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Hunter pasó por muchas cosas en su vida y no fue hasta tiempo después qué descubrió no eran normales.
No era normal la forma en la que Belos lo trataba o ese estilo de vida tan poco saludable qué llevaba, mucho menos esos...
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Me sentí como un tonto al hablar, ¿por qué dije eso? Arruine el buen momento. Dijo que me entendía, pensé que tal vez él también habría pasado por lo mismo y podría hablar. Qué tonto. Está bien, es una estupidez pensar en esto. Cubrí la herida en mi brazo con vergüenza.
Al final no encontramos nada en la cueva.
Edric me dijo que no perdiera la esperanza. Aún faltaban algunas partes qué no habíamos revisado.
Llegue por la noche a mi habitación como había estado ocurriendo estos meses desde que descubrí la cueva. Si, uno o dos meses desde que estuvimos buscando indicios de algo que los pudiera servir.
Estaba frustrado, ni Edric ni yo Habíamos encontrado algo que nos fuera de ayuda. Qué nos diera pistas. La cueva era gigante, todavía faltaban varios lugares por revisar a fondo. Pero comenzaba a perder la esperanza de hallar algo nuevo.
Retire la capa negra qué tenía y la guarde en el fondo de mi armario. Sentí un pequeño dolor en mi brazo izquierdo, cuando revise note que la herida se había abierto de nuevo y la sangre manchaba las vendas otra vez.
Con el poco tiempo que disponía no había tenido tiempo de tratarla correctamente o descansar para que cicatrizara de forma correcta.
Cuando le entregue la llave rota a Belos perdió la cordura y se volvió a transformar, su enfermedad cada vez lo traía peor. En el proceso un pico fue en mi dirección e hizo un corte limpio en mi brazo. Odie el recordar la mirada de lástima que Edric me dirigió.
De mi cajón saqué un pequeño botiquín de medicina el cual le pertenecía al aquelarre de curación y de este tome una venda nueva. La que traía ya se había manchado.
Retire con cuidado el vendaje antiguo y aprecie el corte, ya le había salido una costra, pero por toda la actividad física qué hice ese día y el poco cuidado qué le dirigí a mi brazo, esta se cayó.
"Rayos, esto es malo"
Es verdad que a veces Belos me lastimaba. Estando consiente o inconsciente, pero lo hace porque me ama. Soy el guardia dorado, solo se está asegurando de que pueda ser la mejor versión de mi mismo.
Debo de corregir en mí cualquier cosa que esté mal.
Además.
Es mi familia, la única que me queda. No podría hacerme un daño significativo, soy todo lo que tiene y él es todo lo que tengo.
El sol ya se había asomado por las ventanas, estaba cansado, otra vez no había dormido nada por la investigación. Terminé de vendar la herida y después de ponerme mi uniforme, fui a la sala del emperador. Como todos los días, esperando nuevas órdenes.
Para mi sorpresa, Kikimora había regresado y se encontraba revisando algunos documentos en su escritorio, seguro papeleo de todo lo que hizo. Me arrodillé en el suelo frente a su trono como todas las mañanas.
