Perdono y olvido

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Ai y Yusaku no se atrevían a irse del lado de sus respectivas ex-parejas, Ryoken y Pandor tuvieron fuera de cualquier actividad durante una semana, semana en la que aquel par seguián buscando el perdón de sus ex y una posibilidad para volver. A pesar de estar a sus lados ninguno de ellos había hablado. Habían entrado en la ley de hielo, que, para sorpresa de los habitantes, ninguno de ellos los había hecho hablar. Eran dos fantasmas que deambulaban por la casa.

Mientras tanto el resto de habitantes de la casa, seguían evaluando el estado de Ryoken y Pandor, los rastros de aquel virus habían desaparecido por lo que solo era cuestión de tiempo para que ambos pudieran regresar a su vida.  

No fue hasta la septima noche en la que Ryoken se había incorporado sin que Yusaku se hubiera percatado. Pasaron solo unos minutos hasta el que chico dejo de sentir el calor corporal de su ex, abrió con pesadez los ojos, tomándose el tiempo para enfocar bien y descubrir la ausencia de Ryoken.

El peliazul salió de la cama y habitación. En medio del silencio y la oscuridad, buscó por las habitaciones hasta encontrar al hombre parado sobre la barda del balcón. Apenas cubierto con un par de conjuntos, Ryoken dejaba que la brisa marina moviera sus cabellos y la luz de la luna tocara gentilmente su piel.

Yusaku grito su nombre y Ryoken miro por encima del hombro. Aun cuando se veía la desesperación por el joven peliazul, el mayor no se había movido, escucho la puerta deslizarse y Yusaku nuevamente llamarlo. El peliazul lo toma de los pies. No puede evitar comenzar a llorar por lo que el peliblanco estaba por hacer.

—No lo hagas Ryoken...no lo hagas.—dice fuera de si.—No me importa si ya no quieres verme o hablarme. Te dejaré en paz. No volveré a molestarte ni a perseguirte. Pero por lo que más quieras. ¡No saltes!

Ryoken no había hablado y Yusaku baja la cabeza impotente por no lograr ninguna palabra. cuando escucho al mayor suspirar. Con gracia, bajo del barandal y abrazo al menor.

—Apenas había cumplido 14 años, tenía más de un año yendo a los duelos del inframundo, cuando ella llego; era 4 años más grande que yo, y no dudamos en tener un duelo con las reglas de ese sitio. Ambos apostamos lo más valioso que teníamos en ese momento, para ella eran 10 gramos de cocaína que tenía pensado consumir esa noche y yo lo único que nunca podre darte.

Yusaku no entendía a lo que se refería.

—mi inocencia.

Yusaku palideció ante la confesión.

—en esa época nunca me hubiera molestado ni siquiera en morir. Solo era un cuerpo sin un propósito. Sentía que no tenía nada por que luchar. Fue mi primera experiencia sexual y la única que aún recuerdo claramente. Tenía mucho miedo. Todo acabó tan rápido como se hubiera pensado en un chico de esa edad, nos volvimos a enfrentar siete veces más con la misma apuesta y luego perdimos contacto.—dice Ryoken—después me enteré que murió de sobre dosis y pensaba muchas veces que tendría el mismo final, pero el destino tuvo otras cosas para mi. Mis hermanos me descubrieron y me obligaron a salir de allí. Recuperaron la memoria de mi padre, pero no pude dejar los duelos del inframundo hasta que cumplí 17 años, lo demás ya lo sabes.

Yusaku quedo sin palabras al escuchar el que por mucho seria el mayor secreto en la vida del peliblanco. Nunca se hubiera esperado eso, incluso para él, que aun con lo que paso en su vida, nunca se hubiera atrevido a participar en los duelos del inframundo. Eso era la muerte para cualquier duelista que estuviera desesperado. Había escuchado rumores de esos lugares, incluso como antiguos duelistas profesionales que caían de la gracia del mundo se adentraban a los duelos del inframundo solo para perderse en la desesperación y morir en el olvido. Los duelos del inframundo era el infierno en vida.

