Capitulo 12

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Eran casi media noche, la luna casi llegaba a su punto más alto mientras su brillante luz natural abrazaba cada rincón que podía alcanzar a la lejanía, una suave brisa dejaba soplar y unos fuertes pasos se dirigían hacia la cabaña que era su hogar, o podría decirse así.

Akaza gruñía con ferocidad mientras comía el brazo de un hombre que había encontrado en un callejón, no se encontraba de muy buen humor por lo que aquella comida se puso lo más desabrido del mundo, aumentando más su enojo.

¿Por qué estaba así? Fácilmente se podía saber, su alfa aún no aparecía desde la mañana. Cosa que le generaba algo de frustración ¿Qué tan importante eran esos mocosos que él? No entendía, que patéticos.

- Oh más bien, tu eres el patético. -Observó su propia mano mientras reflexionaba en silencio.

Soltó un ligero gruñido con molestia, apretando sus puños y luego soltando un fuerte suspiro.

- ¿Por qué te molesta tanto esto? Estás dejando que te controle. -Habló consigo mismo mientras se refería a su lobo.- Es... tonto...

Al pisar un pie en la cabaña noto que está aún tenía su olor ligeramente esparcido por todo el lugar. Para su pesar interna las feromonas de Kyojuro habían desaparecido, y el aún no llegaba.

- Uhm...

Sin admitir aquel desánimo que inundó su cuerpo, se fue mientras arrastraba sus pies hacia la habitación. Se tiró sobre los futones y luego se enrrolló, sintiéndose acogido por la suave tela.

Lo que no podía saber es que, a unos cuantos metros de aquella cabaña se encontraba una cabellera rubia dirigiéndose con una gran sonrisa hacia el que era su nuevo hogar. El tiempo se le había escapado de sus manos y ni se percató lo tarde que era.

Luego de ver a los tres jóvenes mal heridos y atender al chico rubio a tranquilizarse se fue directamente a la finca del sonido, finca donde se encontraba su amigo Tengen recuperándose de la feroz batalla contra la Sexta Luna Creciente. Batalla que con mucho orgullo aquel hombre le dijo que habían sido victorioso.

Era una gran noticia para la organización de caza demonios, aunque por su mente, aquella melena pelirosa se hizo presente.

Una victoria para ellos, pero no recordaba que Akaza era del "otro bando", si es así como se podría decir.

- Akaza... -Susurró entre dientes, hasta que se dió cuenta de que ya la noche estaba por caer.- ¡Uzui debo de irme!

- ¿Cuál es la prisa? Tu novio no se irá a ningún lado, ven y toma una botella de seke conmigo para brindar por nuestro gran triunfo.

El alfa rubio dejo escapar una fuerte risa por la propuesta de su amigo, sinceramente aunque le gustaría celebrar ese triunfo su lobo le decía que debía de regresar con el omega, ciertamente estaba un poco más apegado al demonio por lo que no quería estar tanto tiempo lejos de él, sumándole eso que no quería tomar bebidas alcohólicas; malas experiencias con su progenitor.

- Gracias Uzui pero no es necesario. Vine a ver cómo estabas y como veo estás casi que nuevo, solo que sin una mano.

- ¡Jaja! ¡Eres gracioso Rengoku!

Lamentablemente para el rubio no se percató en qué momento iba en su tercer vaso de seke, ya era más de noche así que decidió marcharse del lugar escuchando como el otro alfa se quejaba por ser tan "aburrido". No perdió más tiempo y se fue hacia su hogar donde ahora se encontraba, justamente en la puerta de la cabaña.

El olor al rededor era intenso aunque algo ácido en esta ocasión, hizo una ligera mueca de disgusto consigo mismo, eso podría significar que el pelirrosa estaba triste por su ausencia. Sin perder más tiempo dejo una pequeña bolsa en la entrada y se adentró hacia la habitación donde dormía, dentro de este se encontraba el olor más intenso y como no, en demonio se encontraba envuelto entre las sábanas como si fuera un rollo de canela, escena que cautivo el corazón del alfa haciendo que sus mejillas se ruborizaran, era muy lindo.

Fate [Renkaza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora