Twins Game.

XX.

Advertencia: Incesto. En todo el sentido de la palabra..

TWINS GAME.

20.

Shikamaru parpadeó. -Entonces... ¿enviaste a los dos en tu lugar?

La sonrisa hinchada de orgullo en el rostro del hokage logró sacarle un suspiro. Ese tipo nunca cambiaría realmente. -Así es, Shikamaru -se señaló con el pulgar-. Logré librarme de ese viaje tedioso y, al mismo tiempo, pude castigar a Bolt y Himawari'ttebayó.

El Nara se recostó cómodamente al espaldar de la silla frente al escritorio, apoyando el codo en uno de los apoyabrazos e inclinando el rostro hasta que los nudillos le rozaron la piel. -A todas estas -alzó ligeramente una ceja oscura- ¿Qué fue lo que sucedió con ellos?

-No se hablan.

-Eso lo sé, usuratonkachi -exhaló-, a lo que me refiero es: ¿por qué están enojados?

-¡No tengo idea, Shikamaru! ¡Simplemente no se dirigían la palabra y ya, de un momento a otro, así nada más! - la mano vendada del hokage se pasó por su cabello dorado en un movimiento que emanaba desesperación, luego vino un suspiro profundo de resignación. -Ah, los niños son tan problemáticos'ttebayó...

-¿Niños? Tienen más de dieciocho, Naruto -le señaló con diversión.

Él hizo una especie de mueca con la boca y frunció el ceño. -Diecinueve -dijo-, hoy cumplen diecinueve.

-Ay, hombre, en serio nos estamos volviendo viejos - sus labios tiraron de una pequeña sonrisa contrastando con la risotada de Naruto, quien murmuró luego varios 'ni que lo digas'ttebayó" o 'pero sigo siendo el más joven'. Segundos después, preguntó: -¿No te importa que estén lejos durante su cumpleaños?

-Está bien. No es lo más conveniente, pero ya hemos pasado antes por esto... Lo celebraremos apenas vuelvan, eso seguro -su sonrisa se anchó y Shikamaru no pudo evitar preguntarse la razón de su excesivo buen humor. Bien, era Naruto, y Naruto no solía ser un amargado, pero ese día especialmente su rostro tenía una chispa de luz muy particular que saltaba a simple vista.

-¿Por qué estás tan contento? -no pudo evitar cuestionarle.

El rubio se rascó la mejilla. En instantes como ese, que eran breves y esporádicos, se perdían los roles de hokage y mano derecha del hokage respectivamente; eran sólo unos antiguos y cercanos amigos, sólo eso...

Y se podían contar cualquier cosa, cualquier cosa.

-Pues verás... -Shikamaru arqueó nuevamente una ceja, manteniendo su expresión imperturbable, pero levemente interesado cuando el hombre de azules ojos se inclinó con un aire confidencial. Carraspeó: -Ya que mis dos queridos hijos han sido enviados a tan importante misión... la casa por fin está solitaria y disponible para que Hinata y yo-

-Basta, no quiero oír el resto - le interrumpió, moviendo la mano derecha en señal de negación.