Parte 6

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Despertó repentinamente, sentándose de un salto sobre su cama con sudor y la respiración agitada, entre la oscuridad y frío de su habitación.

Le tomó unos minutos recuperarse, dejando salir un gran suspiro al darse cuenta que era otra pesadilla, pasó su mano por su rostro empapado en sudor. Dio un rápido vistazo al reloj electrónico, justo a tiempo pues la alarma sonó en un pitido constante; soltó los hombros y apago de inmediato la alarma, haciendo a un lado las mantas se levanto y estiro los brazos hacia arriba, sintiéndose más relajado después de que una que otra articulaciones fueran flexionadas.

Una oración agradeciendo un día más antes de empezar su rutina de ejercicios, pasada la hora haciendo lagartijas, marineros y flexiones se dedicó a prepararse para sus tareas matutinas. Después de colocarse la sotana y asegurarse de que estuviera limpia y bien planchada tomo sobre el escritorio el rosario, haciendo varias vueltas del collar en su muñeca hasta que estuvo firme y segura.

Ya listo y preparado salió de su habitación, justo a tiempo de la llegada del Diaconado que ya venía por el pasillo con la intención de tocar a su puerta.

— Buenos días.

— Buen día Sacerdote Shane.

Una rápido saludo por parte de ambos antes de tomar el final del pasillo escaleras abajo hacia el primer piso, adentrándose a la sección de las habitaciones de los jóvenes. 

Despidió al Diaconado correspondiente al estar frente a las puertas de los aposentos, al momento de abrir tuvo a la vista a los niños junto a un Monaguillo. Algunos de los niños recién se levantaban de la cama o bajaban de sus literas, otros y con la ayuda del joven Monaguillo se les colocaba la ropa.

— Buenos días niños. —algunos de los niños devolvieron el saludo, otros estaban aún somnolientos o distraídos. 

Al ver que el Monaguillo estaba teniendo más trabajo de lo normal se acercó.

— ¿Pasa algo?.

— ¡Sacerdote Shane!. —el chico volteo y lo miró sorprendido unos momentos mientras llevaba una mano a su pecho, suspiró tranquilo al verlo:— No me había percatado de su llegada, lo lamento.

— No te preocupes por eso. ¿Pasa algo?. —mirando al niño que estaba distraído al tratar de ponerse la camisa blanca.

— Nada solo.. Ajustando el botón de la camisa al niño.

Will simplemente sonrió con diversión, inclinándose para ver el botón que hacía tanto lio al pequeño, al poco tiempo logró aflojarlo para colocarle la camisa, revisando al menor un momento para verificar que todo estaba en orden.

— Puedes retirarte y seguir con tus labores. Yo terminaré de preparar a los niños. —el Monaguillo asintió, marchándose de la habitación cerró la puerta dejando a los niños con el Sacerdote.

Al levantarse y ver que los niños estaban distraídos bufo con diversión.

— Bien niños, no querrán perderse el desayuno, ¿o si?. —los niños chillaron en negación, él simplemente negó ante la reacción:— En ese caso, será mejor que estemos listos para el desayuno. —al escucharlo los niños apresuraron el paso.

Ayudó a los niños que ya estaban por ponerse la ropa, mientras los demás terminaban de asearse, en el proceso de acomodarle los zapatos a un menor se percató que uno de los niños no se había levantado de la cama aun, ni siquiera se había quitado las mantas de encima, se preocupo al ver que no se movía. 

Se acercó para ver al niño de cabello castaño de apenas 7 años, al ver su estado su preocupación incrementó, el cuerpo del pequeño estaba pálido, estaba empapado en sudor, apenas movió la cabeza y abrió los ojos para mirarlo con dolor.

El misterio de la Sede Episcopal (+18 *gay panic*)[Bajoterra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora