Se quedó las dos últimas horas sentada mirando al infinito, como hacia siempre. Se preguntaba si la gente notaría en algún momento que ella pensaba de manera muy diferente a ellos. Que miraba de forma diferente, caminaba de forma diferente o comía de forma diferente. Que se denigraba a ella misma, llamándose como otros ya la habían llamado antes: puta, cerda, asquerosa,... Y un sin fin de gilipolleces más. Todos esos ataques, todas esas humillaciones, las usaba como un escudo para evitar sentirse afectada. Pero no se daba cuenta de que estaba llena de mierda hasta el cuello. Siendo sorprendida, el teléfono le vibra dentro del bolsillo. Vigilando que el profesor no mire, saca el aparato lentamente y agacha un poco la cabeza para poder leer el mensaje:
<< Hey guarrilla, tienes mas fotos de esas? >>
Lo marca como leído y vuelve a bloquear el móvil.
Está harta de todo eso. De todo lo que oye. Pero si lo piensa, está actuando justo como los demás creen que es, justo como la describen. Marlenne cree que necesita la aprobación de otras personas para poder estar tranquila, para poder sentirse segura y confiada. Sus padres piensan que es capaz de tener relaciones o líos con cualquiera, y es verdad. Ella lo único que intenta es ser aceptada y olvidar ese puto dolor de cabeza que le da cuando se pone a sobre pensar demasiado las cosas. Y si solo quiere conocer gente? Y si solo quiere enrollarse con cualquiera para ocultar todo lo que siente? Y si es su única alternativa para desahogarse?
Y seguramente os preguntéis << ¿ manera de desahogarse? ¿Cómo cual? >> o <<Que estupido>> .
Pues la respuesta es sencilla: aferrarse a la gente que le muestra el mínimo sentimiento de afecto hacia ella. Dependencia emocional? Sí, habéis oído bien.
Ella sabe que no está bien, que eso es algo toxico y una vez que empiezas entras en un espiral lleno de culpa y dolor. ¿Para qué engañarnos? Los que estéis leyendo esto debéis pensar que Marlenne está loca o tiene severos problemas mentales y...si, la verdad es que si, pero no por eso significa que sea una imbécil, al menos es lo que ella opina-
Oh! ha sonado el timbre, es hora de ir a casa, que bien! (supone)
Agarra su mochila de color azul marino, un poco desgastada y con las correas aflojadas, carga todo el peso en su espalda y cruza los espacios entre los pupitres para dirigirse a la puerta del aula. Laura le corta el paso. Esa niña. Esa irritable niña, la cual hacía comentarios idiotas, gordofóbicos y demás. Comentarios con los que solo se reiría un mono-neuronal. Esa niña tan odiosa, con pelo perfecto, cuerpo perfecto, piel perfecta, cara perfecta, familia perfecta y vida JODIDAMENTE PERFECTA.
Haaa creo que me he pasado, mejor volvemos a nuestra historia.
Marlenne: Perdona, tengo prisa.
Laura se hace a un lado y le echa una mirada furtiva, de odio y rabia. Todo el mundo la trataba de forma dulce o la alababa, bueno, todos menos Marlenne. La gente pensaba que ella trataba a Laura de esa forma solo para llamar la atención. Lo cual era mentira, simplemente no le tenía ningún tipo de respeto, y no tenía porque hacerlo.
Laura: He visto que has subido unas historias a Instagram, ya sabes...y como era eso? Ah si! Con el puto mariquita de tu novio...ups! Es verdad, ya no lo es, lo siento por ti.
Dijo, con sarcasmo y asquerosidad hacia nuestra protagonista la cual no había echo nada para merecer este tipo de insulto.
Marlenne: ...
Laura: No te hagas la imbécil, ¿crees que nadie lo sabe? Crees que nadie sabe que eres una puta que va enviando fotos de su coño y tetas por ahí? Mira, tendrías que cuidar más tu imagen y esforzarte más. Que te enrollas con el primero que pasa? Tienes mucho cuento con todo eso de la ansiedad o la depresión, eres una mentirosa y una creída. Estar nerviosa o estar triste es culpa tuya, no de los demás. Y por si no te lo habían dicho antes: eres una puta cerda. Tienes algo que añadir?
Marlenne: ... pues sí, soy una puta, y de las mejores de este puñetero barrio. Algo que añadir? Pues si, que alguien como tu que tiene todas las posibilidades de llegar a ser una buena persona, las está desperdiciando diciendo gilipolleces, quizá tu y yo seamos más iguales de lo que piensas. No te doy una hostia porque no quiero que me expulsen, pero te recomiendo que seas tú la que cuide su imagen, yo ya no tengo nada que perder, pero tú si.
Pum, Laura y Marlenne acaban de soltar una bomba, unas palabras que podrían marcar y crear una fuerte reacción en todos los que estaban en el salón. Se hace un silencio incómodo y Marlenne agacha la cabeza en silencio, sabiendo como le gusta provocar situaciones de enfrentamiento, hace caso omiso y sale del salón de clases. Dándole un empujón en el hombro de forma brusca, agarra fuertemente su mochila y le echa unas ultimas miradas de asco, para después salir a paso ligero y dirigirse a los baños.Entra en el mismo cubículo de siempre, ya que tiene un pestillo y es más difícil de abrir que los otros. Siempre está algo sucio y por eso a nadie le gusta entrar ahí. Se encierra adentro y tira la mochila al suelo. El chico que mencionaba Laura era su exnovio, al que había dejado ya que ninguno de los dos se sentía emocionalmente estable para una relación, en fin, que la pobre Marlenne estaba destrozada al pensar que aquella persona era como su alma gemela. Siempre prometió nunca enamorarse, pero se ve que las cosas no son tan fáciles, menos para ella. Procede a quedarse sentada en la taza del baño, mientras las lágrimas sin sabor le resbalan por las mejillas y echa un vistazo a través de la ventana.
Todo sigue igual, la gente sigue caminando como si nada importara, trabajo, familia, dinero, amigos, ... Brrrr
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Poemas e Historias para no cortarse
Historia CortaUna recopilación de pequeños poemas y relatos cortos, la mayoría de ellos son sobre la salud mental, ansiedad, depresión, TCA o TDAH. A parte de eso, esto es una recopilación de absurdas ideas o pensamientos míos, normalmente los que no me dejan dor...