❀𝐕𝐈❀

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La disputa fue tan ardua y agresiva que para su desgracia terminaron llevando la pelea a las calles de la gran ciudad después de que el “Santuario” se les hiciera muy chico

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La disputa fue tan ardua y agresiva que para su desgracia terminaron llevando la pelea a las calles de la gran ciudad después de que el “Santuario” se les hiciera muy chico. Kaecilius no lo dejaba ir ni un instante, no solo modificando la realidad misma sino que arrastrándolo a enfrentamientos cuerpo a cuerpo que parecían en algún punto interminables. A pesar de su agotamiento estaba dispuesto a detenerlo y así, salvar su mundo. No solo por las personas, que ha aprendido a no menospreciar, si no también a su amado que está en esa cama de hospital esperándolo.
Así que con ello en mente no dudó en defenderse con lo mucho o poco que aprendió de la hechicería.

—¡Usted debe morir, doctor Strange!

Gritó colérico el maestro de las artes oscuras, endureciendo aún más su mirada ya perturbada y oscura como las manchas de sus sienes.

—¡Esa palabra no está en mi vocabulario!


Cansado y con el corazón muchísimo más calmado que las horas anteriores acabó postrado en un sofá aleatorio que se hallaba en el segundo piso de la mansión, punto de encuentro y de seguridad para magos de todo el mundo. Por un momento dejo de pensar en lo acontecido y se tomó unos segundos para detallarse notando que estaba sucio, como si hubiera trabajado con la tierra, y en su rostro igual de mugriento pequeños cortes que ardían notablemente. Y no solo eso, su cabeza martilleaba dolorosamente haciéndole gruñir por lo bajo.
A estas alturas solo quería darse un buen baño con sus sales favoritas en la bañera, colocarse una pijama de algodón que estuviera en su armario y acurrucarse plácidamente en el acogedor calor que le proporcionaba su amado Steve; su esposo, en su cama matrimonial.

Obviamente no ha olvidado su objetivo inicial, por qué se quedó sin nada en busca de lo imposible y cómo acabo en Nepal específicamente en Kamar–Taj cambiándole la vida por completo. Y no solo eso, ahora tenía una responsabilidad más grande sobre sus hombros haciéndole reflexionar considerablemente. Ya no podía volver a ser doctor, ya no era un hombre común y corriente y por sobre todo, debía pensar en qué hará de ahora en adelante que es el “Hechicero Supremo” luego de la dolorosa muerte de Ancestral... el papel de ella se convirtió en su deber.

—Me va a explotar la cabeza...—susurro en aquel silencioso espacio, masajeando el puente de su nariz con los ojos cerrados. Previa el comienzo de una migraña.—Oh, muchas gracias Levi—con los ojos nuevamente abiertos dirigió la mirada hacia la capa roja que levitaba mágicamente, está misma extendiéndole una bandeja con una taza de té humeante sobre ella. La adquirió cuando luchaba allí mismo contra el señor de los Fanáticos.—Fuiste de gran ayuda en la batalla, estoy agradecido.

La fina tela con vida propia pareció asentir con la parte del cuello de la capa, para luego marcharse a quien sabe dónde. Si algo así hubiese ocurrido en sus tiempos como neurocirujano de seguro le ocasionaría un infarto, o simplemente creería que es una broma de mal gusto muy bien elaborada en cualquier caso le buscaría una explicación científica que sustentará su creencia.
El brebaje de buen color e incluso dulzón relajo de inmediato sus extremidades tensas y dolientes, inconscientemente sonrió a la nada volviendo a centrarse en sus pensamientos un poco más tranquilo.

Hubo muchas bajas de magos por el ataque simultáneo a los distintos santuarios secretos en los países vecinos y no tan vecinos. Fue espantoso, aún más cuando tuvo que viajar a la dimensión oscura envalentonado dispuesto a retar a Dormammu para que dejase la tierra en paz ¡Y lo logro! Pero después de morir millones de veces encerrado junto al ente en un bucle de tiempo gracias al Ojo de Agamotto y la gema en su interior. Ese ser de caos y destrucción, cansado por su persistencia terminó por aceptar el tratado prometiendo que jamás volvería retirando así a sus tropas de Fanáticos.

Con ellos, a un Kaecilius muerto atravesado por una piedra espacial filosa cuando ambos mundos pretendían colisionar. Además de la desaparición de Mordo que, le preocupaba pero no tanto como para pensar más en ello. Con mucha suerte, quizá, resultaron vencedores después de todo.

—Entonces... ¿Qué haremos ahora? Todo poderoso—expresó Whong apareciendo de la nada plantándose frente a él con los brazos tras la espalda.—Supongo que deberíamos empezar por la restauración del Kamar–Taj y... ¿Que sucede?—callo cuando Strange hizo un ademán con la mano para que detuviese la posible palabrería.

—Si, deberíamos pero, te diré cuando esté listo... aún tengo algo que hacer ¿Okey? Discúlpame amigo—le dedicó una pequeña sonrisa por demás agotada que el contrario recibió y devolvió con un asentimiento en comprensión.—Por lo pronto encárgate.

Y por supuesto tenía algo que hacer, ver nuevamente a esos ojos que lo encantaron desde que los miro por primera vez. Su Stevie debe estar esperándolo, tan ansioso como él después de un mes y varias semanas sin verse; más por el revuelo que causó en el hospital junto a Christine y su forma astral. Seguramente su soldado lo matara pero no le importa, después de todo finalmente podrá hacerlo caminar y resurgirá como un fénix de las cenizas luego de tan tremenda caída...



Falta poco para acabar este cortito fic, espero lo estén disfrutando 🥹❤️
Después de tanto Stephen podrá curar a Steve ¡Yeeeei!

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⏰ Última actualización: Apr 14 ⏰

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