La semana siguiente llegué a clase con el propósito de ni si quiera mirar a la cara a Harry. Sí, seguía muy resentida por lo que pasó el sábado, no sé si sería una reacción exagerada pero yo me sentía así, y se lo iba a hacer notar. Así que entré a la clase y lo vi sentado al final. Él me miró y yo me dirigí hacia mi sitio sin dudar un segundo. Mis amigas no habían llegado todavía así que me quedé allí sentada con los cascos todavía puestos. Yo seguía en mi mundo cuando me di cuenta que alguien se sentó a mi lado. Me giré para saludar a la que creí que era mi amiga pero me llevé la "agradable" sorpresa de que no era ella: Harry se había plantado allí al lado mía y la verdad es que no tenía ni idea que pretendía con eso. Yo giré la cabeza y seguí mirando hacia delante, con una mueca de incomodidad que no podía evitar esconder.
- Julia...- Mmm vale, ¿que estaba haciendoooooooo? No sabía si sorprenderme más por el hecho de que se acordara de mi nombre o por haber tenido el morro de sentarse allí e intentar hablar conmigo. Yo seguí en mis trece e hice como si no le hubiera escuchado.
- Julia yo...- había girado la cabeza hacia su dirección cuando justo entró el profesor, así que volví a girar la cara y me senté correctamente mirando al frente y preparada para atender a la clase.
El profesor comenzó a hablar y a explicar la lección de ese día. Yo estaba intentando atender y coger apuntes pero la verdad es que notar los ojos de Harry en el cogote no me ayudaban mucho a concentrarme.
- Julia a ver, que quería disculparme por lo del sábado, que sé que no me comporté como debía...
- A ver, esos dos de ahí, a ver si dejamos de hablar y no interrumpimos la clase ¿vale? - Sabía que este profesor tenía muy poca paciencia y al chaval no se le ocurre otra que intentar disculparse en ese momento. Para colmo toda la clase se nos había quedado mirando, con una expresión entre sorpresa y extrañez al ver que estábamos los dos sentados juntos, aunque desde luego la cara de sorpresa de mis amigas no tenía precio. Yo no les había contado nada del encuentro del sábado con Harry y obviamente no tenían ni la más remota idea de por qué se había sentado de repente a mi lado.
- Ya veo que no te sentó bien y te entiendo, así que solo quería....
- A ver la última vez que os lo digo ¿eh? Porque es que de verdad que desconcentra intentar dar una clase con el murmullo en el oído de vosotros hablando y además molestáis a vuestros compañeros. Por favor.
Yo asentí avergonzada. Me estaba repateando en lo más hondo que me tuvieran que llamar la atención por culpa suya, ¿es que no podía esperar un ratito para decirme lo que sea? Además, ¿no veía que no le estaba echando cuenta? Desde luego a este chaval le faltan dos luces.
- Solo quería disculparme
- ¿No te parece que este no es un buen momento para hablar de esto?- le corté. Me estaba poniendo nerviosa.
- Vale, lo siento pero ya no os la paso ni una más por favor, si sois tan amables salid de la clase y allí fuera habláis lo que queráis.
No me lo podía creer. Me acababan de echar de la clase, por su culpa. Recogí mis cosas colorada como un tomate, estaba pasando una vergüenza horrible y desde luego en ese momento lo que quería era salir de allí. Salí de la clase con los libros en la mano y seguida de Harry, que cerró la puerta detrás de él. Me apoyé en las escaleras para terminar de guardar los libros, estaba hecha una furia. Me di la vuelta para irme, ya no quería ni entrar al resto de las clases, y ni siquiera lo miré, pero él me agarró de la muñeca para evitar que me fuera.
- Eh, oye, lo siento, siento lo que acaba de pasar.
- Anda que estarás contento ¿eh?
- Yo sólo quería disculparme por lo del sábado, me sentía mal, pero es que este hombre no soporta ni un mínimo susurro...
- Y por supuesto ese te parecía el mejor momento para hacerlo ¿no? No podías haber esperado al cambio de la clase o algo, no, mejor mientras el profesor está explicando.
- Vale vale, que la he cagado pero relájate, que sólo quería disculparme, no quería que estuviéramos así.
-¿"que estuviéramos así"? ¿Qué me estás contando? - No sé a qué se refería con esa expresión, o sea, no estábamos nada, no sé a qué venía eso, ni siquiera habíamos mantenido una conversación antes, y la primera que estábamos teniendo no iba muy bien encaminada que digamos.
- Joder pues que estuvieras molesta conmigo por no haberte saludado, no sé, me bloqueé en ese momento, me sorprendió verte allí, tan de repente...
- ¿Me estás hablando en serio?- Yo ya no sabía ni que cara poner, había empezado a reírme porque no terminaba de asimilar lo que me estaba diciendo ¿Que le había sorprendido verme allí? ¿Que se creía que vivía en un zulo bajo tierra o algo y que no salía al mundo exterior?
- Mira Harry déjalo, en serio, porque no lo estás arreglando precisamente y ya has hecho suficiente por hoy...
- No Julia, en serio, perdóname, me gustaría que fuéramos amigos y por eso he venido a disculparme contigo por lo del sábado, vale que no ha sido en el mejor momento pero no quería dejar pasar más tiempo sin que supieras que lo sentía y que me comporté como un idiota y no quería que tú te sintieras mal porque yo me había comportado mal ¿sabes?- Me estaba mirando fijamente, y seamos sinceros, había conseguido ablandarme.- ¿Me perdonas?
Me quedé mirándole durante unos segundos para darle tensión a la cosa, pero la respuesta ya la tenía clara desde que él había empezado a hablar:
- Está bien- dije- pero que no se vuelva a repetir, vas a estar bajo examen que se me pase, que lo sepas- le señalé con el dedo índice mientras levantaba la ceja derecha, un gesto muy característico mío de cuando estaba indignada.
Él me sonrió y me dejó ver la sonrisa más bonita que había visto. Sí, sé que suena exagerado y empalagoso a más no poder, pero era la primera vez que lo veía sonreír y desde luego su sonrisa no me podía gustar más. Era una sonrisa amplia, con unos dientes perfectamente alineados y sobre todo, me parecía una sonrisa sincera, de esas que se les ven a poca gente. -Gracias, de verdad. Por cierto, tienes que enseñarme a hacer eso de la ceja, eh, me ha gustado- dijo mientras se daba la vuelta dispuesto a marcharse.
Yo me quedé ahí, anclada en el suelo, dejando entrever una pequeña sonrisa y pensando en lo que acababa de pasar. ¿A qué había venido esa actitud tan "desesperada" por conseguir mi perdón y asegurarse de que no estaba enfadada con él? Y ¿se suponía que Harry y yo éramos ahora amigos?