Sirena. Capitulo 8

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Capitulo 8:

Luego de escuchar a Hanna no puedo evitar reír a carcajadas. Esto es tan absurdo que no tengo palabras. Me siento enojado, burlado, y utilizado.

—Ja, ja, ja. Sirena, lo que aseguras sobre mi es tan ilógico como absurdo.

¿Dices que soy un merrow primigenio?. ¿Soy el fundador y gobernador de una nueva Atlantis?. ¿A parte aseguras de que seré posesivo contigo porque eres mi pareja?.

 ¿Piensas de verdad que tu mundo y tú me importarán más que el mundo humano?.

 Que gracioso. Es muy jocoso en verdad.

Sirena escúchame bien y por favor tenlo presente. No te amo. Nunca te amaré. 

Es posible que piense que eres hermosa, pero la lujuria no es amor. 

Si estas en este momento en mi casa sin haberlo reportado a mis superiores es porque me amenazaste. En realidad me desagradas. No he olvidado que asesinaste a mis subordinados a bordo del buque. 

Si me dan a elegir entre proteger tu mundo o el mío. Elegiría sin pensarlo el mundo humano, porque yo soy humano. 

Soy un humano de pies a cabeza. Nunca he tenido una experiencia sobrenatural. No hay nada fuera de lo común conmigo.

Soy un hombre común y corriente. Como un científico e investigador he estado en incontables ocasiones buceando dentro del agua del mar y jamás he sentido que soy una especie de Dios o gobernador de alguna civilización desconocida.

No puedo respirar dentro del agua sin un equipo de buceo. Tampoco adquiero capacidades super humanas como velocidad inusual o sentidos super agudos.

No puedo tampoco comunicarme con las criaturas del mar a través de algún lenguaje desconocido. No olvides que desconozco tu lenguaje. Has sido tú quién debió comunicarse conmigo con el lenguaje humano.

Tampoco soy del tipo de persona que pueda sentir apego emocional por alguien. Al contrario. Para mi encontrar el amor verdadero es un inconveniente. Todo lo que necesito de vez en cuando es una satisfacción sexual rápida y momentánea.

Creo que por hoy es suficiente de historias absurdas. Debo ir a trabajar. Según nuestro acuerdo, comenzaré a reunir pruebas de la existencia de las sirenas para exponerlo. 

No será una tarea sencilla robar informes de la base militar.

Desde hoy estaré poniendo mi cuello en riesgo, así que no me sumes problemas llamando la atención.

Por ningún motivo debes salir fuera de mi casa. Espérame tranquilamente en este lugar. No salgas a la calle. No hagas nada inusual. No converses con extraños.

Cuando regrese traeré más comida para ti.

Nos vemos en la noche sirena.

*Contrariado e incomodo debido a la información que me confío Hanna, salgo rápidamente de mi casa para ir a la base en Pearl Harbor. Tal y como le dije comenzaré desde hoy a recabar datos y pruebas de la existencia de las sirenas para exponerlo a través de algunos contactos que tengo en los medios de la comunicación en Japón.

Debo ponerme en contacto con alguien en quién confío en el Pentágono. Que no es otra que una antigua amante.

Ella trabaja para la Casa Blanca. Judith Jones es una asesora del mismísimo presidente. Es una mujer hermosa, capaz, inteligente, y ambiciosa. Tiene contacto directo con el actual presidente de los Estados Unidos.

Ella y yo respetamos mutuamente el trabajo y las expectativas del otro. Hemos intercambiado información clasificada anteriormente. 

La señorita Jones y yo fuimos amantes bastante compatibles, pero para los dos nuestras carreras era lo más importante. Aunque debo decir que Judith si me amo, al contrario de mi. Actualmente Jones asegura que esta preparada para convertirse en una esposa, incluso en una madre, por lo tanto deberíamos darnos una segunda oportunidad. He declinado en más de una oportunidad esa propuesta, porque no me interesa Judith de aquella manera. 

He usado a mi favor el amor de Judith para tener ojos y oídos en el Pentágono, precisamente por las sirenas. Quería estar al tanto de las nuevas políticas con respecto al encubrimiento de su existencia.  

En esta oportunidad utilizaré a Judith, para enviar un mensaje de suma importancia a su jefe. 

No puedo darle información clasificada al presidente a través de nadie más, porque la inteligencia del gobierno tratara por todos los medios de evitar que dicha información llegue al presidente. Mi vida estará en gran riesgo. Seré perseguido y exterminado como una amenaza para los altos intereses.

Mi vida tal y como es ahora ya no existirá. No hay un futuro para nadie. La civilización humana llegará a su fin. No hay manera de evitar la destrucción que se avecina. Y todo es por culpa de la sirena. En este momento la estoy odiando. Desde que apareció en mi vida todo se convirtió en una molestia. Desearía no saber nada sobre lo que se avecina. Desearía vivir mi vida de forma normal, hasta que el día final llegue para no tener que preocuparme por nadie a excepción de mi mismo. Es tan molesto todo.

Luego de que exponga al hombre más poderoso del mundo que la existencia humana tal y como la conocemos llegará a su fin en pocos meses, todo mi mundo se derrumbará, pero a estas alturas me da igual si me matan. Ya no tengo nada por lo que vivir. Todo lo que me apasiona y me empuja a vivir en este mundo, en poco tiempo no existirá. No tengo nada que proteger. Solo me queda el orgullo. Quiero morir como un humano.

Si la sirena tiene razón, me convertiré debido a ella o por ella en otra cosa. Ya no seré el humano llamado Aarón Fischer.

A decir verdad tengo mucho miedo de convertirme en un monstruo. No quiero olvidar quién soy.

Ya que no podré evitar la gran catástrofe que destruirá el mundo humano, quiero desaparecer junto a las demás personas. 

No quiero ser parte de un mundo desconocido que yo mismo deberé crear.

Ya no me importa nada. Ya todo me da igual. No permitiré que la sirena se adueñe de mi.

A fin de cuentas Hanna será testigo de como la raza que tanto aborrece morirá miserablemente. 

Sirena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora