Capítulo 5

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El chico sintió su corazón detenerse por un segundo, su vista se dirigió a la mano que sostenía su brazo como si el tiempo se hubiera detenido. Recordaba esos accesorios y ese tono de esmalte como si lo hubiera visto ese mismo día. JongHo casi vomita del asombro al encontrarse frente a HongJoong mirándolo fijamente. No se soltó, el mayor tampoco se movió, pero ambos se quedaron viéndose unos segundos.

-SeongHwa no puede verme ¿Entiendes?- Aclaró el zombie, arrastrando las palabras, hablaba extraño, sus s se arrastraban tanto, que sonaban como z.

JongHo asintió, tratando de calmar la ansiedad que subía desde su estómago hasta su garganta.

-Escucha, corren peligro, los demás zombies están comenzando a seguir los rastros de las personas que quedan, ví unos viniendo hacia aquí, logré engañarlos pero no por mucho- La mirada del zombie mostraba preocupación, tanto que el menor evitó preguntar -Debo irme, SeongHwa podría...- El zombie se detuvo, y JongHo dió un salto al escuchar un grito de SeongHwa -Mierda, no- Susurró el zombie.

-¡¿Qué sucede?! ¡¿Qué suce...- YunHo se acercó corriendo, al ver la escena, giró su vista rápidamente hacia el mayor, el cuál había comenzado a tantear su brazo.

-Yu... Yu...- El chico comenzó a hiperventilar, su cerebro no funcionaba, había comenzado a entrar en pánico, y su mente sólo buscaba huír. Se soltó de los brazos de YunHo y corrió fuera de la reja, abriéndola de golpe y corriendo lejos, sin escuchar los gritos de YunHo y JongHo.

-No, no, no- HongJoong comenzó a correr detrás de su prometido, todo indicaba que no debía acercarse, pero la preocupación superaba la lógica del chico.

-Debo ir, hyung- Habló JongHo, viendo los ojos asustados de YunHo -Cuida de Minying, traeré a SeongHwa-. Tomó su machete y luego de trabar la puerta de la reja como siempre, corrió en la dirección en la que se había ido la pareja.

SeongHwa corría en pánico, esquivando los zombies que querían atraparlo, algunos habían comenzado a seguirlo, pero él no lo notó. Después de unos veinte minutos, trepó a un edificio por unas escaleras rotas. Se sentó en la azotea y comenzó a llorar desconsolado, aún preso de su propio pánico y miedo. Su HongJoong... Su precioso HongJoong... Le había visto de nuevo, nisiquiera quería recordar su aspecto, no quería, pero su mente parecía endulzar el recuerdo, ella quería verlo, él no. Su cabello castaño, que lo hacía ver atractivo para cualquier persona, estaba sucio y revuelto, SeongHwa podía jurar que alguien le había jalado el cabello que él tanto adoraba acariciar en las noches que su prometido no podía dormir. Sus ojos, estaban fríos, no brillaban como cuando tomaba café, jugaba con Minying, o como lo hacía en las fotos en las que lo miraba. Su ropa, su tan típica y preciada ropa, la que el propio SeongHwa había utilizado aveces, con la excusa de que era bonita y no por el hecho de que oliera al menor, estaba completamente rasgada, el bordado que el mismo SeongHwa había hecho en el pantalón favorito de HongJoong, estaba deshilachado, como si en el ataque de hace unos meses, hubieran tratado de evitar que huya, tomando el regalo especial de su ropa. Y su rostro... El bello rostro de su amado HongJoong, estaba herido, no solo pequeñas heridas como un rasguño o un golpe, una de las mejillas del zombie, no estaba, solo se veía un hueco cicatrizado y el interior de su boca.

-M-Mi bebé...- Un constante sollozo se escapaba de los labios del chico, no podía imaginar el miedo que su chico debió haber sentido ese día, incluso más que él mismo. Recordó sus gritos, su llanto, su mirada antes de ese momento. SeongHwa se abrazó a sí mismo, llorando desconsoladamente, pensando en su pobre HongJoong. Sólo quería que su prometido volviera a ser él mismo, con su bonita sonrisa y sus lindos ojos marrones.

El zombie, corría en silencio, tratando de ver algún zombie que actuara hambriento por alguien, sólo esperaba que SeongHwa estuviera bien y que esté a salvo. Logró ver a unos cuantos zombies tratando de subir una escalera, por lo que se acercó sigilosamente, para poder subir con cuidado, tratando de ver lo que se encontrara arriba.

𝑰 𝒎𝒊𝒔𝒔 𝒚𝒐𝒖, 𝒉𝒐𝒏𝒆𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora