☢︎︎N̶E̶W̶ V̶I̶R̶U̶S̶

23

Corea del Sur.

Las alarmas sonaban de forma escándalosa, un montón de trabajadores trataban de detener a  los fugitivos, hwasa no estaba enterada de ello pero si lo supiera le cortaría a la cabeza a sus empleados por haberlos dejado escapar, más porque uno de ellos había robado el diario de jeongyeon, el cual la señora hwasa atesoraba ya que ahí escondían muchos secretos.
Habían mandado a capturarlos sea como sea, incluso si estaban muertos era mejor, disparaban hacia aquellos dos pero estos no se detenían.

—¡Eres un estúpido inútil! ¡Se están escapando!. — Grito min, golpeando a unos  de los empleados bastante enojado por que no habían podido capturarlos.

Eran demasiado hábiles.

—Escaparon a pesar de que las puertas estaban bloqueadas, ellos no debieron trabajar solos, alguien los estuvo ayudando desde adentro. — Dijo una de las empleadas a superior de forma seria, habían logrado pasar por las puertas bloqueadas con facilidad.

Eso tenía sentido para min, pues solo ellos tenían acceso a ellas, los únicos trabajadores que sabían que Corea del Sur no era inhabitable, los únicos que sabían de las fechorías de hwasa, los únicos que protegían a los experimentos, los únicos que sabían que Corea del Norte estaba aliado.... Los únicos que sabían todos esos secretos.

—Hwasa​ salió rumbo a China... En unos días regresará seguramente nos matara cuando se entere que raptaron a seokjin, liberaron al monstruo y se llevaron los apuntes secretos. — Dijo con preocupación min. — Ella también tiene planes de regresar a Japón.

—¿regresar? Pero... Los planes de ella era hacer qué Japón cayera, si libero a la pequeña fue porque quería que fuera parte de ello... — Mencionó la chica de nombre seulgi.

—Ella tiene otros planes, algo la obliga a regresar ahí... Recuerda que esa mocosa tiene el veinte por ciento de la mente de yeon woo, poco a poco ese veinte por ciento matara los recuerdos de esa niña, y al igual el virus en su cuerpo, hará que se convierta totalmente en la hija de hwasa conforme pasa el tiempo. Si no recuperamos esas notas, ellos sabrán toda la verdad.... Y será la perdición de nosotros. — informo min, formando una sonrisa descarada. — Seremos la nueva especie, una especie que el puto mundo no pudo crear. Así que recuperen al monstruo.

-----------------------

La temporada de invierno había comenzado en los países asiáticos, tanto Japón como Corea del Sur estarían sufriendo grandes tormentas durante aquellos días dando iniciado la época, a los cuantos kilómetros lejos del laboratorio que era lo único con vida en Corea del Sur, dos cuerpos corrían, uno de forma débil y otro lo ayudaba, los dos tenían mascaras para no infectarse con el aire contaminado.

Corea del Sur estaba en ruinas, no había ni un solo rastro de vida desde que Corea del Norte decidió atacar con miles de misiles, dejando cenizas el lugar, sin infectados y sin humanos, sólo ese laboratorio que llevaba años escondido bajo custodia de hwasa era lo único que quedaba.

Pronto ambos cuerpos pararon, el omega estaba muy débil, sus cabellos crecieron, sus ojos no tenían brillo, estaba demasiado delgado y ya no tenía esa actitud arrogante de antes, su aroma ya no era dulce si no.. Que olía a solo sustancias químicas, y sólo miró a la omega, sonriendo débilmente.

—Jisoo...— Acaricio su rostro, y ella estaba estallando lágrimas.

Después de tanto tiempo, pudo encontrar a su hermano, aunque no lo hizo sola, había tenido ayuda de sunmi, ambas se habían unido para acabar con hwasa, y estaba feliz de ver a su hermano de nuevo. Aunque ya no parecía ser el mismo de antes.

—Oppa, no te esfuerces mucho, estas débil, nos escondermos hasta que podamos llegar a Corea del Norte y refugiarnos. —Dijo la omega formando una leve sonrisa, tenía una gran mochila llena de provisiones, había estado preparada para ello.