数; 𝟏𝟏

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Yongmin estaba en su habitación caminando de aquí para allá, nervioso, con las emociones desbordandolo. No quería ir a la biblioteca, miro hacia su cama con los conjuntos que Lia le había dicho que podría utilizar, se sentía tan fuera de lugar... Aunque su lobo le exigía que debía apurarse e ir de una vez por todas, escucho la risa de Hyunjin —quien estaba entretenido con un par de juguetes—.

Se acercó y acarició su cabeza, suspiró diciéndose a sí mismo que no debía seguir perdiendo el tiempo, se quitó la ropa para dormir y se vistió con un conjunto azul de seda. Se suponía que hoy iba a pasar el día entero con el rey, pero a decir verdad, tenía un mal presentimiento.
Durante todo el recorrido hacia la biblioteca sentía su corazón más pesado que de costumbre, Hyunjin envuelto en su espalda se había quedado dormido, afortunadamente.

Abrió la puerta asomando su cabeza con lentitud, a lo lejos vio a Jeon observar unos libros, estaba tan ansioso que su pecho vibró con gran intensidad. Entro de una vez por todas y debido al rechinido de la puerta, el rey pudo notar su presencia.

—Buenos días —hizo una reverencia una vez que estuvo cerca.

—Buenos días —le devolvió el saludo algo extraño—. ¿Has descansado bien?

Yongmin afirmó con la cabeza.

—Porqué no tomamos el desayuno —se aclaró la garganta.

—Yo —jugó con sus manitas—. Esta bien mi rey.

Después de unos minutos, les llevaron la comida. La cual olía muy bien, el de cabello largo todavía no se acostumbraba a esto, siempre pensaba que estaba en un maravilloso sueño del cual despertaría.

«Tal vez eso suceda pronto»
Pensó con tristeza.

Pudo ver que el alfa a su lado ya no podía contener más su curiosidad justo cuando acababan de comer, trato de reprimir su risa. No quería ser descortés.

—Antes de comenzar con las actividades de nuestro día —lo vio directo a los ojos—. Espero que ya puedas darme una respuesta.

Su corazón latió desenfrenado y sus manos comenzaron a sudar, su lobo estaba moviendo la cola y no dejaba de aullar de la emoción.

—Así es —soltó un suspiro.

Espero a que Jeon dijera algo, pero se quedó expectante.Vio los grandes y brillosos ojos del alfa frente a él, quedó cautivado, pero la tristeza volvió a gobernar su mente; llenando su apenas viva alma con inseguridades del pasado.

—No puedo aceptarlo mi rey —contuvo las ganas de llorar—. Le ruego su perdón.

Hizo un esfuerzo para tragarse el nudo en su garganta, viendo al pelinegro estar genuinamente sorprendido. No dijo nada, solo se quedó observándolo como si le hubieran dicho algo imposible de creer.

—Pero... —lo miro sin nada más que decir.

Se levantó de la mesa aun viéndolo, el que estuviera callado lo hacía peor, después camino lejos hacia la ventana. El lobo del omega gruñó y aulló triste de nuevo, quería consolarlo.

—De verdad lo siento —Yongmin se levantó y sin saber qué más hacer, salió de la biblioteca con destino a su habitación.

Su lobo le pedía que fuese de vuelta con el alfa, pero ya era demasiado tarde; una vez en su habitación le pidió a Lia que fuera a buscar a Mingyu, ya que necesitaba su ayuda. Después de unos cuantos minutos el castaño se hizo presente, entró sonriente como de costumbre.

—Mingyu —se acercó a él—. Gracias por venir.

—¿Qué sucede? —su ceño se frunció al ver a aquel omega vestido con su ropa vieja.

歴史; サンアンドムーンWhere stories live. Discover now