Un vestido? Yo te encontraré uno para que estés irresistible!— me sonrió.

Le agradecí mucho y seguí mi camino hasta el salón, dónde mi padre estaba sentado, acompañado de Peter, que hacía deberes.

—Hey.

—¡Nicky! ¿Por qué has tardado tanto?— me preguntó mi padre.

—Socializar, recuerdas?— le sonreí. Entonces miré a Peter —Hola, Parker!

—Nicky... Hola.

—¿Qué, preparados para entrenar a saco?— dijo Natasha entrando por la puerta.

—Nat!— corrí a abrazarla después de dejar la mochila en el suelo.

—Claro que lo están, ¿verdad chicos?

—Sí, vamos.

Seguimos a Natasha hasta el salón de entrenamientos, donde no pasaba nada si se destrozaba todo. Tenía también las paredes aseguradas para que no se rompieran por los poderes, aunque mi padre siempre me pedía que tuviese cuidado con ellas, ya que mis poderes eran algo que no tenía planeado.

El entrenamiento fue bastante duro, me tocó pelear con Peter y no sé si lo gané porque se dejó ganar o porqué le tenía rabia. Hubo un momento en que Nat nos tuvo que separar el uno del otro, o sino nos acabaríamos haciendo daño de verdad. Al segundo me calmé y vi que a Parker le sangraba la nariz y tenía un par de cortes en la cara. Corrí hacia él, pero Natasha me paró y me dijo que mi entrenamiento había terminado. No supe si tomármelo a bien o a mal, pero me di una ducha y entonces me tumbé en la cama. Kevin me había enviado un mensaje, pidiéndome la dirección de mi casa, y sonreí en cuanto le mandaba la de un apartamento cercano que me había proporcionado Happy.

Al cabo de un tiempo, alguien llamó a mi puerta. Caminé hacia ella vestida con unos pantalones cortos y una sudadera por encima, como normalmente iba por casa, y la abrí para encontrarme a Peter.

Abrí mucho los ojos al ver bastantes moretones en su cara y alguna que otra herida.

—Peter! Oh dios, lo siento! ¿Esto te lo he hecho yo?

—No te preocupes... No pasa nada.

—Peter, te he hecho daño, Natasha me ha echado del entrenamiento y habéis estado una hora más, debes estar cansadísimo. ¿Qué habéis hecho?— le dije mientras lo acompañaba a que se sentara en mi cama.

—Hemos luchado un poco más, me decía que tendría que poder aguantar tus ataques, pero... No estoy preparado para ser un Vengador, Nicky. No tengo nada, yo...— sus ojos se empezaron a llenar de gotas mientras miraba al suelo.

—Peter— le dije. Él no respondió. —Peter, mírame— lo cogí de la barbilla y lo hice mirarme, mientras una gota resbalaba por su mejilla. —Eres muy fuerte. Eres un Vengador perfecto, créeme. Lo tienes todo, solo tú podrías ocupar tu nuevo puesto aquí y hacerlo genial. Que nada te haga cambiar de pensamiento, Pete.

—Pete?— una pequeña sonrisa se creó en su cara.

—Sí, Pete. Te gusta?

Él asintió y yo apoyé mi cabeza en su hombro.

—Gracias, Nick— bromeó él. Yo reí ligeramente. —¿Cómo te va con ese que querías llevar al baile?

—Oh, genial. Él tampoco tenía pareja y hemos quedado en ir juntos. Y tú y MJ?

—Aún no le he preguntado. Creo que lo haré mañana

—Hazlo, porque solo quedan cuatro días, y mañana tres

—Lo haré

—Bien— le sonreí.

Le acaricié un poco la cabeza, entrelazando mis dedos en su pelo, hasta que se levantó tranquilo y dijo que se iría a la ducha.

Lo dejé ir y me estiré en la cama, ahora más tranquila. Pensaba en cómo iría el baile, realmente estaba nerviosa, pero en un buen sentido. Kevin me gustaba. Era perfecto, guapo, educado y gracioso al mismo tiempo. Había hecho muy bien de llevármelo al baile a él, aunque alguna parte de mí aún se fijaba en Peter, pero tenía que olvidar esos sentimientos. Peter estaba con MJ, y seguro que también le iba genial.

Pensando en eso, pasé una hora más, y entonces mi madre Pepper apareció por la puerta con un vestido rojo, de tirantes y apretado, algo corto, pero perfecto. Dijo que no sabía si me gustaría, pero le aseguré que sí. Corrí a probármelo y vi que me quedaba fenomenal. Me sonreí a mí misma y bailé felizmente a la canción de Teenage Dream, la versión de Stephen Dawes (os la recomiendo), que sonaba en mis auriculares inalámbricos.

El baile solo estaba a tres días, y era una gran oportunidad. Lo esperaba con ansia.