9.
Los gritos habían cesado, Bruno ya llevaba un rato en casa, observando a Lia dormir, tumbado junto a ella y empapándose en su aroma, deseaba que todo acabase para llevársela lejos y empezar junto a ella en un lugar diferente, podía pedir el traslado a cualquier ciudad y eso es exactamente lo que haría.
─ ¿Ya es de día? ─ Susurro Lia girándose para quedar refugiada contra su pecho.
─ No preciosa, puedes seguir durmiendo un rato más ─ Su voz se había dulcificado, solo tenía que soltar a la bestia un poco más, solo una vez más y sería libre para vivir junto a ella.
─ ¿Me prometes que no te vas a arrepentir de lo que sucedió anoche? ─ Sus ojos se alzaron buscando los de él, esperaba ver ese arrepentimiento, pero lo que vio en ellos la sorprendió.
─ Nunca me voy a arrepentir de anoche, ni tampoco de las siguientes veces, no voy a dejarte ir nunca ─ Al principio Lia pensó que estaba de broma, pero en cuanto Bruno busco sus labios sin dejar de mirarla supo que él hablaba totalmente en serio.
─ Creo que siempre te he conocido ─ Dijo ella cuando sus labios apenas se separaron para tomar aire, después, como la noche pasada, la ropa molestaba, hasta el roce del aire era ajeno para ellos, sus bocas se devoraban, sus cuerpos se consumían por el deseo.
Ajenos a todo menos al silencio solo interrumpido por gemidos y jadeos, Lia y Bruno se perdían para después volver a encontrarse. Simon había localizado a Amelia, solo tenía que deshacerse de los policías que la custodiaban y de ese hombre que estaba con ella, les mataría a ambos. Solo tenía que esperar el momento adecuado ─ No os necesito, vuestros jueguecitos han ido demasiado lejos, tendré a esa puta de Amelia y a ese poli tarado que la custodia, más os vale no aparecer por aquí jamás ─ No entendía porque las mujeres le rechazaban, era guapo, tenía dinero, era inteligente, pero también extremadamente cruel,no le importaba dañar si con ello obtenía placer y el siempre obtenía su placer, de un modo o de otro, pero Amelia cruzó el límite cuando le rechazó delante de todos, ella apenas le estaba prestando atención y eso hizo estallar algo en su interior.
En el almacén, Spider sonrío sombríamente al recibir el mensaje, era justo el detonante que esperaba y como le gustaba ver el mundo arder, obligo a uno de los hermanos a responder ese mensaje, era el principio de fin, o todo acababa, o les estallaba, pero las entradas estaban repartidas. Halloween tocaba a su fin, las calles quedarían limpias de monstruos.
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Extrañas Apariencias
ParanormalEn la noche de Halloween cualquier monstruo tiene su lugar, los gritos de terror pueden ser el puente hacia los gritos de pasión.