♧Raise hell and turn it up

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HyungWon no podía dejar de reír y Hoseok le golpeó una pierna con la mano. Ambos estaban desnudos sobre la cama de HyungWon.

— Ya deja de reírte —dijo Hoseok riendo también, pero tapándose la cara con la almohada— estaba nervioso.

HyungWon se estiró para quitarle la almohada de la cara y dejar un beso en los labios de su novio.

—Lo siento, lo siento. No volveré a hacerlo, de todas maneras me reí por la cara que hiciste, no por lo otro.

Hoseok se sentía mortificado. Se jactaba de haber siempre tenido una destreza excepcional entre las sábanas y una resistencia a prueba de todo. Hasta ese momento. Cuando sintió la boca de HyungWon sobre su miembro, su cuerpo simplemente cedió. No supo cómo había pasado eso. Jamás le había sucedido algo así y era vergonzoso.

—Quiero morir —murmuró—. Te juro que jamás me había pasado antes...

HyungWon lo abrazó y se acurrucó contra su cuerpo para luego dejar pequeños besos en la piel lechosa.

—Deja de decir eso, podemos volver a intentarlo.

Hoseok abrió los ojos y se mordió el labio. A pesar de la vergüenza que sentía, su cuerpo se despertó ansioso ante la propuesta. Se giró de lado y pasó una mano por la cintura del alto y lo atrajo hasta su cuerpo. Inclinó la cabeza y dejó un beso sobre la hermosa nariz contraria.

—¿Qué me hiciste? —dijo más para sí mismo que para HyungWon—. Mi cabeza es un lío en este momento, pero me encanta estar así contigo.

HyungWon levantó la mano para acariciar la majilla pálida y sonrió.

—Y a mí me encanta besarte...

Los besos pronto fueron dando paso a la caricias. Hoseok era cuidadoso y atento. Usó su propia experiencia y dejó que su instinto hiciera el resto. HyungWon estaba demasiado abrumado con las nuevas sensaciones que casi no sintió el dolor cuando Hoseok lo penetró un poco. Fue un pequeño ardor que podía tolerar y se enfocó en seguir besando al hermoso hombre que yacía sobre su cuerpo.

—Dime si te duele, no quiero lastimarte.

Hoseok estaba al límite de sus resistencia. Había tenido sexo miles de veces, con infinidad de mujeres. La había pasado bien, con algunas incluso había sido memorable y sin embargo con HyungWon todo parecía irreal. El cabello de HyungWon desordenado sobre la almohada, los labios rojos y generosos, los ojos grandes y brillantes... y sus gemidos suaves eran la música más hermosa que jamás hubiera escuchado. Sintió una urgencia por querer descubrir qué había más allá del placer que estaba escalando por su espalda y entonces se movió. HyungWon cerró los ojos y mordió sus labios. Era hermoso, Hoseok no podía apartar sus ojos de esa cara perfecta.

Otro movimiento y sus brazos temblaron. Sus ojos rodaron atrás de su cabeza y su boca se abrió buscando aire. Era una sensación increíble. Las manos largas se movieron por su espalda y los dedos se clavaron en su piel.

—E... Eso me gusta —susurró HyungWon en un hilo de voz—. Oh, Hoseok...

Hoseok cubrió los labios mullidos con los suyos y empujó una vez más. Ambos gimieron en sintonía, sus cuerpos fundiéndose en el calor de ese momento perfecto. Su corazón golpeaba con fuerza en sus sienes y su pecho se agitaba desbocado.

—Eres hermoso —dijo abriendo los ojos y volviendo a besar a HyungWon— yo... yo no te merezco...

Lo vio sonreír con las mejillas arreboladas y la frente brillante salpicada de pequeñas gotas de sudor. Movió la mano para acariciar su cara al tiempo que ralentizaba sus movimientos. HyungWon gemía maravillosamente y él estaba encantado. Encantado con todo lo que estaba sucediendo y entonces se preguntó qué era lo que estaba pasando. ¿Por qué todo se sentía tan condenadamente bien con HyungWon? Era como si él fuera la pieza que le faltaba a su vida para que todo marchara correctamente. HyungWon era lo que había estado esperando sin saberlo.

Nobody ElseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora