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Hay un hombre acostado en su cama, no como cualquiera dormido, era más bien uno esperando la hora de su inminente muerte.

El gran dictador de Argentina lucía patético en sus últimos momentos de vida, debería de arrepentirse y rezar tal cual un cristiano haría, pero no podía ni mover un sólo dedo sin sentir un fuerte chispazo de dolor.

-¿Te estás muriendo?

-See.- responde con cansancio y molestia, lo último que quería ver antes de morir era a su hijo bastardo.

-¿Te falta mucho?- preguntó con ojos inocentes, mirando al cansado dictador.

-¿Para qué?

-¿Para morirte?

-Oh, hijo mío. Por vos, besaría a satán si me llevara con él y me torturara por toda mi muerte.

-¿Ya te habló?

-Qué pibe pelotudo. ¿No querés irte a jugar con ese perro sarnoso que tenés?

-No, quiero ver cuando te morís.

-Pero la puta madre, ¡Dios! ¡¿Por qué me diste un hijo tan pelotudo?! ¡Hubiera preferido que me cortaras las piernas en mi primer guerra!

-¿Ya lo estás viendo? Qué raro, no creo que Dios te quiera.

-No sabes, me quiere tanto que me dijo que puedo ser un fantasma y agarrarte de las patas de noche.

-¿Pero ya te morís? ¿Me pusiste en el papel de herencia?- preguntó con interés, SIEMPRE le recordaba a su padre que pusiera su nombre en la herencia. Igual, tampoco es como si tuviera más herederos, era su único pariente vivo, y el Dictador jamás dejaría su dinero para su gobierno lleno de imbéciles.

-Sí.- respondió cortante, sintiendo que sus párpados se caían y el sueño estaba a punto de matarlo.

-Che, ¿Y me das plata? O sea, ahora, antes de que ¡puaj! - hizo una seña con sus manos de costar su cuello mientras sacaba la lengua afuera.-¿Entendés?

Su mirada expectante miró al cuerpo más pequeño, idéntico a él, con los colores más opacos por su delicada salud. No movía ni un músculo, sólo estaba allí, tirado en la cama. El pequeño niño rubio era su copia, estaba maldito por eso.

Martín pestañeó y ladeó la cabeza hacia un costado.

-¿Ya te moriste?

<...>


- ¡Dimitri, ya es la sexta ves en el mes que te lo advierto!, ¡Deja de atacar a Oni!

- ¡Никогда! (¡Nunca!) - Gritó, golpeando con fuerza - Если вы хотите, чтобы я прекратил нападать на вас, не вступайте в ЕС! (¡Si quiere que lo deje de atacar lo unico entonces que no se una a la UE!)

En una reunión de militantes, todos los coroneles estaban reunidos.

- Por que tanto escândalo? É apenas uma guerra, todos nós já tivemos pelo menos 3. (¿Por qué tanto escandalo? Solo es un guerra, la mayoria de nosotros tuvo mínimo 3) - Menciono despreocupado João, realmente no le importaba una guerra.

- Просто війна!? Багато людей гине-! (¿¡Sólo un guerra!? ¡Mucha gente está murie-!) - Una pelota se chocó con la cabeza de Oni, tirandolo al piso.

El jefe del peatón de EEUU miró con los ojos bien abiertos al representante en el suelo, que por cierto nadie ayudaba.

- ¡La pelota! - Un grito se escucho de afuera del edificio - ¡Sos un pelotudo!, ¡Y eso que te dije que no la patees tan fuerte!

- ¡Ya ya!, ¡Déjate de quejar y vení a ayudarme!, ¡Vos también Waldemar!

- ¿¡Te vas a meter a ese edificio!?, ¿¡Y si te atrapan!?

- ¡Pero relájate!, ¡Solo voy a recuperar mi pelota!

Y antes de que alguien dijiera algo sobre esto, un muchacho muy parecido a una antiguo padre apareció, dejando ver sus rizos dorados y su piel opaca casi de fantasma.

- ¡AHHH- LA PUTA QUE ME-! - Martín cayó de la ventana, quedando dentro de la sala de reuniones.

Como la ventana estaba bastante alta tuvo que subirse a los hombros de su amigo, Gustavo, que al mismo tiempo se subió a los hombros de Waldemar. Cuando intento sentarse en la ventana no midió su fuerza y termino pasando al otro lado, rompiéndose la jeta.

- ¿¡ESE ES EL DICTADOR!?, ¡¿SIGUE VIVO?! - Enzo se puso blanco como un fantasma, al igual que muchos otros.

- Ahh- me cago en todo. - Se quejo el rubio, parandose y sobando su espalda.

Muchas palabras describen a Martín; una de ellas es despitado. El pelotudo está tan concentrado en su dolor de espalda y en recuperar su pelota que ni se dio cuenta de que la sala esta llena de personas de alto rango que están comentando en voz alta de su padre.

Se acercó a la pelota, que rebotó en la cabeza de Oni y quedó en el medio de la sala.

- ¡GUSTAVO, PREPÁRATE, AHÍ LA PASO! - Gritó, sin esperar nada para patear con fuerza la pelota. Su patada fue tan precisa que sorprendió a varios, ya que la pelota fue directamente a la ventana rota y paso muy fácil.

Unos segundos en silencio basto para que João tomara la iniciativa, caminando hacía Martín. Su sonrisa era brillante, él es muy parecido a Gustavo, pero con la diferencia de que este nuevo coronel le llama más la atención.

- ¡ACÁ LA TENGO! - Avisó - ¡SALÍ DE AHÍ QUE ES DONDE TODOS LOS CORONELES HACEN REUNIONES!, ¡TE LLEGAN A VER Y TE CONFUNDEN CON EL DICTADOR!

- olá! Eu sou o João (Hola! Soy João)

Martín, que hasta ahora no se había dado cuenta de la presencia de nadie, dio tremendo grito, moviendo sus brazos hasta al frente de su cuerpo, en forma de escudo por si le pegaban una piña de la nada.

- No mames wey! Ni se presenta y João ya se lo quiere para él. - Se burló Fernando, que supo diferenciar al otro dictador tan conocido de aquel muchacho, cuyos cabellos rizado eran más claros.

- Ah noo, más ciego no puedo ser, boludo... - Martín miró como hay más de 30 militares en el lugar. - buen momento para socializar... - Murmuró - ¿Qué honda?, ¿Todo piola? Soy Martín. - Sonrió.

- ¿¡Martín!? - el estadounidensw estaba en medio de un colapso cerebral. Ya tuvo demasiado con estos coroneles y llega otro nuevo. Definitivamente es el menos favorito de Dios.

-новый представитель? (¿Un nuevo representante?) - Se preguntó a sí mismo Dimitri. Miro de reojo. A la gorda capitalista- digo, John, y se dio cuenta que estaba en una especie de shock. - Эй, ты! Будь моим союзником! (Oye, tú! Se mi aliado!) - Se acercó corriendo a Martín, iba a aprovechar que John está procesando todo para ganar un nuevo aliado.

- ¿Qué? No, no. A mi me tenes que hablar en español, yo no spiko inglish.

- Tú, serr mi aliado. - Algo que no se ve todos los días, Dimitri hablando español.

- ¿Aliado?, ¡Dale! - Aceptó sin preguntar nada más, supuso que es una forma de hacer amigos.

Y ahí fue donde John salió de su shock, corriendo hacía ellos y empujando a Dimitri.

Mi Amor Argentino (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora