13 | Un pánico palpable

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13 | Un pánico palpable.

—Cariño, acabo de recordar que no te dije el motivo de la llamada de la directora.—es lo que me dice papá luego de saludarlo y sentarme en la mesa para desayunar junto a él, aunque ya está terminando.

—Cierto, dime.

Le doy un sorbo a mi jugo de naranja y la indecisión cruza su mirada, pero luego suspira y habla:

—En dos semanas es el baile de graduación.

El panqueque queda a medio camino de llegar a mi boca.

—No.

—Pero...

Niego repetidas veces con mi cabeza, olvidándome del desayuno.

—No iré, papá.

—Algún día tendrás que seguir con tu vida, cielo.—me enseña una pequeña sonrisa y se levanta de la mesa para lavar lo que ensució.

No sé cómo hacerlo.

—Te espero afuera.—es lo único que digo antes de salir de la cocina y dirigirme a la salida.

Meto mis manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón y cruzo el jardín para quedar como una estatua en la acera.

Dirijo mi mirada al cielo y se encuentra un poco nublado.

—¿Estás ahí?—susurro, desesperada por escuchar algo, lo que sea, sólo quiero sentirla cerca.

Segundos después, desvío la mirada, derrotada.

—¿Lista para ir con Elisabeth, cariño?—pregunta papá cuando llega a mi lado.

—Eso creo.

Me arroja un beso con su mano y yo simulo atraparlo.

〃〃〃

—En dos semanas es el baile de graduación.—es lo que suelto cuando me siento en el cómodo sofá del consultorio de Elisabeth.

Estoy inquieta y ella lo nota, por lo que me entrega una taza de té rojo y luego se sienta frente a mí con su usual posición serena.

—¿Cómo te sientes al respecto? ¿Cuál es la emoción que se te instala al pensar en eso?

Le doy un sorbo a mi té y me tomo un momento para saborearlo.

—Miedo.

—Está bien, hay que comprender que el miedo es una emoción natural y completamente normal, puesto que es la reacción del humano ante un posible peligro o te impulsa a creer que va a suceder algo negativo. Ahora bien, hay que darle una lógica para tratar de entenderlo—su voz es serena, pero a la vez contiene una firmeza que te hace creer que todo tiene solución, y por momentos le creo—. ¿Por qué tienes miedo? ¿Es tan malo como parece? ¿Le permitirás un poder sobre ti? Cuestiónate esas preguntas y cuando las respondas te permitirá reducir el nivel que ese miedo influye en ti. Puedes con esto, Ellie, yo sé que puedes.

Respiro e intento aligerar el nudo que se empieza a instalar en mi garganta.

—No creo que sea bienvenida a ese baile de graduación.

Volveré a verte [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora