Cápitulo 2

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Sabía que de alguna manera la atmosfera se sentía diferente, pero aun así, no me sentía mal, de repente la puerta se cerró detrás de mi, para segundos después sentir las huesudas manos de alguien sobre mis cuencas.

-¿QUIÉN ES?- comenté tratando de tocar aquellas manos, pero otras por debajo me tomaron de estas evitando que pudiera moverlas, oía dos risas leves...-Yo soy.- una voz se me hizo presente, profunda, aunque algo rasposa...- ¿YO SOY QUIÉN?- ahora una voz jóven hablo aunque a carcajadas. -¿Acaso tu no sabes quién eres?-

Me voltee viendo a Hopper sobre los hombros de Sans, el cual me tomaba de mis muñecas, aunque después me soltó enseguida.

-CHICOS, ME ALEGRA VERLOS, PENSÉ QUE NO ESTABAN- Hopper se lanzó para abrazarme, logré tomarlo y acercarlo a mi, este niño era genial. -¿Cómo crees eso?, no nos olvidaríamos de tu cumpleaños, Papá- Sans de igual manera me abrazo, aunque chocando ligeramente sus dientes con los míos, de alguna manera...lo sigo amando.

-Papá, Sans y yo realizamos un pastel para ti, y no hicimos desastre en la cocina- bajé a Hopper y este posaba heroicamente, la verdad, había heredado mis habilidades en la cocina, -WOW, ¿ENSERIO, HOPPER?- acaricie levemente su cráneo y este corrió a la cocina. -Bueno, de hecho si lo hicimos, pero el me convenció de ayudarlo a limpiar, y pues...el hizo todo- Sans se acerco por detrás de mi rascándose levemente la "nuca". -SANS...ME SORPRENDES, Y APRECIO QUE HUBIERAS AYUDADO A HOPPER A LIMPIAR-.

Pese a que Hopper lleva 10 lindos años con nosotros, a ambos nos a hecho a no recaer en la depresión que el subsuelo pasa, y aun así, parece que con sus acciones nos anima, o si esta triste puede preocuparnos, pero aun así, siempre busca alegrarnos, aun con la cosa más leve.

Sans ya no pasa todo el día durmiendo, el hueco en el que se encontraba su cuenca no se ha regenerado, pero no a empeorado, además de que el creció de tamaño, ahora me llega a la mitad de mi cabeza, y siempre esta tan activo, ayudando a Hopper a desarrollarse, cuidándolo y protegiéndolo, y no nos hemos dejado de amar, y como le dije desde que está enfermo: No voy a dejarte...y nunca lo haría.

-Hey chico, ten cuidado con ese pastel, no queremos que...le pongas el DIENTE al pastel en el piso- Hopper reía, parece que casi siempre le gustan los chistes de Sans, yo solo deje pasar una pequeña risa imperceptible. -Sans, deja de burlarte de mi diente flojo- Hopper hizo un pequeño puchero, finalmente deje salir la risa que me había guardado.

-¡Sans!, Funcionó, lo hicimos reír- Hopper dejó el pastel sobre la mesa para acercarse a mi. -POR SUPUESTO QUE NO, A MI NO ME DAN GRACIA ESOS JUEGOS DE PALABRAS-.

-No trates de ocultarlo, papá, sabemos que muy en el fondo te dan gracia- Hopper esperaba ahora sentado en uno de los asientos del comedor, recargando sus codos en la mesa, sosteniendo su cabeza. -Anda Papy, no seas tan gruñón, podrías ser un poco más dulce para nosotros?- Sans había metido un dedo al pastel para después lamerlo.

-¡Sans, no hagas eso!- Hopper miro algo confundido al que ahora ya se hallaba sentado enfrente de el. -vamos Hopper, solo fue un dedazo inocente-.

Mirarlos estando juntos, padre e hijo, me hacían sentir...en casa...

La noche pasó sin interrupciones, Sans y Hopper bromeando como siempre, hablando de lo Sans le había enseñado, viendo películas, hasta que el primero en caer dormido fue Hopper, había cerrado sus cuencas apenas habían dado las 10 de la noche, lo tomé con cuidado, llevándolo a su habitación, arropándolo, y siempre con una ligera luz de noche.

Estos años no han sido cosa sencilla, tener que enseñar a tu propio hijo todo lo que debe de saber en casa, Sans es bastante bueno en eso, de hecho podría recordar que...después de que papá se fue, el fue el que me enseñó todo lo que sabía, esa época al igual que esta, era dura, por lo que no había escuelas, así que Sans me tuvo que enseñar en casa.

Además de que no conoce otra cosa más que el pueblo abandonado de Snowdin, con libros de la Biblioteca, viendo que hay en cada lugar, Sans me a dicho que Hopper tiene una especie de amigo imaginario, siempre habla con el a escondidas, pero en cuanto Sans aparece...deja de hablar, a Sans le preocupa eso, pese a ser alguien muy despreocupado.

Además de que Hopper...no tiene poderes, como Sans o yo, eso de la misma manera...me preocupa, normalmente los monstruos jóvenes muestran indicios de tener poderes a los 6 o 7 años, Sans trato de mostrarle, y tiempo después lo intente yo, pero...nada, como si realmente no lo tuviera en el.

Ahora me encuentro en la cama, desnudo, con Sans a mi lado, de la misma manera, sabe como provacarme, y de alguna modo, ya no tenemos...“eso” tan seguido como cuando eramos más jóvenes, solo cuando lo creemos necesario (y cuando no esta Hopper 😅), pero hoy era especial.

Toqué la caja torácica de Sans, en algunas partes con grietas, con zarpazos en la espalda, o con partes negras, como si el hueso se volviera obsidiana, la corrupción no se le nota tanto...al menos no vestido.

-¿Estás bien, Papy?- Sans me voltea a ver, con curiosidad, pero no muestra su sonrisa de siempre, sino que es una mueca de preocupación. -¿Te sientes mal?-.

-No, no es eso- trato de susurrar lo más posible, para evitar decirlo en voz alta. -Es solo que...estoy preocupado-.

-¿Qué te preocupa?- Sans se sientó en la cama, su único ojo fijo en mí, mientras que la cuenca totalmente negra...parecía como si no mirará en mi dirección. -¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?-.

-No lo sé, la verdad...no sé por dónde empezar...- me siento en la cama de la misma manera, miro mi caja torácica, libre de cualquier daño, y luego lo volteo a ver.

-¿Es por esto?- Sans vuelve a hacer aparecer su sonrisa, aunque su única cuenca que se puede expresar muestre una mirada calmada y a la vez triste. -Preocuparte no cambiara nada, esto...bueno, no es como si se revertiese- toca delicadamente una de sus costillas que es negra totalmente, y su alma ahora grisácea, con un brillo bajo, y con una grieta notoria.

-Se que no cambiaré nada preocupándome, pero...no me gusta verte así- con una de mis manos, en particular con mi pulgar repaso las grietas de donde solía estar su cuenca, este toma mi mano para ponerla contra sus dientes, no puedo evitar soltar unas cuantas lágrimas.

Sans toma mis dos manos con las suyas, sus dedos que antes habían sido con las puntas redondeadas habían desaparecido por completo, en su lugar ahora quedaban unas puntas afiladas cual garras, pero aun así, no me hacía daño.

-Papy, te prometo que todo estará bien, ahora vuelve a la cama, descansa- Sans beso mi frente para luego levantarse y comenzar a vestirse.
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Hola nuevamente chicos, ya estoy trabajando nuevamente en esta segunda temporada, creo que ya se merecía una continuación.

Hasta el próximo capítulo.

¿Existen los finales felices? (No voy a dejarte segunda temporada)(Au UnderHate)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora