Sirena. Capitulo 11

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Capitulo 11:

Mientras tengo a Hanna entre mis brazos en la tarea de aparearme con ella, porque necesito hacerlo, no como una imposición, comienzo a experimentar una sensación y emoción salvaje que me domina y estremece. Mi cuerpo y mi mente están sufriendo una drástica alquimia. Estoy transformándome en algo diferente a un humano. Mis instintos básicos como mis sentidos están intensificándose. Lo comprendo instintivamente a un nivel cósmico. Esto tenia que suceder. No siento miedo ni aprensión. Acepto y asimilo el cambio biológico que se esta produciendo en mi ADN sin ningún problema. Es mas, esperaba por este momento con muchas ansias. Es solo que no lo recordaba. El desconocimiento y el olvido de quién soy realmente era un mecanismo de autodefensa. Recordar era muy doloroso. Ser quién soy era una verdadera tortura, porque Hanna no estaba a mi lado.

Mi verdadero yo esta surgiendo desde lo más profundo de mi interior a una velocidad vertiginosa.

Esto esta pasándome porque he comprendido que necesito proteger a Hanna de peligros que como humano no puedo lidiar. Es mas, mi humanidad y el mundo humano son nocivos para ella.

Debo proteger el mundo acuático de mi sirena, porque ese mundo que esta muriendo por acción directa de los humanos la llevará a la muerte si las cosas continúan tal y como están. Y si ella no existe, nada vivo en este planeta lo hará. Yo mismo acabaré con todo por arrebatarme a mi pareja, tal y como lo hice en el pasado remoto.

Hanna es mi pareja. En realidad somos un todo. Somos un ente divino superior inmortal que puede tomar una forma física que puede manipular y transformar la materia. Somos dioses. Nos dividimos en hembra y macho para crear vida. Ella y yo somos los primeros merrows que aparecieron en este planeta. Tuvimos mucha descendencia.

Hanna y yo estuvimos juntos reinando durante siglos en el fondo del mar viendo a nuestros hijos multiplicarse hasta tener civilizaciones avanzadas e inteligentes al nivel de los dioses del mundo del cual proveníamos, ella y yo.

Los hijos de nuestros hijos finalmente fundaron nuevas civilizaciones en tierra firme cuando el océano retrocedió.

Mi hembra y yo venimos desde otra dimensión al planeta Tierra para crear un nuevo hogar, hace mucho, mucho tiempo, cuando la vida en este planeta estaba surgiendo en el océano.

Hanna y yo fuimos felices viendo a nuestra descendencia desarrollarse, pero todo lo bueno finalmente llego a su fin. Nuestros hijos comenzaron a matarse entre si, así que Hanna como una madre amorosa y compasiva intervino perdiendo la vida en el proceso, dejándome solo en la inmortalidad. Una inmortalidad solitaria.

Mi hembra perdió su cuerpo físico a cambio de que el planeta Tierra no extermine a nuestra descendencia por haberse convertido en una amenaza para el estabilidad del planeta.

Yo sabia que mi pareja encontraría la manera de volver a mi lado, cuando culminara el castigo que ella rogo padecer a cambio de la supervivencia de nuestra descendencia. Nosotros como entes sobrenaturales inmortales podemos perder el cuerpo físico, pero nuestra esencia espiritual inmortal puede renacer infinitamente.

Sin saberlo estuve esperándola durante milenios. Renací como humano una y otra vez en este planeta para volver a encontrarme con ella luego de haberla perdido por la guerra que mantuvieron los merrows y los humanos en el pasado.

Comienzo a recuperar las memorias de mis vidas pasadas. He tenido muchas identidades a lo largo de los siglos. Busque desesperadamente renaciendo una y otra vez, aquello que había perdido. Perdí a Hanna.

Incluso en esta nueva vida, como Aarón Fischer busque a Hanna inconscientemente, siendo un biólogo marino obsesionado con las sirenas, porque sabia que ella renacería como una sirena. 

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