Parte 2

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Se aseguro de que tuviera el equipaje y su equipo de trabajo completo, revisándolo todo dos veces dentro del auto emprendió el viaje a las afueras de la ciudad, donde yace el pueblo y la Sede. 

El viaje no era tan largo desde la ciudad al campo abierto, pero le inquietaba que fuera un viaje de 2 horas, aunque seguro el pueblo tiene a la policía local, no es lo mismo que tener un cuartel preparado con todo.

Cuando vio el letrero viejo y casi en ruinas con las letras "Welcome to Slugterrania" suspiro aliviado, quería instalarse y terminar con esto lo más rápido que pueda. 

No paso mucho cuando se adentró en el pueblo, muy pequeño pero hogareño, locales de comestibles por aquí, tiendas de conveniencia por acá, gente con una sonrisa de felicidad y paz, el lugar perfecto para vivir fuera del bullicio de la cuidad. 

Claramente su llegada no pasó desapercibida, pero no le dio importancia, busco entre los bolsillos de su gabardina la dichosa dirección del hotel, aunque al final era el único hotel en este pueblucho. Se estaciono al frente del lugar, saliendo de su auto miro con duda el hotel pequeño al estilo edificio departamental, un tanto viejo, pero tenía su toque.

Antes de que fuera abrir la puerta trasera para sacar las cajas y maleta, alguien salió de la entrada de recepción, una anciana que se apoyaba de una escoba, muy delgada, canosa y con aura de estar aburrida con la vida se le acerco y fue directa, sin rodeos.

— Tu debes ser el Detective.

— ¿Quién pregunta?. —gracias a sus reflejos logro esquivar el paso del "arma" que la señora tenia, dedicándole un gruñido de enfado y su mirada filosa.

— ¿Vienes a investigarme a mi o a lo que le paso a Kal?. —la anciana mostró su molestia, volviendo a enderezarse:— .. Soy la propietaria de este hotel, me llamo Shanai. —esta señalo al adulto con su escoba:— Solo te diré, no quiero que traigas tus problemas ni tus casos a mi negocio si no quieres que te heche a la calle, ¿entendiste grandote?. —Blakk suspiro cansado, justo ahora solo quería dejar sus cosas y mirar los alrededores, por lo que asintió sin ánimos.

La anciana saco de sus bolsillos unas llaves, lanzándolas hacia el; las atrapo en el aire sin problemas.

— Y no ensucies la habitación. —la señora le dio la espalda y a paso lento tomo su camino de regreso al interior del edificio.

Blakk miro la llave con la etiqueta número 8, por lo menos ya puede dejar sus cosas. 

Cuando entro en la habitación se sorprendió, no la esperaba tan organizada y limpia, agradeció el escritorio de trabajo, la cama familiar limpia y hecha, encendió el ventilador de techo y las luces viendo que funcionaban a la perfección, estaba bien incluso para sus estándares, sencilla y hogareña. 

Sin más rodeos metió todas sus cosas en la habitación, aunque al final solo eran 3 cajas pequeñas y una maleta, dejando las cajas junto al escritorio y la maleta sobre la cama, será para después organizar todo, ahora tenía que ir al sitio donde todo esto comenzó.




Buitres, siempre carroñeros, buscando que devorar y fastidiando la existencia. 

Gruño mientras se acercaba a la entrada de la iglesia donde los periodistas y noticieros querían allanar el lugar, mientras policías locales y forenses de su unidad entraban y salían. Tan pronto lo vieron salir de su auto se le acercaron como alimañas.

¡¿Usted es el detective a cargo de la investigación?!. 

¡¿Cuál fue la razón del suicidio del Obispo Zane?!. 

El misterio de la Sede Episcopal (+18 *gay panic*)[Bajoterra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora