Que madrastra
La viuda de sangre de hierro, la viuda araña, la cazadora de hombres, la bruja del castillo de Neuwanstein, la vergüenza de las damas...
¿A quién diablos se refieren todos esos nombres? Se refieren nada menos que a mí, la marquesa Shuri von Neuwanstein. ¿Hay otras personas en nuestro imperio que tienen tantos apodos?
... Sé bien que no es un apodo del cual sentirse orgulloso. Pero ha pasado un tiempo desde que no me importaba lo que decían los demás. No importa lo que la gente diga o piense de mí.
Lo único importante es que he mantenido a salvo a la familia Neuwanstein y a sus hijos hasta el día de hoy.
Sí, terminé cumpliendo la promesa que le hice.
Por supuesto, en realidad, es un poco incómodo llamar a los chicos mis hijos, cuando no compartimos ni siquiera una gota de sangre con los niños, pero, en cualquier caso, legalmente, definitivamente son mis hijos. Incluso si nunca me han llamado madre todavía, he criado cuatro cachorros de león.
Y mañana es el día en que mi arduo trabajo y mi esfuerzo finalmente darán sus frutos. ¿Qué día es? ¡Es el día en que nuestro primer hijo, Jeremy, se casa!
El autoproclamado heredero de Neuwanstein y la espada del Príncipe Heredero, tan pronto como firme el voto matrimonial, de acuerdo con el testamento de su padre, eventualmente se convertirá en el Marqués de Neuwanstein en pleno derecho. Además, su prometida es la hija del duque Heinrich, de quien se dice que es la mujer más bella del reino.
Ah, las lágrimas de emoción están brotando de nuevo. Parece que fue ayer cuando aquel niño contrajo sarampión y se estaba muriendo ¿Cuándo creció tanto?
Innumerables días que he pasado sin problemas, ¡finalmente estoy sintiendo la recompensa de mi arduo trabajo! ¡Celebremos el pasado y hagamos un brindis!
... Ese fue solo mi gran error.
¿Quién fue?, se dice que cuando las personas son tan asombrosas, ni siquiera pueden pensar en nada de nuevo. Esa es exactamente mi situación ahora mismo. Ni siquiera sé qué pensar, y mucho menos decir algo.
-¿Qué acaba de...
-Es justo como dije. Él... Me pidió que le dijera que no hay necesidad de que vayas a la boda.
Sosteniendo mi cabeza encalada y evitando que apenas abrir la boca, esta hermosa joven es la prometida de Jeremy, la princesa Ohara von Heinrich, quien es la protagonista de la boda del siglo de mañana. ¿Es solo mi malentendido que el cabello platino pálido, ondulado y los ojos púrpura fantásticamente armoniosos brillan con una extraña luz de compasión?
-¿Jeremy realmente dijo eso? Pero por qué no me lo dijo directamente...
-Sabes lo loco que está ahora. Lo siento, sólo he tenido tiempo de venir. Traté de convencerlo...
-Espera, espera. Diga lo que diga, tengo la obligación de asistir a su boda. Ese tipo...
-El me pidió que te lo dijera exactamente así.
La princesa contuvo la respiración por un momento con una mirada que parecía realmente renuente, y luego pronunció las palabras de Jeremy como si las estuviera escupiendo una y otra vez.
-El deber que siempre enfatizas como un hábito terminará en el momento en que hagamos el compromiso mañana, y es mejor deshacerse de él lo antes posible- dijo.
-...
Estuve medio abierta en mi mente por un momento. Mientras digería esas palabras tan lamentables, Ohara solo encontró mi mirada con una mirada de arrepentimiento y reproche.
