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SU CEÑO FRUNCIDO Y SUS BRAZOS CRUZADOS demostraban que su humor no era el mejor esa mañana de lunes.
A pesar de que sus hermanos intentaban hablarle y hacerlo reír para aligerar el ambiente en el auto, Avery mantenía su expresión seria mientras veía por la ventana.
Levantó la vista solo para ver como su padre lo reprendia con la mirada, pero lo ignoró mientras se ponía sus audífonos, haciendo que sus hermanos dejarán de hablar al instante.
El suave ritmo de 'LittleThings'de One Direction lo mantenía tranquilo, lo ayudaba a dejar de pensar que en menos de diez minutos llegaría a su nueva escuela, la escuela Truham solo para varones.
No le emocionaba la idea de estar ahí, en lo absoluto, pero su padre quería que él estudiara ahí, igual que sus dos hermanos.
Sus hermanos, Asher y Archer, eran unos gemelos mayores que él por un año, por lo que lo consideraban el bebé de la familia, aunque él ya tenía quince, y aunque estaba más que seguro de que podía sobrevivir sin Asher cuidándolo todo el tiempo y Archer metiéndose siempre en sus asuntos, le parecía tierno que se preocuparan por él.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por Asher, que hablo desde el asiento del copiloto.
─ Llegamos.
Avery se quitó los audífonos y después de despedirse de su padre, salió del auto con Archer detrás de él.
Algunas miradas iban hacia ellos de vez en cuando, algunos los veían con curiosidad, otros con muecas que Avery no podía describir muy bien y otros solo los ignoraban.
Unos minutos antes de que la primera clase comenzara, los gemelos acompañaron a Avery hasta su aula, asegurándose de que tuviera todo lo necesario para su primer día y despidiéndose con un pequeño abrazo.
Ahora que estaba solo, Avery tomo una gran bocanada de aire y se adentro al salón rápidamente, sentándose de inmediato en una mesa vacía del fondo.
Sonrió al notar que estaba solo en aquélla mesa, pues aún faltaban muchos por llegar y los que estaban ahí preferían los lugares de en medio o enfrente.
En los siguientes diez minutos, se dedicó a observar atentamente a todas y cada una de las personas que entraban al aula, viendo un poco más de lo necesario a cierto rubio que ahora se acercaba a su mesa.
─ Hola─ la suave voz del chico lo trajo de nuevo a la realidad, sintiendo sus mejillas arder ante la simple presencia del rubio.
─ Hola─ saludo casi en el mismo tono mientras desviaba la mirada.
─ ¿Este lugar está ocupado?─ pregunto el bonito rubio levantando una ceja.
Avery frunció el ceño notablemente confundido mientras negaba, ¿Por qué ese chico se quería sentar junto a él? Había muchos lugares libres, ¿Por qué ahí?
─ Perfecto─ el chico se sentó a su lado y Avery podría jurar que casi muere cuando sus hombros se tocaron por una fracción de segundo.─ Soy Nick, Nick Nelson.
Nick le sonrió y extendió su mano, esperando que Avery la tomara.
─ Avery Ajax─ dijo con las mejillas rojas y una diminuta sonrisa en su rostro.
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AVERY ERA EL TIPO DE PERSONA que no puede mantener una amistad más de dos meses, puesto que sus respuestas cortantes y constantes distracciones hacen que las demás personas se aburran de él rápidamente.
Pero Nick Nelson parecía ser un caso especial, solo compartían un par de clases, y aunque Nick siempre le hablaba de vez en cuando, el mayor quería hacerlo también fuera del aula, por lo que había intentado acercarse a él cuando lo veía en los pasillos, o a la hora del almuerzo.
Pero, siendo el antisocial y tímido chico que es, Avery huía de él todo el tiempo.
No porque Nick no le agradara, al contrario, le gustaba la compañía del rubio y sus mil y un temas de conversación, pero no podía pasar ni un segundo a su lado sin sentir que su corazón latía tan fuerte que se saldría de su pecho.
Por lo que se refugiaba en el salón de música, donde tocaba la guitarra durante los cuarenta y cinco minutos de receso, algunas veces llegando a quedarse sin comer por estar tan concentrado en la guitarra.
Y en uno de esos días en los que Avery tenía un humor de perros, Nick llegó con una brillante sonrisa y lo alcanzó justo antes de que entrara al salón de música.
─ ¡Avery! Por fin te encuentro, pensé que estarías en el patio, pero no te vi, entonces le pregunté a Archer donde estabas, pero el no lo sabía así aue tuve que recorrer toda la escuela...─ Nick hablaba tan rápido que Avery apenas y podía entender lo que decía.
Pero Nick lucía tan adorable con ese puchero que mantenía mientras le contaba todo lo que pasó mientras lo buscaba que Avery no pudo evitar soltar una pequeña risa, olvidándose de la horrible mañana que había tenido y haciendo que se Nick se sonrojara y el pelinegro se sintiera orgulloso de si mismo.
No todos los días puedes hacer sonrojar a Nick Nelson.
─ ¿Qué es lo que sucede Nick?─ preguntó Avery, en un tono tan suave, que incluso se sorprendió de si mismo.
Nick se rasco la nuca nervioso y suspiro antes de hablar.─ Yo quería invitarte al partido de rugby, jugaremos mañana y pues, me gustaría que vinieras, ya sabes, a ver el partido y eso.
A verme a mí, pensó Nick, pero claro que no lo dijo en voz alta.
Eso tomo a Avery por sorpresa, no sabía que decir, pero después de unos segundos de ver a un Nick Nelson con ojitos brillantes de cachorro pidiéndole que aceptara, asintió sonriendo.
─ Claro, me encantaría.
─ ¡Genial! Entonces es una cita, bueno, no una cita, ya sabes, por qué yo estare jugando y tú estarás en las gradas─ y de nuevo Avery no entendía ni una sola palabra de lo que decía, pero la sonrisa seguía presente en su rostro.
