Capítulo 8

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Killian la ignoró por el resto de la noche, y para cuando Tyler quiso una segunda ronda de cervezas él ya se estaba retirando a su casa. La jornada había sido larga, y culminar de aquella manera fue lo más entretenido y diferente que tuvo su rutina en los últimos meses.

No iba a negarlo.

Ya en su casa lo recibió la única persona que le agradaba pasar tiempo con él.

—¿No has comido ya? —preguntó dejando las llaves sobre la mesilla.

Su perro movió la cola marchándose a la cocina donde su recipiente seguía vacío.

—Te has comido todo. No vengas con que no dejé el tacho lleno —rezongó siguiéndolo. Todas las luces apagadas, menos la decoración navideña que le daban otro toque a la casa.

Uno menos silencioso.

Abrió el mueble, sacó otro poco de comida para Kenzo, y luego abrió el horno para devorar su cena. Un poco de pasta casera que él mismo preparó la noche anterior.

En medio de la cena, la imagen de lo ocurrido no dejaba de pasar por su cabeza.

—Una cerveza para despejarme, ¿qué dices, Kenzo? ¿Quieres una? —preguntó frente al refrigerador. Su perro se acercó parándose con sus dos patas sobre el electrodoméstico —. Eh, todavía no puedes tomar. Otro día —rezongó.

Tomó su plato y botella y se marchó a la pequeña sala. Encendió el televisor, rápidamente tuvo la compañía de Kenzo a su lado preparándose para dormir.

Las noticias tomaron protagonismo y fue lo mejor para desconectar. Giró hacia su cómodo amigo que roncaba y deseó tener su estilo de vida. Una casa, comida y quien lo cuidara dándole todo sin tener que preocuparse.

—Lástima que no soy un perro. No todos pueden echarse a dormir y no trabajar en el taller —murmuró chasqueando su lengua.

Sabía que debía ponerse toda la noche y adelantar las entregas de la madera para el bar de Albert. Pero no era solo eso, varios vecinos buscaban arreglar sus casas antes de las fiestas, y él no podía negarse, era eso o arriesgarse a que compraran en la ciudad.

Además, acondicionar la barbacoa, hacer más espacio ahora que venían las vacaciones y algunos de los estudiantes del pueblo precisaban conexión.

Era demasiada tarea, y agradecía mantenerse enroscado, de esa manera una rubia y elegante mujer lo dejaría dormir, al menos del cansancio.



🎄🎅🏻🎄


11 de diciembre, 2022

Era domingo. Olivia marcó en su teléfono la cruz en el calendario que anunciaba su primera semana sobreviviendo en Leiper's Fork. Fue más de lo que esperó, no podía quejarse del todo, aunque igual iba a hacerlo.

—Algunas marcas están esperando por ti, Olivia. ¿Crees que puedas venir antes?

Ojalá.

—Supongo que no. Mi abuelo necesita que esté aquí y voy a hacerlo —dictaminó alistando su bolso —. ¿Cuántas marcas son? Solo dime que no es para la temporada porque sabré que pierdo la oportunidad.

Grace chasqueó su lengua confirmándolo.

¿Tanta mala suerte iba a tener?

—Trataré de postergarlo lo más que pueda. Pero Amanda está esperando tu portfolio y esta es la oportunidad para llenarlo. No sé si tendrás otra chance como esta.

—Voy a tenerla. Lo sé —se apresuró a responder convenciéndose.

—Las campañas publicitarias saldrán el doble si lo que quieres es llamar su atención de nuevo. Y Amanda ya ha avisado que no podrá costearlo. De ser tú me vengo mañana mismo, Oli.

Navidad sin señal © (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora