Apenas se acomodo la gabardina la puerta de la habitación fue tocada con suavidad.
Con extrañes miro el reloj de su muñeca que marcaba las 8: 30 de la mañana, la puerta fue tocada nuevamente he igual de suave, así que rodeó la cama y fue directo a la puerta. Al abrir lo recibió el Sacerdote, esta vez se desprendió de la sotana para usar ropa casual, camisa negra con todos sus botones puestos sin faltar el collar clerical blanco, la parte de abajo de la camisa estaba recogida bajo el pantalón de tela negro perfectamente planchada y zapatos de punta negros y pulidos que casi podía ver su reflejo.
Lo miro de arriba hacia abajo en un breve chequeo para después mirarlo con una ceja alzada. Incluso con ropa casual el hombre no deja de emanar esa aura de cristiano devoto, muy pocos tienen ese reflejo.
— ... ¿Paso algo Detective?.
— Nada. —respondió de inmediato, pero el cristiano no quedó del todo convencido:— Solo no esperaba que estuviera aquí tan temprano. —se hizo a un lado para dar espacio, invitando a que pase.
— Lo lamento, es mi costumbre llegar mucho antes del horario acordado.
Cerró la puerta al momento en que entró:— La verdad, aprecio la puntualidad.
Will llevó ambas manos juntas a su espalda, permaneció parado y en silencio a un costado de la cama. De inmediato se acercó al escritorio.
— Solo termino de tomar estos papeles y mi laptop para irnos.
Hubo silencio por parte de ambos, no era incómodo pero tampoco reconfortante, por suerte no duró mucho.
Dejando una caja mediana en el maletero con todo lo necesario montaron en el Mustang, otra vez la presencia del Detective no pasó desapercibido como el día que había llegado, solo que esta vez llamaba más la atención a los pobladores ver al reconocido Sacerdote en el asiento del copiloto, cosa que no le agrada del todo a Blakk, jamás le gusto ser el centro de atención.
— ¿Esta seguro de esto Sacerdote Shane?. —sin dejar de mirar la carretera, entrando a la calle principal para salir del pueblo:— Puede tomar un autobús hacia la ciudad o tomar prestado un auto, me temo que podría causarle problemas verlo conmigo.
Puede que sea un hombre recto, pero también sabe que se debe tener límites, y más cuando se trata de la profesión de toda la vida de alguien.
Sin embargo, el cristiano soltó una carcajada, apreciando profundamente la preocupación del castaño.
— Aprecio su preocupación Detective, pero me temo que a quien juzgan es a usted, no a mi. —con una sonrisa, ambos vieron por breve momento el letrero de bienvenida al pueblo que fue dejado atrás en un santiamén:— Las personas tienden a preocuparse o tener miedo cuando algo fuera de lo rutinario está cerca. Además del incidente, usted les causa miedo, jamás había lidiado con un caso así o con un Detective intimidante que los interroga.
— Valla, pero que sensibles. —negó con diversión, solo un par de días aquí y ya está en la boca de todos en el pueblucho.
— Así que, verme con usted les causa cierto alivio.
Es comprensible, cuando alguien puede estar amenazando la paz cotidiana es angurriento darle frente, hasta que alguien lo hace, y cuando ese alguien es de confianza la paz vuelve de una manera extraña. Aunque su misión es traer la paz al pueblo, no ser el causante de no tenerla.
Por fin salió de la calle principal para adentrarse a la amplia autopista, a partir de este punto será un viaje de casi dos horas hasta llegar a la ciudad. Al ver por el rabillo del ojo al cristiano que miraba por la ventanilla a su lado el paisaje la pradera una idea lo hizo sonreír con picardía.
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El misterio de la Sede Episcopal (+18 *gay panic*)[Bajoterra]
FanfictionDespués del repentino suicido de un querido Obispo en un pequeño pueblo a las afueras de la cuidad, se ve obligado a investigar a fondo este caso que resulta más de lo que aparenta.