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15/02/2020 16:20 p.m.

Hoy a pesar de otros días me encontraba feliz porque mi padre por fin se ha tomado el tiempo para enseñarme a manejar, algo que he querido hacer desde pequeña y él lo tenía muy en presente que esperaba mucho que me enseñara. Cuando me lo dijo me le quedé observando un buen rato, pensando que estaba bromeando
Primero nos llevó a un acampado, donde los autos no pasaban con frecuencia ni hay circulación de ciudadanos. 

¿Desde acá tengo que manejarlo? —le pregunto cuando detiene el auto y lo deja con el freno de mano para bajarse.

La ruta que eligió era mas de la mitad calle y la otra parte era tierra, pero esa tierra tenia pequeñas piedras. Y muchas veces ha dicho que uno debe centrarse en no soltar las manos del volante, no ir a la velocidad máxima porque

Si, tienes que aprender a encenderlo y sacarlo desde ahora. —se coloca el cinto de seguridad.

Uff —apoyo mi espalda sobre el asiento —nunca encendí un auto, es lo más difícil. No se si pueda pa.

Tranquila, yo te voy a ayudar. —baja el volumen de la radio. No puedo creer que este confiando tanto en mí en la primera vez que estoy haciendo esto.

No llego a los pedales —lo miro con una mueca en mis labios.

Acomódate el asiento hija —se ríe.

¿Y eso cómo lo hago? —rebusco alrededor de donde estoy sentada buscando algún indicio.

A tu costado izquierdo hay un plástico, lo levantas y ahí acercas el asiento al volante. 

Hay dos plásticos sobresalientes  con dibujitos en ellos, uno que me lo sé de memoria porque abre el capó del auto; muchas veces me ha pedido que lo abra, entonces debe ser el otro.  Con un poco de dificultad logro acomodarme bien. Si esto me era difícil, lo que me esperaba iba a ser mucho peor.

A pesar de mis miedos, ocurrió todo lo opuesto a lo que pensaba.

Estaba tan feliz de poder sacarlo aunque me haya tardado un poco poder hacerlo, hasta él me felicitó y podía ver su sonrisa orgullosa antes de volver a centrarme en el frente. Me llenaba de tranquilidad y que podía lograrlo.

Habíamos pasado todo el recorrido con tanta tranquilidad, si debo decir que he ido lo más lento que el auto me dejaba. Aunque Papá me insistía en acelerarlo un poco más, después de decirle tantas veces que no me sentía segura yendo yo misma a más que eso

Se cambia de lugar ni bien yo me bajé del auto con una amplia sonrisa, feliz de que todo haya salido bien en el primer intento aunque al principio se me haya detenido el auto. Ni bien se subió él le dio arranque para continuar el camino de vuelta a casa.

[ ✧✦✧ ]

Cuando llegamos a nuestro hogar me bajé para abrir el portón del garaje, en realidad es el patio trasero pero se transformó una parte en garaje. Mi perro Kwan al reconocerme a través de las rejas se levantó de su no-escondite, donde siempre se encontraba descansando, para salir corriendo hacía mi, saltando de un lugar al otro sin dejar de mover su colita esperando a que abriera.

Ven cariño —le dije haciendo un ademán con i mano para que se colocara a mi lado y no se ponga enfrente del auto. Cosa que él hizo caso y muy feliz corrió hacia mi moviendo con su hocico mi mano para que le acaricie la cabecita. 

Cuando cerré nuevamente el portón se fue corriendo para saludar a papá quien lo hizo juguetear a modo de saludo, diría que ese es el salud entre ellos rutinario cuando lo ve abrir la puerta del auto.

Siempre nos recibía así a mi y a Papá, somos a quienes más quiere pues solo nos hace caso a nosotros dos y se pone feliz al vernos cuando por su lado mi padre vuelve del trabajo y yo vuelvo de las clases. Creo que de esa manera nos agradece haberlo adoptado y darle un cambio a su vida. Cuando lo trajo era un cachorro de no más de 8 meses, según el veterinario, tan flaco, y ahora era un hermoso ovejero-alemán que casi triplicó su tamaño a pesar de ser grande cuando llegó a casa y ser el perro más feliz que puede ser hoy en día. Puedo decir que ambos hemos crecido juntos, ahora somos dos gigantes. Creció junto a mi otro perro adoptado , me lo  había regalado un amigo de mi padre y ha estado conmigo desde mis seis años hasta partir el pasado diciembre. Tanto Kwan como yo hemos tenido un animo muy bajo, y esos días lo abrazaba mucho más a Kwan al verlo sin ganas aunque se la pasara peleando con él se querían, a su manera, compartían el patio, compartían cama cuando es otoño y el frio ya no es lindo para ellos. Eran amigos, y sabia que lo extrañaba tanto como yo y como nadie más en esta casa. Por eso mismo no lo dejaba pasar mucho tiempo solo, no quería que se deprimiera y perderlo a él también, no tan pronto.
Lo primero que hago, cada día de semana cuando eran días de estudiar, es saludar a mis otros tres perros, que al ser de raza pequeña se quedan dentro de la casa, y luego salgo al patio para abrazarlo a él, dejando que me de besos y él dejándose abrazar por mi. Era tierna la imagen de él que en el segundo que me ve se sienta, sabiendo cual es mi próximo movimiento. Podía tener malos días pero al llegar a casa y ver su felicidad me cambiaba por completo.

¿Cómo les fue? —Mamá sale de la cocina para recibirnos. 

Más que bien —le contesta él abrazándome los hombros — Lo ha hecho mejor que otras personas a quienes le enseñe podrían hacerlo. 

Lo sabía.—Estaba feliz de las palabras que le decía a mamá y como ella me miró con una sonrisa que  reflejaba orgulloso.

Voy a cambiarme —ellos me dan un asentimiento aún estando centrados en su conversación— vamos —les digo a mis hijos quienes no dudan en seguirme escaleras arriba. Claro, ellos quieren acostarse en la cama y dormir, es lo que más aman.

Me tiré a la cama aún sin borrar aquella sonrisa, una la cual no se había presentado en lo que va este año. 

Por inercia giré mi rostro a la cama contraria totalmente vacía. Una sonrisa nostálgica hace presencia en mi rostro, si siguiera aquí estoy cien porciento segura que sería la primera en abrazarme y felicitarme. En un mensaje ese abrazo no siempre se siente igual que en persona, pero sus palabras siempre son reconfortantes.

La página de alguna u otra manera que no logró entender, me da un aviso que han sacado una versión como aplicación de celular al tener una gran variedad de usuarios. Me había olvidado del sitio.  Al descargarla me aparece el último mensaje que la persona desconocida me ha respondido desde un principio, recordándome que no entregué una respuesta. 

Vaya, la tecnología de hoy.

Releí unas cuantas veces lo que había escrito para saber que contestarle.

❝ No sé si debería decirte esto, pero te debo una respuesta. 
Leer tu mensaje anterior me dejó con muchas dudas sobre mi, porque sinceramente hay días en que son el peor que podría estar viviendo pero a los días siguientes pueden ocurrirme cosas que es como una caricia al alma y a mis pensamientos que tanto me atormentan cuando todo me va bien. Mi vida es una sube y baja de sensaciones, pensamientos, sentimientos o como quieras llamarlo. A veces me es imposible poder explicarlo todo en palabras, espero lo entiendas.

Debería desahogarme con alguien en persona, sin embargo no estoy lista para hacerlo. ❞

Nunca imaginé que a los pocos minutos recibiría su respuesta.

❝Si este lugar te ayuda a desahogarte, hazlo. Estaré aquí para ti, te ayudare a salir adelante sin importar que. Prometo que este año se convertirá en el mejor.
Por cierto me llamo Bangchan, un gusto personita.❞

Let Us Save You ━━  Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora