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El lunes siguiente, Leash se incorporó a las clases, habían acordado que había desaparecido después de intentar ayudar a Harry en el Torneo, un error de transportación, pero los Weasley, Hermione, Harry, Luna, Neville y Draco sabían la verdad.

En definitiva, la reacción de la escuela no fue la que Leash esperaba, todos la recibieron con alegría, sonrisas, abrazos y regalos, por su puesto que su estado sorprendió a muchos, pero eso tan sólo hizo que la gente se preocupara por ella más. Leash había regresado a Hogwarts con la intención de mantenerse debajo del radar y cumplir su misión, pero había logrado ganarse el cariño de casi todos ahí.

Por supuesto que el grupo de Gryffindors y Luna cuestionaron a Leash en cuanto tuvieron la oportunidad, pero no sin antes cubrirla de abrazos y una que otra lágrima. Fred era el único que no estaba en el Gran Comedor cuando Leash llegó por la mañana, pero en cuanto escuchó la noticia, salió corriendo con el corazón en la garganta.

Entró a toda velocidad al salón y pudo verla por la mesa de Gryffindor, rodeada de sus amigos y Draco, que aunque no estaba hablando con ellos, sonrió como estúpido, observando a Leash con ojos grandes. Leash lo vio entrar y le sonrió con alegría, había extrañado a ese pelirrojo y fue lo que Fred necesitó para acercarse.

-¡Fred Weasley!- gritó Leash riendo, abriendo los brazos hacia el chico y él llegó hasta ella corriendo, levantándola del piso y dando vueltas con ella en brazos.

George gritó con ánimo y chocó puños con su hermano Ron, el gemelo creía firmemente que Fred fácilmente podría quitar a Draco del lado de Leash, pero Fred no lo hacía, pero tal vez ahora que Leash había regresado, las cosas podrían cambiar.

-Cuidado- dijo Draco molesto, preocupado de que el gigante pudiera lastimar a Leash, aún no estaba recuperada del todo.

Pero Leash no mostró ninguna queja, reía fuertemente, haciendo cabezas voltear hacia el sonido, abrazaba a Fred fuertemente, con sus brazos en el cuello de él, no sentía ningún tipo de dolor en sus heridas.

Fred la bajó finalmente pero la mantuvo cerca de él, con sus manos en la cintura de ella, él era mucho más alto que ella por lo cual debía mirar hacia abajo para poder mirarla a los ojos, sólo en ese momento notó la nueva cicatriz de Leash y su ahora ojo blanco, pero eso no cambiaba el hecho que seguía siendo la mujer más preciosa que había visto.

Sintió este imán hacía ella, estaba tan cerca que si le daban el tiempo, podría contar sus pecas, y por unos segundos sintió que estaban solos y si se acercaba un poco más podría besarla...

-Creo que no debo recordarte que tiene novio pero si es necesario puedo darte un golpe para lo que recuerdes- dijo Draco rompiendo la burbuja de Fred

-Tranquilo, sólo está emocionado- lo calmó Leash, separándose de Fred y volviendo a su lado.

Fred se quedó unos segundos absorbido en ese trance, pero se forzó a calmarse al recordar que todos lo estaban observando.

-Leash, sabemos que apenas te estás recuperando pero, necesitamos saber ¿Qué pasó?- preguntó Hermione

-Aquí es donde vuelvo a entrar- interrumpió Draco- Leash aún no asistirá a clases, sólo vino a saludar- explicó pasando un brazo por la cintura de Leash, abrazándola- Debe descansar- dijo con severidad

-Draco tiene razón- admitió Leash- Prometo contarles todo, pero, no hoy- suspiro

Todos querían hacer preguntas, pero al ver el estado en el que estaba, entendieron que no era el momento para eso, se despidieron en abrazos, se retiraron para ir a sus respectivas clases, todos excepto Neville.

No me dejes -2 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora