07 de Diciembre, 2022.—Artículos de limpieza ¿En serio? —refutó despeinando su cabello. Ya su gorra no paraba de moverse de tantas veces que la sacaba —. Estamos esperando el cargamento de materiales y llega primero esto —señaló el vehículo del mercado.
—Son productos buenos —comentó Tyler sosteniendo una botella de jabón desinfectante.
—¡Estos son los que usa Dina en la casa! Saca todo el polvillo y lustra el suelo como si fuese nuevo —continuó Rey acompañándolo.
Killian sacudió su cabeza ya agotado. El sol caía sobre sus cabezas con fuerza, su cabello se pegaba a su nuca y frente, queriendo ser uno con su piel, y si sumaba la presencia de esa mujer en la obra podía sentir que estaba a tres niveles de calor más que el infierno.
—¡Las escobas se deben de cuidar! Barremos con cuidado para levantar la menos cantidad de polvillo, eso puede despertar alergias si creían que no tenían —la escuchó dirigirse a la ronda de trabajadores que ya sostenían artículos en variedad; jabones, desinfectantes y más de diez escobas.
—Siete y treinta minutos. Vamos perdiendo casi dos horas de trabajo por esto. Siento que es una maldita pesadilla —renegó ajustando su cinturón.
Sus dos amigos y compañeros yacían sentados en la caja del camión devorando claramente el desayuno que continuaba estando en la puerta de la obra.
—Son buenos los consejos de limpieza —comentó Rey limpiando sus labios más que entretenido en el seminario ante ellos.
—¿Has averiguado qué ocurrió con el cargamento que necesitamos para hoy? No entiendo por qué Williams tarda con los materiales, es la única obra en la ciudad.
Killian se cruzó de brazos, bastante preocupado. Era el segundo día con una nueva supervisora y en menos de cuarenta y ocho horas tuvo más interrupciones que la última semana de lluvia que terminó deteniendo todo el trabajo.
—¿Me hablas a mí? —Tyler giró su cabeza sorprendido. Ante la afirmación de su jefe, arrugó su frente desconcertado —. Yo no he hecho ningún encargue.
Carajo.
—¿Cómo que no lo has hecho? Te pedí ayer que lo hicieras a primera hora —se incorporó acercándose. De fondo las risas de algunos trabajadores continuaban ante las explicaciones de Olivia con cual jabón era mejor para cada parte de la obra. Lo aturdía.
Tyler rascó su cabeza y tiró las servilletas en el tacho de basura.
—Marisa me ha dicho que de esa tarea iba a encargarse la nieta del viejo Reed a partir de ahora. Creo que es a ella a quien debes pedirle.
Perturbado, sobre todo sintiendo que en dos días estaba sacando una versión de sí mismo que no reconocía. Si, de hecho, lo hacía, esa versión brotaba cuando las cosas perdían el hilo que él construyó, cuando el desorden y las manos de un tercero interferían truncándolo todo.
Refregó su rostro buscando calmarse.
—No podemos trabajar sin esos materiales ¿no? —adivinó Rey.
—No.
—Perderemos el día —murmuró en voz baja temiendo la reacción de Killian que no tardaría en aparecer. Lo conocían por ser derecho, ordenado, responsable y fiel a su labor, y que esos altercados estuviesen pasando luego de largos ocho meses en que él se hizo cargo de todo era un martirio para su cabeza.
—Estoy cansado de esta tontería y apenas van dos días —renegó tirando su cabeza hacia atrás.
—¿Hablarás con el viejo Reed?
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Navidad sin señal © (PAUSADA)
Romance"Un hombre como él, aferrado a su trabajo, su pueblo y costumbres no encajaba con una mujer como Olivia Reed, de ciudad, llena de lujos y excesos. Pero el último deseo de Benjamín Reed no puede postergarse. Su nieta debe pasar tres semanas en Leipe...