☢︎︎N̶E̶W̶ V̶I̶R̶U̶S̶

25

Hace cuatro años, corea del norte.

Sus ojos cerraron tan repentinamente quedando inconcente, tenía una herida grande, una mordida de un infectado y aunque sabían que era riesgoso, la orden era que le pusieran el antivirus que hwasa les había dado.

Lo había recibido horas después, pero sólo quedó inconsciente, algunas de las palabras del alfa eran "¿soobin esta bien?" "¿dónde está soobin?" Parecía que estaba delirando pero no dejaba de mencionar su nombre sólo estaba débil por el Virus.

Todos hicieron lo que pudieron para salvarle la vida, eran doctores arriesgando la suya para que el soldado surcoreano sobreviviera, tan sólo el sobreviviente había quedado unas 48hrs inconsciente, pues las intenciones de hwasa eran evidentes, después de que tratara de dispararse a sí mismo para acabar con el virus decidieron experimentar con su cuerpo para saber si el antivirus de soobin era servible.

No era que seokjin no recordara los elementos que contenía, si no que hwasa lo tenía encerrado para robarle el trabajo y tenerlo bajo sus manos, al ver el resultado fue emocionante.

Pues después de dos días, yeonjun había despertado sin algún síntoma del virus, no se había transformado en una de esas cosas, pero estaba extrañado por la situación. Cuando despertó se dio cuenta de que no estaba en Japón, ni en Corea del Sur, si no en Corea del norte, siendo vigilado por muchos más soldados quienes no le decían ni una sola palabra.

—¿Donde carajos estoy? Contesten.— Estaba en un intento de querer golpearlos a todos en cuando despertó en el hospital. Los soldados tenían en sus uniformes la bandera de Corea del Norte, portaban armas y estaban solo parados mirando al alfa, pero no decían ni una sola palabra.

Entre uno de ellos salió un omega castaño, parecía ser el más inocente de todos pues no tenía esas expresiones frias al de los demás.

—Tranquilo, estas en Corea del Norte y por órdenes superiores tenemos que cuidarte aquí para que no escapes, hasta que recibamos la orden de poder llevarte con nosotros. — Respondió de forma tranquila.

Nada de eso tranquilizó a yeonjun.

—Van a asesinarme, lo sé. ¿Porque estoy aquí? Debería estar muerto? ¿A dónde me llevarán?. — Tantas preguntas para el pobre castaño, quien no sabía que decirle.

Los soldados se hicieron a un lado, y una mujer apareció entre ellos, yeonjun no sabe quién es ella, pero la mujer de piel morena tenía todas las respuestas para él, ordenó a los solados salir de inmediato de ese lugar pues el asunto era privado, desconfiados siguieron sus órdenes saliendo de la habitación.

Cuando todo se tranquilizo la mujer solo preguntó.

—¿Cuál es tu relación con choi soobin?.

La pregunta exalta a yeon.

—¿que sabes de él?.

—Choi​ soobin​ te salvó de que murieras, su sangre sirvió para encontrar los anticuerpos que hicieron no te infectaras, aunque siendo sincera para él estas muerto, se que tu marcaste al niño. — dice de forma seria, esperando a recibír un gracias, ya que sin ella, el alfa no estaría vivo.

—Eso significa que regresaré a Japón, ¡quiero estar con el!. — lo primero que quería hacer era regresar y abrazar a su menor, para estar con el como se lo había prometido.

—Oh no, eso no se puede, tenemos una misión aquí en Corea del Norte.

—Mi misión está cumplida, quiero estar con mi omega, eso es lo único que pidió. — ordenó, ignorando a las peticiones de la mujer. — también quiero saber sobre su salud, mi padre había descubierto que soobin tenía un horrible feto, quiero estar con él en cuanto antes.