Capitulo 8

1.1K 87 135
                                    

Un pesado silencio se formó en aquel lugar, escuchándose únicamente algunos cantos de los pájaros que pasaban por ahí, las hojas chocando una contra la otra y la respiración pesada de Kyojuro Rengoku. Miraba a sus compañeros de forma amenazante pero a la vez con algo de miedo, estos estaban a punto de entrar a la finca a buscar al demonio omega quien seguramente seguía durmiendo profundamente ajeno a la situación.

Él tampoco iba a permitir que le pusieran un dedo encima.

- ¿Que diablos estás diciendo? -se atrevió a hablar Shinazugawa, acercándose hacia el rubio con su katana en mano firmemente.- ¿Que mierda acabas de decir?

Llevo su mirada hacia el albino quien lo miraba de una forma fulminante e intimidante, aunque no se iba a mostrar sumisión alguna ante esto, siempre iba a estar con la frente en alto. Aunque esa idea se desplomó al escuchar un chillido de su ex alumna, dirigiendo su mirada hacia estás y observandola llorar, eso sí lo destrozó por dentro.

- Rengoku-San... -Mitsuri cubrió su boca al hacer contacto visual con el alfa, no podía creerlo tampoco.

- ¡Kyojuro! ¡¿Que mierda estás diciendo?! -esta vez gritó Shinjuro con enojo en su voz, impactado a lo que acababa de decir su hijo.

Kyojuro terminó por soltar un pesado suspiro ante esas reclamaciones, bajando la mirada levemente mientras pensaba lo que iba a decir. Los pilares no eran tontos, por algo son pilares ¿Cierto? Él también era uno, podía controlar esa situación, todo para que Akaza no tuviera algún triste final, eso no se lo podía permitir al menos sin a ver intentado lograr redimirlo de sus pecados.

- Escuchen...

- ¡Habla bastardo! -en un momento de desesperación Sanemi tomo al rubio de su uniforme, colocando el filo de su katana en su cuello, todos en el lugar se pusieron tenso.

El pilar del viento solía ser muy impulsivo, dejándose controlar por sus emociones.

- Déjame terminar. -clavó su único ojo en los del otro chico, aunque solo recibió un gruñido por parte de este.

- Shinazugawa, por favor déjalo hablar. -habló por primera vez desde que llegaron Uzui el cual se acercaba hacia su amigo, mirando a Gyomei para que lo soltará.

Terminó por soltarlo para ser Tengen quien agarrara a Kyojuro, recibió una mirada de agradecimiento por parte de este volviendo a concentrarse ambos en la situación. Se sentía el ambiente pesado, feromonas por todos lados y gruñidos por parte de Sanemi, desesperando por no escuchar una explicación salir de la boca del pilar de la llama, aquella persona la cual respetaba, todo eso se fue a la mierda apenas supo que había dejado libre a ese asqueroso demonio.

- Como dije, es mi destinado... Yo... tuve una fuerte necesidad de tratar de ayudarlo ¡De tratar que se arrepintiera de sus actos! -mordió su labio con fuerza mientras hacia una mueca, a pesar de eso cree que no ha hecho suficiente con cambiarlo. Aunque la verdad era diferente.- Podría también ser una gran ventaja para nosotros tenerlo de nuestro lado.

- ¿y tú mejor opción es revolcandote con él demonio?

- ¡Shinazugawa-San! -chilló Mitsuri ante tal comentario tan atroz.

- ¿Que acaso eso no es verdad? ¡¿Eh, Kyojuro?! -ignorando por completo el reclamo de la fémina se dispuso a juzgar a Kyojuro con la mirada.

Era una situación bastante complicada para todos, aunque más para el pilar de la llama.

- Que decepcionante... -sin duda aquellas palabras de su padre le dolieron.

¿Que más podía hacer? Ha hecho todo para apoyar a la organización, vela por las personas para cuidarlas y protegerlas de los crueles demonios ¿Y la vida le tenía que dar como destinado a uno? Siendo la tercera luna superior, era algo tan irónico.

Fate [Renkaza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora