Monstruos

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6.
"Los monstruos existen"... Ese era el titular que estaba por toda la ciudad, nadie sabía como aquel periódico digital tenía los detalles de la tortura de la joven, es más, se atrevió a publicar una parte de la autopsia que no se había hecho pública, como el hecho de que el corazón de la víctima nunca había aparecido y se sospechaba que el asesino se lo había llevado como premio.
─ No saben una mierda ─Gruño apagando el ordenador ─ En cuanto tu hermano vuelva le voy a desollar ¿En qué mierda estaba pensando para subir ese video? Han podido rastrear la dirección.
─ No te preocupes por eso Simón, mi hermano no es idiota, solo necesita dinero, para el solo ha sido un negocio ─ Simón salió del pequeño apartamento antes de cometer la estupidez de lanzar a su amigo por el balcón, la próxima vez lo haría el solo, lo disfrutaría más.


─ No leas esa basura, no te ayuda ─ La voz de Bruno la saco de sus pensamientos oscuros, fue como si la arrancase de una horrible pesadilla ─ Ese periodista se enfrenta a la cárcel por haber violado el secreto de sumario ¿Me acompañas a hacer unos recados? Te vendrá bien tomar el aire, comeremos fuera ─ Su invitación no dejaba lugar a las dudas, era una orden velada y Lia no tenía ni las fuerzas ni las ganas para decir que no.
─ ¿Si te hago una pregunta me responderás con la verdad? ─ Bruno enarco una ceja, era una pregunta trampa, pero estaba de buen humor y le hizo un gesto afirmativo con la cabeza ─ ¿Por qué estás haciendo todo esto por mí?
─ ¿Te refieres a protegerte? Es mi trabajo ─ Respondió elegantemente esquivando la pregunta.
─ Sabes que no me refiero a eso, tu manera de tratarme no es la de cualquier policía, es como si me conocieses, si hasta te has molestado en tener mi marca de champú ─ Dijo ella soltando un ruidoso suspiro.
─ Lia, no hagas preguntas, puede no gustarte la respuesta, pero como soy un hombre de honor te diré que no eres solo un asunto policial ─ Zanjó el tema comenzando a recoger las cosas del desayuno ─ Tienes media hora para vestirte, nuestra agenda es apretada ─ Ella le miro con los ojos muy abiertos, furiosa y excitada por su comportamiento, nunca le habían gustado los hombres dominantes, pero Bruno la empujaba hasta sus límites.
─ Algún día tendrás que responderme ─ Bruno torció una sonrisa sin dejar de hacer lo que estaba haciendo y en cuanto ella se perdió tras la puerta del dormitorio, llamó a Spider para asegurarse de que su "invitado" estuviera recibiendo el trato que merecía y confirmar que el teléfono de Lia se encontrase siempre vigilado.
─ No la pierdas de vista, necesito saber con certeza a quien nos enfrentamos, no nos interesa que mis subordinados comiencen a desenredar la madeja, mientras siga siendo el jefe lo tendremos controlado, es fácil simular las muertes, pero no debemos confiarnos.
─ Lo se Killer, nadie más debe saberlo, tú mantén vigilada a la chica, no te soportaré si le pasa algo ─ Se burló colgando el teléfono, solo Spider conocía su obsesión por ella.



Extrañas AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora