𝐏𝐚𝐬𝐚𝐧𝐭𝐢́𝐚𝐬, 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐧𝐭𝐢́𝐚𝐬

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Desde que el profesor Aizawa anunció sobre las pasantías en agencias heroicas, Katsuki supo que algo no iría como él quería.

Y sí, justo así fue.

Best Jeanist lo obligaba a utilizar esos incómodos jeans ajustados, un peinado de "ñoño" y lo reprendía si no se comportaba debidamente. Aunque el joven sabía que era por su mero bien, ignoró ese conocimiento y decidió comportarse un poco como siempre.

Pero la vida le dejó en claro que no era su favorito cuando se cruzó con su pequeña Hanami en un patrullaje con su "jefe". La vergüenza se apoderó de él en cuanto se percató de su pelo.

—¡Kaki! —Ella lo apuntó con el dedo y lo saludó con emoción. Sentimiento que sólo Katsuki notó por conocerla bien. La niña ignoró su cabello.

El rubio sonrió e instantáneamente se puso serio de nuevo, recordando que el señor braguetas estaba allí.

—Esa niña está llamándote, Bakugo. Es de buena educación que vayas y le preguntes qué necesita —Le dice, observándolo e ignorando su sonrisa de segundos.

—Yo hago lo que quiero —Y caminó hacia Hanami—. ¿Qué ocurre, linda Hana? 

El rubio mayor se puso atento a oír. ¿Le dijo un apodo tierno? Apenas unos minutos antes había hecho llorar a un niño.

—¿Cuándo vuelve' a casa? —Oyó que ella preguntó. La observó con más detenimiento, notando el gran parentesco con su pupilo. Sus facciones, su cabello, su manera de vestir.

—Solo es una semana, Hana. En unos días jugaremos juntos otra vez —El tono feliz, paciente y calmado con el que Katsuki dijo eso espantó y sorprendió al hombre.

¿Este es el Katsuki que conoció realmente?

—¡Be' Jenis! —Más en cambio, el hombre sonrió cuando la pequeña lo apuntó. Notó enseguida que no era como los demás niños de su edad. Aparentemente tendría unos seis.

—Chismoso... ¿Qué haces oyéndome? —Se quejó el mayor de los hermanos Bakugo, sorprendiendo aún más al adulto por la calma y por no haber gritado. Supuso que era por la niña.

—Solo me acercaba para que no hagas llorar a nadie más —Dijo, con seguridad.

—¿Kaki hizo llorar a alguien? —Hanami miró con ahora ojos tristes a su hermano.

—¡Claro que no! Ya sabes que hay veces en que la gente llora por cualquier ridiculez —Se apresuró a decir, mirando mal al de ojos verdes, que igual lo observaba serio.

—No diría eso... ¿Cómo te llamas, pequeña? —Evadió.

—Ah... Hanami. —Dudó un poco su respuesta.

—Es un bello nombre. Tanto como tú —Le ofreció una bolsa de dulces de su marketing, siendo aceptado—. Ahora, Hanami, ¿podrías dejarnos a tu hermano y a mí seguir con la caminata?

Ella asintió sonriéndole y abrió la bolsa para comer uno de los caramelos. Saludó a su hermano y al hombre y se fue con Inko. Había salido con ella y su madre a comprar algunas cosas.

—Tu hermana es muy tierna. 

—Metiche —Estaba algo enojado (celoso, mejor dicho), porque nadie jamás se había llevado una sonrisa de parte de Hana que no haya sido él. Sus padres solo recibían cartitas o dibujos bonitos y mini sonrisitas de vez en cuando.

—Ya te expliqué por qué estaba oyendo. No era por chismoso; eso no es lo mío.

—Da igual. No tendrías que haber dicho algo así frente a ella. Eso sí es de chismoso.

—¿Tienes miedo de que sepa sobre tu comportamiento?

Katsuki se quedó callado y cabizbajo. Seguía con su expresión más conocida de "cállate o te exploto", pero no hablaba.

Solo en su mente sabía que era verdad. Que no soportaría el miedo que Hanami le tendría si llegase a enterarse de lo que le hizo y hace a Izuku. De como trata a los demás a sus espaldas.

Pero aun así, y sin saber por qué, tenía esas manías que no se le quitarían fácilmente.

Tal vez necesitaba un pequeño gran susto...

𝐀𝐮𝐭𝐢𝐬𝐦 ║ 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢 𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora