数; 𝟎𝟒

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No había pasado ni una hora cuando Mingyu entró a la habitación del Rey, hizo una reverencia y luego lo miro a la cara.

—Se rehusa a comer señor —explicó acercándose a la mesa donde observaba una cuantos mapas.

Jeon analizó la información; les había ordenado a sus cocineros que prepararan unos platillos llenos de comida para que el desnutrido joven que se encontraba ahora en una de las alas del palacio pudiera recuperar energía, pero no se la ponía nada fácil. Incluso para que se sintiera seguro, tuvo la gentileza de enviar toda la comida a su cuarto.

Le dio las gracias al castaño y fue directo a la habitación donde estaba Yongmin, sin tocar entró mirando a su alrededor. Lo primero que llegó a sus ojos fue la mesa repleta de comida, estaba intacta y sin un solo indicio de haber sido tocada. Levantó la vista y vio al joven de hermoso cabello parado; encogiéndose en una esquina y en sus brazos seguía sosteniendo al bebé.

Ahora podía ver su cara con más claridad, ya que su cabello ahora estaba peinado hacia los lados. No había duda... El joven era precioso.
Mirándolo atento, suspiró y se acercó con pasos lentos.

—Yongmin —lo miro directo a los ojos—. Por favor... Ven a la mesa.

No sabía porqué; pero pudo sentir a su lobo levantar las orejas y hacerlo moverse. Era la primera vez que le pasaba algo como eso... Ni siquiera con... No, no iba a recordarlo.

Se sentó sin retirar los ojos de Jeon; no le tenía miedo, pero siempre debía estar atento a cualquier cosa que pudiera ocurrir. También pudo notar cuando llevó su vista a Hyunjin, no podía descifrar el sentimiento que le transmitía, presionó más a su bebé contra su pecho, dándole a entender que no dejaría que lo tocara.

—¿Puedo saber porqué no has comido nada? —movió una silla para para sentarse cerca de él, encarándolo.

—Yo... No tengo hambre —mintió; realmente si estaba muriendo de hambre, pero no confiaba en ellos.

Volvió a darle una larga mirada, para después tomar aire.

—Puede que no tengas hambre —habló con ironía—. Pero ¿Y tu cachorro? ¿Dejarás que sufra?

Sintió su cuerpo tensarse y su corazón encogerse. Tenía razón, Hyunjin tenia que comer... pero tenía miedo, mucho.
Vio a Jeon pasarle un biberón lleno de leche y lo dejó en la mesa cerca de él.

—No está envenenada si eso es lo que piensas —lo miro fijamente.

—¡Por supuesto que no! —se exaltó, sintiéndose nervioso por la mirada tan profunda que le daba.

Un poco enojado tomó una cuchara de madera y la metió en un plato que contenía arroz con pollo agridulce, su cuerpo se tensó al mirar la cuchara sintiendo como la valentía que había subido a su cabeza se iba desvaneciendo por un sentimiento de nervios.

Trago el nudo en su garganta, escuchando los gorgoteos de Hyunjin.
Jungkook lo miro tener una batalla mental, este chico debía haber pasado por mucho... O estaba ocultando algo, como para estar tan aterrado. Una idea llegó a su mente; tal vez con eso podría hacer entrar en razón al omega testarudo.

Se inclinó un poco hacia el joven y tomó su mano cubriéndola con la suya, era lo suficientemente pequeña para que despreciara y sin más llevo la cuchara llena de comida a su boca; vio como los ojos del hermoso chico frente a él se abrían en una sorpresa inimaginable mientras sus mejillas se tornaban de un color rojo.

Lo soltó con delicadeza y continuó comiendo el bocado que había tomado.

—¿Ves? —habló cuando ya no tenía nada en la boca—. No tienes porque temer.

歴史; サンアンドムーンWhere stories live. Discover now