— ver ese video me hizo sentir como en esa época; solo, perdido, engañado, usado. Sentía como si un velo que me cubría se hubiera caído de mis ojos y revelaba una cruda realidad, realmente eso me lastimo Fujiki.

Yusaku no lo dejo terminar, lo toma de los hombros. Quería decirle que se detuviera, que no siguiera pero no podía hablar.

—no sigan por favor Ryoken.

—Me gustaría golpearte, maldecir, pagarte con la misma moneda pero me dolería más a mi que a tí.—menciona Ryoken en un murmullo.—Realmente me dolió ver en ese vídeo. Fue como un mensaje de que realmente todo lo que hiciste fue un plan para completar tu venganza. Así que decidí dejarte libre.

Yusaku levantó la cabeza y mira directamente a los ojos del peliblanco. No sabia cuanto tiempo llevaba el mayor llorando pero sus ojos demostraban lo herido que se encontraba.

—podrás ser libre y hacer tu vida con el ignis. Ni Pandor ni yo los detendremos y les desearemos toda la felicidad, solo prométeme que conservarán esos momentos que pasamos juntos con alegría.

Ryoken había hablado y Yusaku se sintió a morir. Eso tenia que ser una pesadilla, una cruel mentira, sin embargo el mayor lo miraba con seriedad y tristeza. Eso sonaba tan auténtico en las palabras del mayor. ¿Era su último sacrificio a costa de su felicidad?

Ahora era su oportunidad para hablar.

—Cuando Ai se fue, sentí que algo en mi se rompió y que nunca tendría reparación-menciona Yusaku a Ryoken. El peliblanco estuvo por callarlo, pero Yusaku no lo dejo.—Pero verte a tí postrado en la cama, como tu vida se iba de las manos, me sentí a morir.

—Yusaku...

—Sentía como si la vida perdía sus colores, que todo se derrumbaba, que nunca más volvería a verte. Pelear contra ese virus no se compara con todo lo que tu me has dado.

—Yusaku...

—No lo entiendes, ¿verdad? Yo no soy nada sin Ryoken Kogami. Sin el niño que me invitó a jugar cartas, la persona que me salvo hace 12 años, mi rival, mi amante, mi voz de la esperanza. Solo soy una sombra sin rumbo ni propósito. Yusaku Fujiki, Playmaker no son nada sin los caballeros de Hanoi, no, no soy nada sin Revolver.

—Me das mucho crédito

—Pero lo vales, por lo que eres, por lo que tu me das, lo que significas para mí

—Yusaku

Ryoken quería detenerlo

—Realmente no me importa si me crees o no, no me importa si crees que termine en la cama con Ai, tal vez si fue mi error tal vez si fue mi culpa, no lo recuerdo, pero quiero que sigas en mi vida, porque tú eres importante en ella.

Ambos chicos finalmente sentían como el peso de todas esas semanas se iba de sus cuerpos, finalmente habían dicho lo que habían guardado en el corazón.

—Sera mejor regresar a la habitación.

Ambos chicos regresaron al cuarto, se acomodaron y Ryoken lo abrazó por la espalda, ocultó el rostro en uno de los hombros, el menor sentía un pequeño rastro de humedad que traspasaba la prenda. Tuvo que girar aun cuando Ryoken lo impedió, tomo al mayor del rostro y comenzó a besarle las mejillas al tiempo que limpiaba las mejillas. Ambos estaban en un estado muy vulnerable, pero eso no impidió que algo más surgiera entre ellos, probablemente la necesidad y el extrañarse sinceramente hizo que sus manos buscarán algo más, que sus labios estuviera mucho más sensible y sobre todo sus corazones que coordinarán en una sola melodía.

Hicieron el amor aun cuando sus rostros se empararon de lágrimas. Después de casi dos mes de conflicto Yusaku Fujiki y Ryoken Kogami volvieron.

continuara...

Bueno, aquí esta la respuesta de cual fue la primera experiencia sexual de Ryoken. Realmente no fue algo tierno y romántico como la que tuvo con Yusaku. Fue meramente sexual y es algo de la cual no le gusta hablar, tal vez solo con Miyu, porque sus historias fue de una persona que usa el sexo para sentirse amada, pero de ahí no hubo nada más. 

un día extraordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora