La noche del lunes casi había llegado, Bruno y los policías encargados de proteger a las chicas salían en cuatro coches idénticos para que nadie supiese con certeza quien ocupaba cada coche, solo él sabía los detalles de donde todos se iban a alojar. Lia guardaba silencio, más por temor de romper a gritar que por la necesidad de silencio.
─ Verás a tus amigas pronto, todo acabará pronto ─ Había dado varias vueltas por el pueblo, para despistar y de paso intentar que la chica se tranquilizase ─ Amelia ─ Ella alzó su mirada y él rectifico de inmediato ─ Lia, no te va a pasar nada, voy a asegurarme de eso ─ El resto del trayecto transcurrió en silencio, al llegar a la casa segura le hizo un pequeño tour mostrándole donde estaba todo.
─ Creo que todo esto es una pesadilla y despertaré pronto ─ Bruno se tensó al escuchar a la chica, estaba justo detrás de él ─ Luego la realidad me golpea y lo veo todo de nuevo ─ Despacio volvió a tomarla por el codo para guiarla hasta la mesa y ayudarla a acomodarse.
─ No pienses en eso, debes comer y descansar, yo tengo que salir, pero no estarás sola ─ Involuntariamente el corazón de la chica se aceleró al saber que iba a quedarse en una casa extraña y sobre todo al saber que Bruno no estaría con ella ─ Lia, te prometo que ninguna chica más sufrirá por culpa de esos malnacidos, nadie va a acercarse a ti.
─ Siento que les conozco ─ Su voz era apenas reconocible, no tenía hambre, pero se obligó a comer y beber, no ganaría nada poniéndose enferma, Emma la necesitaba fuerte,debía recordar todo cuento fuese posible.
─ Lia, eso ahora no es importante ─ Él sabía con certeza que ella les conocía, pero ya llegarían a eso ─ Come por favor y bebé el té, te ayudará a descansar, prometo no irme hasta que estés dormida ─ Calculaba que el sedante tardaría una hora en hacer efecto, mientras buscaría en la red oculta, Spider, su hacker y colaborador ya tenía algún rastro del usuario que presumía de tener material inédito y reciente.
─ Gracias por todo ─ Dijo ella acabando su sándwich y removiendo el té ─ Atrapa a esos malditos, merecen morir de la peor forma posible ─ No pudo esconder su oscura sonrisa al escucharla, ella no sabía que ninguno de los responsables iba a vivir, está noche atraparía a su primera presa, el eslabón más débil, el más presuntuoso de todos ─ Creo que me voy a dormir ─ Bruno estuvo a su lado en cuestión de segundos y tomándola en sus brazos la llevó hasta el dormitorio principal, sabia que no debería acercarse tanto a ella, pero también sabia que no permanecería alejado de ella nunca más.
─ Duerme Lia, yo volveré antes de que despiertes ─ Y como si fuese la cosa más natural del mundo, la acomodó en la cama, en su cama y con suavidad acaricio su mejilla, demorándose en su piel durante unos segundos, la magia se rompió cuando su teléfono comenzó a sonar.
─ Killer, tienes que venir ya, debes de ver esto, esos tipos están desorganizados y tengo una posible dirección ─ Con los puños apretados solo guardo el teléfono y se aseguró de que ella dormía, el policía, el hombre controlado ya no estaba, en su lugar el asesino despiadado, el monstruo ganaba fuerzas. Media hora después, los dos hombres se reunían en lo que simple vista parecía ser un almacén abandonado, pero dentro todo cambiaba, el lugar estaba insonorizado y las jaulas esperaban a sus nuevos inquilinos.
─ Muéstrame, no tenemos tiempo que perder.
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Extrañas Apariencias
ParanormalEn la noche de Halloween cualquier monstruo tiene su lugar, los gritos de terror pueden ser el puente hacia los gritos de pasión.