Almas Enredadas

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7.
─ ¿Hasta cuando vas a seguir drogando a esa pobre chica, no sería más fácil decirle lo que sientes? Mírate Killer, eres lo que las tías llaman un tío bueno con pinta de malote ─ Bruno gruñó a su amigo, no quería confundir a Lia, ella estaba en un momento vulnerable y él no iba a aprovecharse de eso,al menos no tan pronto.
─ Centrate, quiero que ese mierda tiemble solo con escuchar mi voz, esta noche cazaré a su hermano, al tercero lo traeré antes del próximo fin de semana, pero antes quiero que destroces su cerebro, que entres en todos sus dispositivos, haremos que sienta tanto miedo que desee la muerte.
Lia se despertaba cada mañana bajo la atenta mira de Bruno, que como cada día le regalaba una fugaz sonrisa y la acompañaba a desayunar, la chica le miraba sin atreverse a decir nada, pero esa mañana algo cruzo por su mente y en lugar de seguirle hasta la cocino se abalanzo sobre el haciéndole caer sobre la cama.
─ Bruno, yo sé que estoy de luto por el dolor de mi amiga, pero necesito sentirte, necesito sentir tu calor, quemarme, es una locura, lo sé ─ Por una décima de segundo Bruno pensó en zafarse, pero desecho ese pensamiento en cuanto loa labios de ella con más miedo que deseo comenzaron a besar los suyos haciéndole responder con toda la pasión que llevaba escondiendo desde que un par de años atrás las vidas de ambos se cruzasen.
─ Lia, si no te retiras, no seré capaz de parar ─ Su voz sonó estrangulada por el deseo y ella, a pesar de saber que aquello entre ambos, acabaría movió sus caderas sobre la dureza de él gimiendo entre sus labios.
─ No quiero parar, quiero que me consumas ─ Solo fue cuestión de segundos que la ropa de ambos desapareciese, todo desapareció menos sus cuerpos. Bruno la dejo tomar el control durante un rato, dejó que su suave piel se rozase con la suya, más áspera y curtida, dejo que su boca le dominase, hasta que el deseo animal salió afuera y todo en él gritaba que esa mujer era suya, como una especie de reclamo antiguo.
─ Preciosa ─ Susurró, al tiempo que con un rápido movimiento coloco el pequeño cuerpo de ella debajo del suyo y se abrió paso entre sus piernas con celeridad ─ Ahora me perteneces, no lo sabes, pero siempre fue así ─ Apenas tuvo tiempo de procesar sus palabras, ella esperaba dolor, pero apenas fue una leve molestia, como si la estirasen por dentro, ambos eran uno y ahora más que nunca los cuerpos y las almas danzaban al unísono. Lo que tanto había deseado por fin se estaba haciendo realidad, ahora más que nunca daría una muerte dolorosa a los asesinos de la joven Emma, la Bestia había despertado y se iba a cobrar venganza por su bella, la ciudad entera iba a ser testigo de su poder.
─ Bruno, no me dejes ─ El cuerpo de Lia permanecía enredado con el suyo, no quería irse, pero debía salir, la bestia quería sangre y la quería ahora.
─ Nunca voy a dejarte, tienes mi palabra ─ Habían pasado todo el día reconociendo su cuerpos, conectando como nunca había podido imaginar, comieron juntos y fueron capaces de traer un poco de normalidad a la pesadilla, pero la noche había caído y los monstruos salían a jugar ─ Bebe, necesitas descansar, cuando abras tus ojos estaré junto a ti ─ Y Lia obediente bebió el contenido de la taza dejándose abrazar por la inconsciencia, sabía que él cumpliría su palabra.

Extrañas AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora