数; 𝟏𝟕

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Yongmin sintió el fuerte aroma a pino con menta colarse por su nariz, lo hacía estar tan relajado que por poco todos los recuerdos borrosos que llegaban a su mente estaban apunto de desaparecer, junto todo su esfuerzo para poder abrir los ojos y despejar el sueño de su cabeza. Miro a su alrededor tratando de enfocar su vista en algo específico, era como si su ser se negase a cooperar.
Una vez que pudo recuperar la orientación sintió un fuerte palpitar en su pecho, eso le hizo llevar ambos ojos hacia el dueño de aquel, extrañamente, pero satisfactorio olor.

—Hola —Jeon le sonrió, acercándose a él despacio—. ¿Cómo te sientes?

Soltó un suspiro al mismo tiempo que llevaba una mano directo a su frente.

—Bien —ignoró el hecho que su conciencia no regresaban aún—. Aunque siento mi cuerpo algo pesado y dolorido.

Una sensación de urgencia lo golpeo mientras se sentaba en la inmensa cama, miro su cuerpo sintiendo como los nervios invadían sus pensamientos.

—¿Acaso... nosotros? —dijo asustado con la pregunta en el aire.

Miro al rey, quien soltó una risita y negaba al mismo tiempo.

—No —se quedó parado en la orilla de la cama—. Aún no somos pareja.

No sabía porqué, pero al oír esa respuesta Yongmin se sintió decepcionado, era algo estúpido, sabiendo que fue él quien rechazó a Jeon por el momento. Aún así, no podía evitar que su lobo se sintiera herido, asintió con la cabeza sin decir nada más.

—¡Dónde está Hyunjin! —esta vez quiso levantarse rápidamente, pero sus piernas le fallaron.

Jungkook tomó su cuerpo antes de que fuera a dar contra el suelo, el joven omega se avergonzó sintiendo un cosquilleo en la parte baja de su estómago, observó los profundos ojos del alfa y pudo sentir un fuerte escalofrío correr por todo su ser.

—Debes tener más cuidado —lo sentó de vuelta en la cama—. Aún debes tener síntomas.

Yongmin sintió su cara llenarse de calor en cuestión de segundos, le agradeció mientras evitaba mirarlo, ya que su lobo estaba a punto de controlar su cuerpo y hacer que se aventara encima del rey. Alguien llamó a la puerta y enseguida entró, Lia saludó cortésmente con su bebé en los brazos, cuando por fin lo envolvió en los suyos su corazón estuvo en paz, le dio un montón de besos y al oír su risa no pudo haber estado más feliz.

—Gracias Lia —le sonrió y la mucama se retiró haciendo una reverencia.

Una vez que estuvieron solos, Jeon se levantó tomando su bolsa de cuero para ir a trabajar.

—Todavía tienes que recuperarte —se cruzó de brazos—. No debes preocuparte por ir a los huertos, cuando tú celo haya pasado completamente, podrás hacer tus actividades con normalidad.

Volvió a quedarse callado y afirmó con la cabeza, lo vio salir de la habitación y por fin pudo respirar, la presión de su pecho aún seguía presente, pero debía controlarse.
Se recostó junto a Hyunjin a su lado, quería darse la libertad de disfrutar estar en la cama un rato más, no quería holgazanear todo el día, pero no había notado en que momento se quedó dormido al igual que su bebé.
Alguien lo despertó muy ligeramente, era su dama de compañía.

—Es hora de la merienda —le sonrió mientras le ofrecía una charola con algo de fruta—. Lamento molestarlo, pero el Rey me dijo que debía darle todas las comidas para que se recupere.

—Gracias por todo Lia —se sentó en la cama, despacio para no asustar a Hyunjin—. De seguro fui algo insoportable durante mi etapa de calor.

Sonrió bromeando mientras comía.

歴史; サンアンドムーンWhere stories live. Discover now