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Tokio, Japón
(años atrás).

El laboratorio de Japón seguían con las investigaciones del nuevo virus, muchos tenían que expandir la cura de seokjin, el ahora científico desaparecido, aunque hwasa no solía trabajar junto a ellos, ella tenía un laboratorio propio y especial donde solo trabajadores de su confianza iban a ayudarla, estos tenían que trabajar varias horas ahí y no solo eso....

Si decían lo que pasaba en el laboratorio de hwasa estaban acabados, la alfa los tenía bajo amenaza y estos solo optaban por fingir que nada malo sucedía ahí.

Bajo aquel laboratorio y dentro de este ocurrían las peores desgracias, miles de gritos de personas siendo experimentos para crear «el nuevo virus» dando así la existencia de una nueva evolución para la humanidad, desafortunadamente este virus no venía sólo, había proveído de alguien...

—Por favor... Me duele.

—Esto solo pasara por algunos segundos, necesitamos esto, hazlo por tu bien. — la mujer encaja la jeringa recibiendo un grito de dolor.

Solo lo hizo con su brazo pero aún faltaba su vientre, sacó la jeringa y la volvió a rellenar para volverla a insertar, el omega solo patea a la mujer liberándose de su agarre para correr lejos de ella y de aquel dolor, era difícil de escapar ya que sus sentidos estaban siendo bloqueados debido a esas sustancias que ponían en su cuerpo, la mujer corrió tras de el.

—¡Se escapa!. —Grita advirtiendo a sus compañeros.

Estos dejan sus actividades para detenerlo, aunque haya perdido sus sentidos un poco no significa que el miedo se haya ido, quería huir y dejar de sentir el miedo horrible que le hacía tanto daño.

Antes de que pudiera si quiera acercarse a la puerta, hwasa entra por la misma bloqueando su única salida, el omega se detiene con un miedo más peor que el de antes y por defensa sólo se cubre.

—¿Otra vez?. — Reclama al menor mirándolo con enojo. — ¡No vas a salir de aquí si no colaboras!.

—¡Ustedes no quieren colaborar! Me quieren matar.

La mujer harta le tira los expedientes en la cara los cuales tenían el nombre de otro científico, ella estuvo interesada en tener a soobin en su experimento desde que el padre de yeonjun descubrió algo en el que no estaba bien y perjudicaba a la humanidad, ella no era esa clase de personas que querían deshacerse el problema, era más de experimentar hasta que tenga su propia conclusión.

—El padre de tu alfa entregó esto, el fue quien nos dio informe de esto y también fue quien te entregó después de encontrar esa cosa.... ¿Nunca te lo dijo?.

Soobin con algo de dificultad logra levantar el expediente, claro que lo sabía, de hecho tuvo constantes dolores y vomitaba con sangre, porque esa cosa que estaba en su vientre no era humana.

Aquel hombre le dijo a yeonjun que tenían que dejarlo en corea para que no perjudicará a la población de Japón, obviamente el militar no hizo eso y protegió a su omega hasta que este se fuera, sin embargo, el hombre lo terminó por entregar, hwasa no sintió ni un poco de lástima por aquel adolescente de dieciséis años.

—N-No pensé que iba a ser un problema, solo dijo que era un.. Feto mal formado y ya...

—¡Así es! Pero cuando quisimos sacarlo, este feto.. No estaba mal formado. Por eso me interese más en que siguiera en tu vientre, y ¿Sabes que es lo interesante?.

Soobin negó nervioso mirando hacia el suelo.

—Qué ese monstruo crece más rápido de lo normal, si fuera humano ni siquiera estaría tan grande su vientre. — señaló, todos los científicos sólo eran expectantes de lo qué decía su líder, el vientre de soobin parecía de siete meses cuando este apenas tenía tres, incluso cuando se entero para soobin era imposible que haya quedado en cinta en sólo una semana, hasta que se dio cuenta que algo no estaba bien.

☢︎︎N̶E̶W̶ V̶I̶R̶U̶S̶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora