Capítulo 1

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Había cierto esqueleto que causaba sensación, siempre en un puesto ofreciendo y dando comida a bajo costo, nadie sabia de donde venía, ni por que tenía suficiente dinero para comprar todo lo que el necesitará mas la comida que vendía, ya que el Subsuelo pasaba por una crisis económica fatal, la mayoría de los monstruos eran mineros, para sobrellevar la sobrepoblación en las únicas 4 partes de Hotland: Los barrios bajos, la capital, y las nuevas dos secciones: Snowland y Caveland, estas ultimas habían sido hechas para acomodar a las poblaciones que habían vivido en Snowdin y Waterfall y habían sido obligadas a moverse a ese caluroso lugar, sin embargo, todavía no se podía alojar a todos los habitantes del subsuelo, aunque anteriormente se había llevado una revolución para revocar al primer rey después de la desaparición del Rey Asgore, ese Rey había sido un tirano, por lo que se levantó una revolución que lo había revocado, aunque con eso, una parte de la población había sido eliminada en el transcurso de una semana, el líder de la rebelión, un joven llamado Leander, había logrado enfrentarse al rey, cara a cara, logrando derrotarlo en el proceso, aun así, este al ser victorioso, la rebelión había pedido que fuera el nuevo rey debido a su poder y gran corazón, este acepto, devolviendo los bienes a todos los pueblerinos, por lo que el rey al quedarse solo con lo que el había tenido en ahorros y por frutos de su trabajo, se quedó a vivir en el castillo, aunque siempre se ponía a resolver todos los problemas habidos y por haber, aunque aun con todas las medidas y resolución de problemas, no había logrado bajar los precios de los objetos.

Pero aun con todos esos hechos nada llamaba la atención de todos los monstruos del área mas que aquel esqueleto alto y amigable, ya llevaba más de 7 años, pero el hecho de ser el único esqueleto en el subsuelo y el bajo precio de su comida, era una extrañeza, nunca hablaba de el o de donde vivía, solo se sabía que llegaba temprano a su local, se ponía a cocinar para después abrir y atender a la gente el mismo, los únicos que hablaban con el como si se hubieran conocido desde hace tiempo era un conejo color celeste (el cuál vendía helado al lado) y su esposo un gato color naranja que era el ayudante del local del esqueleto.

Después de trabajar, guardaba todo dentro del local y le pagaba por la ayuda al gato naranja, este se despedía cortésmente y ayudaba en lo posible a su esposo al lado, el esqueleto se dirigía un bote en Hotland para cortar camino y no encontrar Guardias mecánicos, estos se encargaban del orden en la ciudadela, medían 3 Metros, quedaban 4 de los 6 que eran, estos habían sido los guardaespaldas del rey tirano, pero los monstruos habían sido capaces de destruir dos, por lo que era notorio su enorme resistencia, eran delgados cual árboles, con alas de metal, un cresta de cabello cual casco Romano de diferente color cada uno y una cara que era representada por una pantalla a pixeles que mostraban rostros, nunca se mostraban que hablarán o se comunicarán entre sí, siempre se veían erguidos con arpones en brazos listos para interceder y proceder a arrestar cualquier disturbio, pero solían hacer muchas preguntas y negaban el ir a las tierras perdidas detrás de la reja de inicios de Hotland.

El esqueleto no se dejaba ver mucho cuando se iba de su puesto, podrías verlo en un momento y no hacerlo al siguiente, siendo su rapidez una ventaja que siempre usaba, no hablaba de el, ni de su pasado, aun así, parecía que no le temía al agua, como otros monstruos, subiendo a un bote de remos con unas cuantas bolsas en estas, se alejaba...hacia las tierras prohibidas.

Finalmente había llegado, aquella espesa neblina no le dejaba ver, pero conocía el camino como cada hueso de su cuerpo, sin embargo, un nuevo sonido escuchó, el sonido era leve tras el, volteó veloz mente solo viendo un pequeño ratón, con un queso totalmente congelado, este se calmó y siguió su camino, la corriente de aire era fría, aunque si el tuviera piel, estaría sufriendo, una vez llego a la casa en la que vivía se le hizo raro no escuchar ruido, por lo que se apresuró a entrar, la casa estaba oscura...aunque no tan fría, su olfato no era ya lo bastante bueno como hace años, pero no se sentía en peligro, hoy no...

¿Existen los finales felices? (No voy a dejarte segunda temporada)(Au UnderHate)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora