Sirena. Capitulo 10

420 24 3
                                    

Capitulo 10:

Agitado y nervioso abro la puerta de mi habitación y lo primero que veo es a Hanna envuelta en mi ropa de cama, sobre mi cama. Hizo de mi cama un nido. Seguramente lo hizo para encontrar mi aroma. Ella busco y encontró consuelo luego de mi rechazo de esta manera. Posiblemente se pasó todo el santo día envuelta con la ropa de mi cama buscando rastros de mi presencia. Mi corazón se sobrecoge de alivio. También siento ternura. Lo que hizo con la ropa de mi cama me parece un acto adorable. Ella es adorable.

La luz de la habitación esta encendida. Ella estaba esperando por mi. Se encuentra a salvo. No se fue de mi casa ni de mi vida.

Hanna no se marcho. Se aferro a mi.

Hanna toma asiento sobre mi cama con los ojos llorosos mientras aprieta el edredón envuelto a su alrededor. Me envía una mirada insegura y temerosa como si temiera de mi reacción, estando esperando por mi en mi habitación este estado.

Hanna seguramente esta pensando que volveré a enfadarme con ella y que la echaré de mi cama. Y en el peor de los casos, puede que crea que preferiré que me asesine antes que cumplir con nuestro acuerdo.

Trago saliva abrumado. Me siento feliz porque no se haya escapado. Finalmente dejo la puerta abierta de par en par, luego corro hacia la cama. Subo sobre la cama y de rodillas rodeo el cuerpo de Hanna con todo y edredón. La abrazo deseando no dejarla ir jamás de mis brazos.

Con el cuerpo tembloroso por la emoción de no haberla perdido, la estrecho entre mis brazos. Tengo la mente en blanco, solo disfruto del placer de poder abrazarla.

A pesar de que ella esta envuelta en el edredón puedo sentir que también esta temblando, pero en su caso se debe al miedo frente a un nuevo rechazo de mi parte.

Le digo para tranquilizarla.

—Tranquilízate mi pequeña ninfa del mar. No tengas miedo. Estoy aquí contigo. Ya no tienes que buscarme en la ropa de mi cama. No estoy enojado por lo de la mañana ni por lo de ahora. Al contrario. Siento alivio porque estás aquí. Estas a salvo. Temí que hubieras escapado y que algo malo te hubiera sucedido.

Cuando llegue del trabajo encontré que las luces del resto de la casa estaban apagadas. Y no te vi por ninguna parte. Creí que te habías ido. Creí que me odiabas.

Gracias al cielo que no te fuiste. Fuera de mi casa correrías peligro.

Por favor perdóname Hanna. No quise decir las cosas que te dije esta mañana. Solo fue un arrebato por la rabia y por el miedo de ese futuro incierto que me vaticinaste.

No me odies. Tampoco huyas de mi lado. Discúlpame por ser un idiota.

—¿Entonces no me odias, Aarón?. ¿No quieres que desaparezca y que te deje en paz?.

—No te odio, ni tampoco quiero que te vayas. Tú tenias razón Hanna. Cuando me vi enfrentado hace un momento a la posibilidad de no verte, comprendí que me importas más que cualquier otra cosa en el mundo. No sé porque es así y tampoco me importa averiguarlo. Solo no huyas de mi.

Te prometo que nunca, ni siquiera por un momento pensaré en dejarte. Así que aférrate a mi. Enséñame a descubrir quién soy. Ayúdame para que pueda abrirte mi corazón.

Ayúdame para que aprenda amar aquello que tú amas.

*Hanna me sorprende rodeando mi cuerpo con los brazos. Se me apega de una manera amorosa y luego me confiesa.

—Para serte sincera luego de que te fuiste esta mañana pensé en marcharme después de tomar a la fuerza tus semillas para levantar Atlantis por mi cuenta. Hasta pensé en asesinarte si te volvías a cruzar en mi camino, porque sentí mucha rabia por tu desprecio. Por un buen rato te odie. Quise acabar con mis propias manos con los humanos que tanto te importan.

Senti ganas de que todo el mundo se derrumbara. Hasta la idea de crear una nueva Atlantis me fastidio. Entonces descubrí que aquellas ganas de matar a todos los seres humanos se trataban simplemente de unos intensos celos.

Comprendí que tal y como lo hacen los humanos, también puedo elegir mi rumbo.

Puedo hacerlo todo yo sola, sin tu ayuda, pero también descubrí que fundar una nueva Atlantis no me satisface si no estoy junto a ti.

Aarón, si yo puedo elegir, tú también puedes hacerlo. Podemos crear un mundo que proteja a ambas razas. Puedo ayudarte a que tanto humanos como sirenas sobrevivan en un mundo nuevo. Te enseñaré como despertar la habilidad de crear y manipular la materia.

*Me siento aliviado y satisfecho con el nuevo plan de la sirena, así que le contesto.

—Hagamos eso, Hanna. Creemos un mundo en el que ambas especies sobrevivan y prosperen después de que la actual civilización colapse. Escribamos nuevas normas para que no se repita el quiebre que se dio en el pasado.

—No será una tarea sencilla Aarón.

—No esperaba que lo fuera. Nada en este mundo es fácil.

Primero que todo convirtámonos en amantes. Aliméntate de mi energía vital. Toma todo lo que necesites de mi. Aparéate conmigo.

—¿Estas seguro?. Si te apareas conmigo te convertirás en un merrow primigenio. No podrás volver a ser un humano. No habrá vuelta atrás.

En respuesta para Hanna rodeo su cabeza con las manos, enredo los dedos en su cabello largo y sedoso, luego atrapo sus labios. Le doy un beso húmedo y prolongado que comienza a calentar su cuerpo y el mío. Me entran unas ansias insoportables de follarla hasta que pierda el conocimiento en el proceso. Hanna no me ayuda a controlar mis instintos más bajos gimiendo de placer por unos simples besos. Y mientras comienzo a besar y lamer su cuello que desprende una esencia erótica deliciosa, Hanna me dice jadeando y vibrando excitada.

—Yo tampoco comprendo de dónde proviene la necesidad y el amor que siento por ti, Aarón. Solo sé que un mundo sin ti en el no puedo imaginarlo.

Que bueno seria convertirnos en uno todo el tiempo. Me fascina lo que siento cuando me tocas.

Estando en tus brazos siento que el destino no es suficiente. Quiero que existan pruebas.

Aarón solo escúchame a mi, solo mírame a mi. No permitiré que intentes alejarte de mi otra vez.

—Entonces demuéstrame que tanto me deseas Hanna.

*En respuesta Hanna se libera del edredón, rodea mi cuello con los brazos, se monta de forma imperiosa encima de mis muslos y comienza a besarme con una pasión que me trastorna. La pasión y el deseo me domina.

Sirena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora