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Hunter pasó por muchas cosas en su vida y no fue hasta tiempo después qué descubrió no eran normales.
No era normal la forma en la que Belos lo trataba o ese estilo de vida tan poco saludable qué llevaba, mucho menos esos...
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Apenas divisé el castillo a lo lejos célebre internamente. Estaba increíblemente cansado y si me apuraba podría tener una o dos horas de sueño bien merecidas.
Vole por debajo de un puente qué conectaba a una torre del castillo donde bien sabía que nunca había guardias ya qué la ventana de mi habitación estaba ubicada en la parte trasera del castillo, perfecto para escabullirme.
Me desmoroné en la cama tratando de recuperar al menos la mínima energía qué necesitaba para seguir funcionando correctamente.
Flapjack hizo lo mismo, salió del morral y apenas toco su escondiste, cayó inconsciente. Ojalá también fuera un palisman.
Si la noche ya fue complicada por si sola. No quería ni pensar lo que le aguardaba ese día como la guardia dorada.
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Vi hacia ambos lados buscando a alguien que estuviera despierto a estas horas. No encontré ningún guardia o algo que pareciera sospechoso en el castillo.
"No habrá nadie. Es seguro, lo prometo"
Es lo que la carta de Darius decía. Toque las enormes puertas de oro las cuales le pertenecían a su oficina y entre.
Me encontré a Eberwolf y a Darius jugando cartas aburridas
۞ Porfin, pensé que nunca llegarías. Tardaste una eternidad.
Camine directo hacia su mesa y puse los dientes de dragón en el centro sin molestarme en esconder mi enojo.
Luego me senté en la silla vacía y me cruce de manos.
Una vez Darius y Eberwolf vieron mi cara se arrepintieron de haber darme la bienvenida con esas palabras.
Parece qué el moretón de mi ojo estaba peor de lo que pensaba.
۞ Ouch ¿pero qué te paso?
⸙ No quiero hablar de eso.
Las cabezas de aquelarre se quedaron calladas en un incómodo silencio.
