数; 𝟎𝟖

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Jungkook se encontraba en la biblioteca, caminando de aquí para allá, nervioso, ansioso, preocupado. Era extraño jamás se había sentido de esa manera antes, ni cuando era cachorro y jugaba con las y los omegas que siempre parecían querer llamar su atención. Su mente estaba tratando de buscar las palabras correctas para que Yongmin no se asustara, no quería alejarlo.

Se paso las manos por su cabello, ignorando el hecho que estaba portándose como un amateur, bueno, era verdad que intentaría cortejar a un omega después de bastante tiempo, pero sus ultimas relaciones habían sido exitosas, así que debía dejar de ser negativo. Escucho como la puerta de la biblioteca se abrió y pudo ver a Mingyu sonriéndole con malicia.

—El joven Kang esta aquí —se inclino para saludarlo y sin más, dejo que el chico pasara.

Se retiro, dejándolos solos. Pudo sentir como su lobo rasguñaba su pecho emocionado, quería ir y abrazar al joven para llenarlo de su aroma. El joven omega se acerco poco a poco, no tenia a su cachorro en brazos como siempre y su cabello se veía más brilloso de lo normal, supuso que había ido a su habitación para asearse.

Una vez estando cara a cara, volvió inclinarse para saludarlo.

—Gracias por venir —lo miro a la cara, sintiendo sus manos sudorosas.

Yongmin no dijo nada, expectante. Era obvio, después de todo él le había pedido que viniera a hablar en primer lugar. Soltó un suspiro bastante sonoro y se cruzo de brazos.

—He ordenado que nos sirvan la cena aquí... —guio al chico a la mesa.

El lobo de Jeon nuevamente le hizo saber que estaba arruinando las cosas al ver el ceño fruncido del más bajo.

—¿Hay algo que necesita de mi? —el de gruesos labios lo miro directamente mientras se sentaba junto a él.

—No —hablo apresuradamente. No quería darle ideas erróneas, no otra vez.

«No seas cobarde»... Su parte animal estaba tan desesperada, también él, aunque no quisiera admitirlo.

—Quisiera preguntarte algo muy importante —se inclino hacia la mesa para verlo mejor.

—Por supuesto mi rey —susurró nervioso.

—Yo... —no pudo terminar lo que estaba apunto de decir ya que los sirvientes entraron con los platillos, interrumpiéndolo.

Espero paciente a que todos abandonaran la biblioteca para que pudiera continuar con lo que se había propuesto. ¿Es que acaso la Luna no quería que formara su propia manada?

—Come por favor, debes estar agotado —le dijo al de largo cabello.

Comieron en silencio, no era incomodo, pero tampoco era natural. Sintió un fuerte aroma de nueces y gardenias llegar a su nariz, era Yongmin. Y no solo eso, su tercer aroma era canela, al fin pudo descubrirlo. Sus feromonas estaban bastante intensas, lo miro disimuladamente, el chico parecía estar tranquilo, su olor comenzaba a aturdirlo, como si estuviera llamándolo, se sentía tan bien.

Terminaron de cenar y el joven no hizo nada más que mirar sus manitas, podía sentir que estaba muy confundido.

—¿Es qué acaso he hecho algo malo? Mi rey —esta vez su miraba transmitía preocupación.

Un sentimiento de furia subió por los hombros del alfa, aquella pregunta demostraba que aun lo miraba como una figura de autoridad, no le gustaba ser llamado «Rey» por Yongmin, el quería que lo llamara alfa, su alfa.

—Po supuesto que no... Y no me llames así —resoplo.

—Pero usted es el rey... Debo mostrar respeto señor —hablo más confundido de lo que estaba hace tiempo atrás.

—Hay algo dentro de mi... que no puedo explicar con claridad —se acerco a él—. Mi lobo me pide cosas...

—No entiendo —negó con la cabeza, interrumpiéndolo.

—Yongmin quiero cortejarte —soltó sin pensarlo o se arrepentiría— ¿Quisiera saber si aceptas mi cortejo?

La cara de aquel pobre chico hubiera sido digna de enmarcarla en pintura, sus ojos se abrieron en sorpresa y sus mejillas habían tomado un color rojizo intenso, llevo una mano a su boca tratando de ocultar su sorpresa.

—Yo... —no tenía palabras—. Pero... soy un plebeyo.

Se levanto de la silla, asustado. ¿Asustado? ¿Esa sería la palabra correcta para describir sus sentimientos?

—Este reino no sigue ese tipo de ideas —Jungkook se levantó y lo siguió despacio—. Nunca juzgaría a nadie por sus raíces.

El joven Kang negó incrédulo, dando pasitos hacia atrás.

—No tienes ninguna marca —poso su vista en su cuello—. Tampoco tienes alfa.

Se sentía como una pequeña liebre siendo cazada, al ver los ojos rojos de Jungkook, trago el nudo de su garganta, odio a su lobo por demostrar su naturaleza sumisa, feliz al ver que el alfa estaba tras él, en un juego ansioso.

—Pero apenas nos conocemos —se asustó más al sentir un estante de libros a sus espaldas.

Sin ningún otro lado a donde huir.

—Por eso quiero demostrarte que soy un alfa fuerte y digno —su pecho se infló con orgullo, acorralando a Yongmin entre su ancho cuerpo y la estantería.

—Pero... pero —sintió su delicioso aroma de Jeon colarse por su nariz.

Se congelo al ver que el alfa se inclinaba para hundir su nariz en su cuello, muy cerca de la clavícula, en el nacimiento de su aroma. Su lobo le hizo ladear el cuello en un acto de pura y completa aceptación.

—Solo di que si por favor —susurró sintiendo sus colmillos querer salir.

¡Mi señor!

Un fuerte grito se escuchó en la puerta, gruñó molesto alejándose, volviendo en sí. Kang dio un salto lejos de su agarre.
Vio al pobre omega temblar, pero afortunadamente sus ojos no demostraban terror.

—¡Mi señor! —Mingyu corrió hasta ellos soltando una risa evidentemente falsa—. Hay algo unas cuantas cosas que debemos hablar.

Parpadeo varias veces, tratando de pensar en lo que acababa de hacer. No había sido una buena idea que otro alfa se interpusiera, no ahora.
Pero supo mantener a su amigo calmado.

—Eh —se giró hacia el joven de cabello largo—. Porqué no vas a tu habitación ¿Mmmh?

Sonó más como una orden, el pobre chico asintió frenético.

—Yongmin —lo miro antes de que se fuera—. Dime que lo pensarás.

No dijo nada, por enésima ocasión y solo asintió.
Jungkook lo vio salir a todos prisa, gruñó otra vez, quería ir tras él.

—Demonios... No me pagas lo suficiente para esto —Mingyu suspiró recostándose contra la estantería aliviado.

De hecho no le pagaban.

歴史; サンアンドムーンWhere stories live. Discover now