Capítulo 7

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10 de Diciembre, 2022.

—Son reportes diarios en video.

—Ya veo.

—¿Y bien? ¿Qué te parecen?

Su abuelo alzó los hombros como si el material que tenía ante él no significaba nada.

—Veo que grabas a los empleados haciendo su trabajo, pero ¿Cómo sabes si lo que están haciendo está bien? —inquirió mirándola por encima de sus gafas.

Iba tarde a la obra navideña que según Marisa sería en el teatro al aire libre del pueblo, pero fue el único momento que encontró a su abuelo fuera de la huerta y el granero.

Olivia arqueó su ceja creyendo que estaba tomándole el pelo.

—No llevo ni una semana aquí, y quieres que aprenda sobre construcción. Creí que mi trabajo era supervisar todos los días. Bueno —meció su teléfono —, aquí está la prueba de ello. Tú mismo puedes decirme si están avanzando o no.

—Yo no lo haré. Tendrás que decírmelo tú mientras me enseñas esos videos.

Olivia jadeó incrédula.

—No puedo creer que me pidas eso.

—¿Qué cosa? ¿Involucrarte más en tu tarea? Creí que eso fue lo que te pedí y lo mínimo que merezco si pienso darte ese dinero —comentó ojeando uno de los tantos libros de jardinería que sacó del sótano.

Con las manos en cada lado de su cadera, esa joven suspiró pesadamente.

—Bueno...pero confías en el trabajo de Killian.

—Lo hago —sentenció convencido incapaz de creer lo contrario.

—Entonces sabes que llevará adelante la obra con seguridad. No veo en qué pueda servir mi conocimiento si tienes en claro que él sabe lo que hace —explicó astutamente.

—Quien recibirá el dinero serás tú —musitó cambiando de página —. A quien tengo que depositar mi confianza es a ti y lo haré siempre y cuando vea que sabes sobre lo que me estás mostrando.

—Abuelo...

Tenía en claro que aquello le llevaría más horas, meter información en su cabeza que no le interesaba en lo absoluto y jamás le serviría, pedirle a alguno de los trabajadores que le enseñara las tareas que hacían y la función de los materiales.

Sentía que estaba por rendir el examen final de una carrera.

—Lo del Food Truck ha estado muy bien —señaló —. No entiendo como no se me ocurrió antes —frunció sus labios de la misma forma que ella lo hacía.

—Supongo que en este pueblo tampoco surgen ideas modernas —acusó con enojo.

—Es bueno entonces que estés tu para darnos ese toque de modernidad —le sonrió haciéndola rodar los ojos —. En cuanto a la limpieza —meció su cabeza —, debo darte ese merito también. Estás tomando buenas decisiones, Oli, pero no sabes en qué estado está la obra. Solo los ves trabajar.

Exasperada, se cruzó de brazos.

—Supongo que si Marisa ve que la obra no va bien me lo dirá, lo mismo que Killian. ¿No es el encargado de que todo funcione? Bueno, ahí lo tienes. No has tenido quejas de ninguno —parloteó cerrando el cierre de su bolsa.

Benjamín continuó con su lectura, ocultando el hecho de que su teléfono ocultaba varias llamadas perdidas y mensajes sin abrir por parte de Killian. No era necesario leerlos para saber de qué trataban.

Navidad sin señal © (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora