Capítulo 14

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18 de Diciembre, 2022.

—¿Dónde quieres que deje estas tablas?

—Aquí mismo —señaló la estructura del granero ya casi terminado.

Olivia se tomó unos minutos para apreciar todo el trabajo que hizo su abuelo. Estuvo tan ocupada con la obra y sus nuevas tareas que pasó por alto el logro personal de aquel hombre.

Era lo que siempre había pedido su abuela junto a la quinta que quedaría lista mañana.

—Está quedando muy bien, abuelo. Debo admitir que no creí que fueras a terminarlo —admitió con las manos a cada lado de su cintura. Llevaban cerca de una hora limpiando y colocando las tablas. Y aunque él no quiso que lo ayudara, el dolor en su espalda lo obligó.

—Pues yo tampoco —suspiró limpiando su frente —. Si no hubieses venido al pueblo no podría hacerlo.

—Solo necesitabas a alguien que se hiciera cargo de la constructora, tener un poco de tiempo libre —disertó restándole importancia.

—Eres igual que tu madre. No toman un cumplido sin desvalorizarse primero —sonrió nostálgico.

Bien. Lo dicho.

—Todavía no hemos entregado la obra, no cantes victoria —bromeó ligeramente, tragando el nudo que se formó en su garganta.

¿Cuándo fue la última vez que lloró al recuerdo de su madre, al desinterés de su padre?

Su abuelo se quitó los guantes limpiando sus manos en la camisa vieja y llena de polvillo.

—Sé que estás haciéndolo bien. Killian y los muchachos me lo han dicho.

Un momento.

—¿Qué? ¿Cuándo? —increpó —. ¿Sigues en contacto con Killian?

—Es mi empresa aún —sonrió.

—S-sí, si, lo sé. Me refiero a que si le consultas todos los avances. Creí que habías dicho que querías que yo te informara, me has obligado a aprender todo acerca de la obra —le recordó siguiéndolo por todo el jardín hasta la quinta. Su abuelo comenzó a colocar mas semillas. No le sorprendería que aquello terminara siendo un bosque.

—Killian es el encargado, su responsabilidad es mantenerme al tanto —explicó agachado —. Quise corroborar lo que tú me decías. Al principio eran solo quejas de tu presencia en la obra. Decía que distorsionabas a todos los empleados —recordó con una ligera risa —. Yo sabía que era algo más.

—¿Qué cosa?

—No quería alguien que diera las mismas ordenes que él, que se vinculara tanto con los trabajadores. Le has sacado ventaja con el camión de comida y la limpieza. En el pueblo es el comentario de todos los días, sobre todo con los carteles colgados en el mercado, de los trabajadores haciendo publicidad —parloteó enfocado en su tarea.

Olivia frunció el ceño ante tantos sucesos. No estaba enterada de que William, el dueño del mercado, estaba usando las fotos como publicidad, ni tampoco si aquel canje había funcionado.

Pero lo que más le sorprendía es que Killian estuviese hablando bien de su trabajo. Eso...era un avance.

Olivia carraspeó acomodando su cabello en una coleta alta.

—¿Te ha dicho sobre las redes sociales de la empresa? Con Marisa estamos trabajando en ello sin parar —aludió jugueteando con uno de sus mechones. Su mirada perdida en sus zapatillas sin percatarse que su abuelo iba atento a cada gesto.

Navidad sin señal © (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora