𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓬𝓲𝓷𝓬𝓸

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   Tres días habían pasado desde aquel incidente. Tres días donde se notaba el ambiente pesado y tenso por todo el reino.

   Los ciudadanos casi ni salían de casa por miedo así que los miembros del Ejército eran los que les traían la comida necesaria o algún objeto que necesitaran por si se les había roto, al igual que las prendas si era necesario.

   Nadie había salido de la ciudad y nadie entraba sin el permiso de algún miembro real ya que el rey dijo con claridad que quien lo hiciera iría directo al calabozo.

   Los bailarines no practicaban porque se les había prohibido poner música para no tener distracciones o "ruido" por si aparecia el sulsa de nuevo y atacaba, aprovechando el hecho de que con música escucharían menos, obviamente.

   En este mismo instante, jungkook se encontraba sentado mientras pensaba en un tronco el cual antes era aquel árbol donde se encontró con jimin debido a que por órdenes de su padre, lo talaron por si algún sulsa se escondía ahí. "Seguridad ante todo" fueron sus palabras y él no pudo negarse tampoco.

   Estaba tan absorto en sus pensamiento que no notó a cierta cabellera azabache acercándose a él.

   Cuando el menor le tocó el hombro, por acto reflejo, se giró rápidamente, cogiendo su muñeca y girándola con fuerza pero no la suficiente para rompérsela.

---¡Ay!---se quejó jimin.

   El peligris abrió los ojos sorprendido y le soltó rápidamente, sintiéndose mal por haberle hecho daño sin que hubiera sido necesario.

---Perdón, perdón, ¿te duele mucho? ---preguntó, acercándose y tomando suavemente la misma muñeca de antes.

   Por simple instinto, acarició la piel para ver si le había roto algo, aunque él sabía no había aplicado tanta fuerza mas algo en su mente no le dejaba tranquilo si se hubiera pasado de fuerza -además de que si le hubiera roto la muñeca hubiera sido bastante grave debido a que es bailarín-.

---N-No---tartamudeó nervioso ante el tacto que le estaba proporcionando el otro.

   El mayor suspiró aliviado al escuchar la respuesta y le soltó la muñeca.

---Perdón, fue un acto reflejo, no quise hacerte daño---se disculpó con una pequeña sonrisa.

   Ambos se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro, como siempre.

---Uhm, ¿necesitabas algo? ---preguntó el peligris, ya que si el otro le llamaba sería por alguna razón que esperaba que no fuera algo grave.

---La verdad es que no---se rascó la nuca. El contrario ladeó la cabeza confuso---es que le vi muy cansado y preocupado y...no sé, quería intentar animarle...

   ¿Cómo hace para ser tan adorable? Mi corazón muere de ternura.

   El príncipe rió levemente por su pensamiento.

---Tu compañía ya es algo valioso.

   Jimin abrió los ojos sorprendido y se sonrojó notablemente ante ese comentario; su corazón también comenzó a latir mucho más rápido y bajó su mirada al suelo al no ser capaz de mantenerla en aquellos hermosos ojos que le miraban como si fuera un tesoro.

---Ven, siéntate---dijo el peligris, sentándose en el suelo para dejarle el tronco a él.

   El menor obedeció y jungkook se recostó en las piernas el otro para poder ver el cielo, el cual se encontraba lleno de nubes grises y para poder ver de reojo al bailarín de vez en cuando. Al precioso bailarín.

   El silencio que se formó no fue nada incómodo ya que los dos chicos disfrutaban de la compañía del otro... Simplemente con eso, ya era suficiente.

   Ojalá poder estar aquí así siempre, con su presencia y esta tranquilidad en mi interior...

   Y era verdad; el príncipe se relajaba mucho al ver el cielo por la noche en el lugar que fue con él y también leyendo pero nada le dió tanta tranquilidad que estar con él en ese momento, tan cerca del uno y del otro.

   Las palabras no eran necesarias para ellos, sólo necesitaban al contrario. Así de fácil.

---Perdona que no podáis bailar ahora ---se disculpó el mayor.

---No se preocupe, majestad, lo hacen por nuestro bien---negó con la cabeza.

---Creo que te dije que me tutearas ---rió, rodando los ojos.

   Jungkook le mostró una pequeña sonrisa la cual Jimin devolvió, mostrando sus pequeños dientes .

   ¿Por qué es tan lindo? Es que...¿acaso es real?

   Y así estuvieron hasta que cayó la noche, hablando de cualquier cosa y compartiendo anécdotas que les provocaba unas pequeñas risas algo escandalosas.

   También hubo momentos donde simplemente se veían el uno al otro, perdiéndose en sus miradas; en esos ojos tan hermosos que portaba el contrario.

   Parecían niños pequeños en un parque: sin responsabilidades, sin preocupaciones y disfrutando mientras juegan con otros niños lo máximo que pueden.

   Ninguno quiso irse cuando llegó el tiempo a pesar de haber estado horas junto al otro -aunque, para ambos, se había sentido como unos breves minutos-.

---Entonces... ¿mañana aquí de nuevo? ---preguntó de nuevo el príncipe, rascándose la nuca, algo nervioso.

---Aquí me verá---asintió éste.

   Ellos sonrieron y se miraron una última vez antes de ir a sus respectivos comedores a cenar.

   Acabo de verle pero... ¿por qué ya le extrañando?

  Jungkook puso su mano en su pecho, sintiendo algo no tan desconocido para él en su interior: una especie de vacío pero, lamentablemente, uno de esos vacíos que se sienten muy hondos y grandes...

sɪ ᴠᴇɴ ᴜɴ ᴇʀʀᴏʀ ᴇɴ ʟᴏs ɴᴏᴍʙʀᴇs ᴅɪɢᴀɴᴍᴇ;)

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°𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 °𝐂𝐡𝐚𝐫𝐦𝐢𝐧𝐠°ღ𝒌𝒎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora