𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓭𝓲𝓮𝓬𝓲𝓸𝓬𝓱𝓸

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«Quizás tardé en encontrarte,
quizás no debí enamorarme;
pero, eso sería engañarme:
Eres lo mejor que pudo pasarme.»
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   Jimin estaba preocupado.

   El cielo llevaba dos días oscuro, como los días que llevaba sin ver al príncipe por ningún lado.

---¿jungkookk? Está ocupado ---responde Jihyo con un puchero--- lleva días en su habitación... supuestamente; taehuygie tampoco me quiere decir qué está haciendo pero dice que lo dejemos solo.

   El azabache imita el bulto de los labios de la otra, mirando a la hermana del príncipe.

---jungkookie se está estresando un poco con los problemas que están pasando ---explica, no siendo capaz de replicar a esos ojitos de bambi--- él...quizás, después de la coronación, se vuelva más débil.

   Y el bailarín no sabía si realmente quería escuchar lo siguiente que iba a decir.

[🎋]

   Tomó aire antes de abrir lentamente la puerta de la Biblioteca privada del mayor, entrando despacito, sin querer molestar.

   Se sorprendió poquito cuando vió al peligris sentado, con la espalda en la pared y la cabeza ladeada, apoyada en uno de los muebles mientras dormía tranquilamente con varios libros en el suelo y hojas sueltas en su regazo.

   Cerró la puerta de la manera más suave que pudo y se acercó, sentándose sobre sus rodillas enfrente del otro, examinándolo.

   Había unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos cerrados, su pelo despeinado y la ropa mal colocada, sus labios resecos.

   Miró a su alrededor, percatándose de que habían algún que otro plato con restos de Kimchi.

   Su vista volvió a caer en el rostro del príncipe, específicamente, en los labios del otro.

   No lo pensó mucho cuando apoyó los suyos contra los del contrario, intentando no empujar mucho para no despertar al mayor del sueño.

   Era tan cálido. Se sentía tan cálido.

   Realmente tuvo que poner toda su fuerza de voluntad para separarse, aunque no pudo lograr su cometido ya que unos brazos rodearon si cintura y lo atrayeron más hacia el mayor justo cuando se iba a separar.

   Abrió los ojos y pudo ver el príncipe aún con los ojos cerrados, moviendo sus labios contra el bailarín mientras se inclinaba más hacia él, queriendo sentirlo más cerca.

   El azabache simplemente se dejó llevar.

   Pronto, la lengua pasó la frontera de los dientes, entrando de manera tímida a la cavidad bucal del otro, explorando y bailando entre ellas.

   Jungkook le dio igual sus sentimientos y la maldición, le dio igual las consecuencias que tendría que tener. Ya no quiere más prohibiciones.

   Estos días lo estuvo pensando y, definitivamente, iba a dejar de suprimir sus sentimientos; iba a dejar que un simple error de sus antepasados le condenase de por vida.

   La vida era para disfrutarla, ¿no?

   Pudo aprender de la frase que encontró casualmente de unos de sus antepasados más cercanos que la sangre maldita que llevaban no debía de influir: «Nuestra sangre no define realmente quiénes vamos a ser en nuestro futuro, todo está bajo nuestras decisiones»

   Y eso fue suficiente para decidir que sí iba a vivir su vida, obviamente pensando en los demás y en su deber, pero ahora sería más libre y, una de esas libertades, era la libertad de amar.

   Ambos se separaron cuando ya no tuvieron aire mas el mayor apoyó su frente en el hombro del menor, descansando ahí.

---Jiminie.

   El mencionado suspiró también, abrazando al mayor.

---T-te extrañé---confiesa éste, notando cómo el mayor levantaba su cabeza para mirarlo a los ojos, los dos ruborizándose.

   Jungkook bajó la mirada, mordiéndose el labio.

---H-hyung ---llama, poniendo sus manos en las mejillas del mayor para que le pudiera mirar a los ojos---yo, perdón.

   Y el peligris se alarmó cuando al  otro se le empezaron a aguar los ojos.

---Te quiero, hyung, pero no sé ---dice, aguantando los sollozos--- taehyung-hyung dijo que no importa pero sí lo hace. Tú eres un príncipe y y-

---La persona más maravillosa que he conocido ---interrumpe, limpiando con su pulgar las lágrimas.

   Jimin puchereó.

---Sé que te gusta bailar, que es tu pasión y obviamente no te voy a pedir que lo dejes para que estés conmigo. No sé qué podremos sacar de esta relación aparte de buenos recuerdos.

   Ambos se vuelven a perder en la mirada del otro, no queriendo romper el contacto visual.

---Pero al menos, no estaremos con un corazón roto y habremos disfrutado. En algún futuro nos podremos ver, podemos hacer como un contrato para que viajeis y después podéis volver cuando quedáis.

    El príncipe cierra los ojos, abrazando más fuerte al menor.

---O sino sólo no te alejes de mí lo que nos queda como has hecho, por favor.

𝕊𝕚 𝕧𝕖𝕟 𝕦𝕟 𝕖𝕣𝕣𝕠𝕣 𝕞𝕖 𝕕𝕚𝕔𝕖𝕟 𝕠𝕜;)

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°𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 °𝐂𝐡𝐚𝐫𝐦𝐢𝐧𝐠°ღ𝒌𝒎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora