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Hunter pasó por muchas cosas en su vida y no fue hasta tiempo después qué descubrió no eran normales.
No era normal la forma en la que Belos lo trataba o ese estilo de vida tan poco saludable qué llevaba, mucho menos esos...
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Se aseguró de tener todo lo necesario en su morral antes de salir.
A un qué entre tantas cosas fue difícil elegir lo esencial para poder continuar con su investigación.
La magia salvaje no es algo que se toma a la ligera y más sabiendo lo que le hizo a su familia. Aun así, la curiosidad lo carcomía por dentro y la esperanza de encontrar una solución para que su tío no necesite más palismanes era razón suficiente para arriesgarse así.
A pesar de que él le había prohibido relacionarse con la magia salvaje, Hunter no hizo caso y siguió investigando e investigando, cada vez más a fondo, información que nunca debió de conocer.
Y ahora no solo leía cosas prohibidas, sino que planeaba escapar del castillo para ir a otro lugar "peligroso" según su tío, pero bueno. Es el Guardia Dorado a fin de cuentas.
Si fue elegido como líder del aquelarre del emperador a sus 16 es porque habían visto talento en él. Talento qué fue capaz de desarrollar. Es un prodigio ¿Qué podría salir mal? Estaba preparado para cualquier cosa ¿No?
Y alguien que fue catalogado como lo mejor de lo mejor debía seguir en ese puesto sin importar qué. Por eso investigaba sobre la magia y se aseguraba de que nadie lo supera.
Qué curioso, nació como un brujo sin magia, que debe de apoyarse en lo artificial y lo único que no tiene es lo que más curiosidad le causa. Es decir, ¿Para qué quieres saber sobre magia si siquiera tienes?
Guardo su libreta de notas y un lápiz de más en su bolso, reviso qué nada le faltará e ir lo más ligero posible.
Se colocó una capa color negro para esconderse mejor en la noche y dejo que flapjack tomará su forma de bastón. El blanco y dorado de siempre le quedaba bien, pero llamaba demasiado la atención.
Se paró en el balcón de la ventana de su habitación apreciando la inmensa caída frente a él. Apenas había volado con flapjack una o dos veces y seguía siendo raro usar un palisman real, pero si usaba el bastón de siempre corría el riesgo de ser atrapado con más facilidad.
Se colocó la capucha de su capa negra y aguanto la respiración antes de dar un paso en el aire y comenzar a caer en picada. Flapjack enseguida se elevó en el cielo y emprendió vuelvo hacia el exterior de las murallas del castillo.
Fue fácil evitar a los guardias y vigilantes. El castillo había sido su hogar desde siempre y lo conocía como la palma de su mano.
Algunos pasillos huecos con puertas qué no cualquiera puede abrir, atajos a habitaciones desconocidas y lugares de los que nadie sabe, perfecto para evitar a tantas personas y encerrarse en su mundo.
Y no ser visto por guardias cuando se quiera escabullir, claro.
Flapjack era mucho más rápido que su bastón original, no solo al volar, había notado que un par de veces cuando lo sostenía su propio cuerpo se hacía más veloz, en cuestión de minutos habían llegado al bosque.
